Raphael Varane está siendo uno de los nombres propios de la temporada del Real Madrid. El central francés no pasa por el mejor momento de su carrera. Desde su partido contra el Manchester City, su estado de forma no acostumbra a dar alegrías a la afición merengue. Este parón de selecciones está sirviendo para que el defensa de 27 años recupere su nivel habitual antes de encarar otro período de partidos muy importantes.

Ni él mismo, ni la afición, ni sus compañeros, ni la dirección deportiva; nadie está contento con el nivel que ha mostrado Varane durante la temporada. Durante estos primeros dos meses de competición el jugador merengue ha demostrado los picos más bajos en su rendimiento después de alcanzar su madurez futbolística. Todos coinciden a la hora de señalar sobre el campo a un jugador que no tiene la contundencia con la que tenía acostumbrada a la afición.

Cuando el madridismo veía un choque en el que Varane era titular, todos le describían con palabras como "seguridad", "fuerza", "el cerrojo", "la gacela" y un sinfín de elogios que, de repente, se han difuminado. Está claro que el jugador nacido en Lille está lejos de la figura que creó José Mourinho y fueron modelando otros entrenadores hasta hacer de él un campeón del mundo. Precisamente con Francia pretende recuperar unas sensaciones que ha perdido.

Raphael Varane, saltando con Cristiano Ronaldo durante un Francia - Portugal EFE

Ante Portugal, el combinado galo consiguió la clasificación para la fase final de la Nations League. El duelo decisivo entre las dos selecciones más potentes del grupo se decantó para los galos con un tanto de N'golo Kanté. En los 90 minutos que se disputaron en el Estadio da Luz, Varane dejó destellos del jugador que no tiene rival en la zaga francesa, pero que tampoco lo tenía en la del Real Madrid hasta que este año ha mostrado la imagen de los últimos encuentros.

Necesita mejorar

Con errores impropios de un zaguero como él y sin ser decisivo en ninguna de las dos áreas, el estado de forma de Varane es una de las cuestiones que preocupa al cuerpo técnico merengue. Todos en el Real Madrid quieren conseguir que el francés reseteé su máquina personal para hacer que vuelva a ser el jugador que ha maravillado temporada tras temporada a la grada del Santiago Bernabéu.

Siempre ha sido uno de los pilares de los mejores Real Madrid de la última década. El once de memoria que se sabía la afición incluía a Varane entre los elegidos. Nadie se olvidaba del central galo. Ahora, cuando se recita la alineación de esta temporada, todo el mundo hace una mueca con la cara a la hora de decir el nombre de Varane. Es un caso abierto en el conjunto blanco.

Raphael Varane, durante el partido entre el Valencia y el Real Madrid LaLiga

Parecía una elección perfecta para jugar como propone Zidane este año. El técnico francés pide a su equipo que presione especialmente arriba, lo que supone que los defensas quedan muy expuestos tanto para que el rival busque a los delanteros por alto como al espacio. La contundencia aérea de Varane y su velocidad para corregir hacían que fuera ideal para este estilo. Pero, nada más lejos de la realidad, está sufriendo más que nunca.

Y el futuro

Parecía que el puesto de central estaba cubierto de cara al resto de la temporada. No preocupaba la circunstancia de tener como pareja a Sergio Ramos y Varane como titulares. Pero, sus partidos antes de este último parón del 2020, han dejado una sensación de inseguridad que ahora mismo está costando puntos de Liga y de Champions al Real Madrid. Todos coinciden en la entidad blanca que esperan que esta llamada con Francia vuelva a traer al jugador que todos conocían en la defensa blanca.

Porque Varane estaba destinado a ser el líder de la zaga cuando el central español diera un paso al lado. Pero el madridismo ahora teme que se produzca ese momento. Es por lo que la renovación del capitán se ha vuelto un tema prioritario. Sin Ramos, el central galo se muestra más endeble. La prueba para liderar la defensa sigue siendo el gran debe del jugador de 27 años. Aún tiene tiempo para corregirlo. Pero se agota la paciencia y la idea de buscar otro jugador con carácter empieza a aflorar.

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