La incógnita sobre si habrá público ya se ha resuelto tras una excepción aprobada por el ejecutivo que preside Boris Johnson. Una afición que está tomando parte en la venta de la entidad después de que el máximo favorito a hacerse con la entidad, la familia Ricketts, haya sido rechazado por la polémica racista que les rodea. La compra se sigue dilatando y desde el club se ha dejado entrever que hay dudas hasta de cómo se podrán afrontar los pagos salariales.

Cada movimiento que se realice en el conjunto londinense debe ser supervisado por el gobierno británico. Nigel Huddleston, después de nuevas reuniones con los representantes de los aficionados blues, sigue asegurándose de que "las sanciones se cumplan en la mayor medida posible" y anunció la semana pasada que "habrá consecuencias y algunos inconvenientes temporales para los aficionados". El traspaso de la nueva propiedad se realizará según los tempos que marque el ejecutivo.

Thomas Tuchel, en la banda de Stamford Bridge. Adam Davy / PA Wire / dpa

Con estas circunstancias llega el partido de ida de los cuartos de final de la máxima competición continental. Los de Thomas Tuchel, que habían ganado todos sus partidos disputados en marzo, se llevaron un duro revés este fin de semana con la derrota ante el Brentford. Aunque la única baja que tiene es la de Ben Chilwell, que se rompió el cruzado en noviembre, el equipo londinense llega tocado tanto por su economía como deportivamente.

La economía

El Chelsea, mientras Abramovich siga siendo el dueño y este esté en la lista negra de Reino Unido y la UE, no puede generar ingresos por merchandising, traspasos y cesiones y renovaciones de futbolistas. Además, solo puede gastar 25.000 euros por viaje, lo cual le afectará en su traslado a Madrid para la vuelta. Pero la cuestión principal estaba en la ida, para la que el club no podía vender entradas hasta que se estableció una excepción.

El gobierno británico ha modificado la licencia del Chelsea para permitir que el club londinense pueda vender entradas actuando como agente en dicha venta y enviando los beneficios obtenidos a los organizadores de los torneos. Se calcula que el club tiene entre 28.000 y 30.000 abonados para las 44.000 localidades que tiene el recinto como aforo. Este abono solo vale para los partidos de la Premier League, no para los de Champions por los que suelen pagar unos 30 euros. Finalmente, podrán estar.

Cesar Azpilicueta y Thiago Silva, en Stamford Bridge. REUTERS

La situación en el equipo inglés ha llegado a tal punto que desde la entidad no se confirmó que se pudieran realizar diferentes pagos. Desde la dirección deportiva dejaron entrever que incluso podrían quedarse fuera de la Premier League a media campaña como consecuencia de las sanciones. Para impedir esto, desde el Gobierno llevan impulsando modificaciones para atender a todos los resquicios que permitan al club seguir con vida.

Un nuevo dueño

Para impedir más problemas, también se está intentando agilizar la venta. La oferta que más parece convencer es la de la familia Ricketts. Los multimillonarios que tienen la franquicia de los Chicago Cubs de la MLB y están vinculados en Estados Unidos con Donald Trump llevan la delantera, aunque no cuentan con el beneplácito de los aficionados por la polémica racista que protagonizó Joe, el patriarca, hace varios años. Tom, el hijo y propietario de los Chicago Cubs de la MLB, lleva varias semanas trabajando para calmar las aguas.

La última medida es la declaración oficial que han hecho con varias promesas hacia los seguidores. Las más llamativas son que dan su palabra para que la entidad nunca se vea comprometida con un proyecto como el de la Superliga Europea. Además, para demostrar que son un proyecto integrador, prometen que el equipo femenino será tratado a la misma altura que el masculino y jugarán más partidos durante el año en Stamford Bridge.

Las protestas de los aficionados del Chelsea contra la oferta de la familia Ricketts. REUTERS

Desde el Gobierno quieren que la venta se produzca rápido para acabar con la etapa de Abramovich. Los aficionados están poniendo más problemas y viven en un marco de inestabilidad que saben que no ayuda a la plantilla. El Chelsea llega a esta eliminatoria en un momento complicado, pero con jugadores de mucha calidad que ya saben lo que es eliminar al Real Madrid de la Champions. Tuchel quiere dar una alegría a los seguidores en medio de esta situación caótica.

Reto deportivo

Havertz, Mount y Pulisic provocaron muchos problemas a la defensa merengue la temporada pasada en unas semifinales que el entrenador alemán dominó. Con jugadores tan dominantes en el centro del campo como Jorginho y Kanté, Ancelotti tiene un reto más que interesante. La duda de la CMK y la entrada de Camavinga o Valverde podría hacer de este duelo un enfrentamiento de mucho nivel. Aún así, las áreas marcarán la diferencia.

En una espera un Thibaut Courtois que llega en un estado de forma descomunal, picado porque el portero que estará enfrente, Edouard Mendy, fue nombrado como el mejor del mundo. La amenaza de Karim Benzema, que ha marcado más goles ya que en cualquier otra temporada de su carrera, promete poner al senegalés ante el mayor reto de la temporada. La carta de Romelu Lukaku, el delantero por el que pagaron más de 100 millones y no cumple con las expectativas, también dictará sentencia.

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