Fue la palabra más repetida por Zinedine Zidane en rueda de prensa. Final. Final. Final. El duelo ante el Inter de Milán se ha convertido en una final y es que los resultados en las dos primeras jornadas de la fase de grupos de la Champions League no fueron los esperados para los blancos. Una derrota y un empate que ponen en serio riesgo el pase a los octavos de final de la máxima competición continental.

Tampoco lo tiene mucho mejor el Inter de Milán. Los de Conte suman tan solo un punto más que el Real Madrid. Dos después de los dos empates frente al Borussia Mönchengladbach en la jornada inaugural y contra el Shakhtar Donetsk la pasada semana. Precisamente, es el conjunto ucraniano el destacado del Grupo B con cuatro puntos tras las tablas ante los nerazzurri y la victoria sobre los blancos.

Tanto españoles como italianos llegan con serias urgencias a este partido en el Di Stéfano y es que parte de las opciones de uno y otro esta temporada en la Champions League parten de los enfrentamientos cara a cara entre ellos. El primero de ellos en territorio merengue, para jugar el duelo en el Giuseppe Meazza a finales de este mes de noviembre, después del parón de selecciones.

Zidane no quiere sorpresas

El entrenador francés ha querido dejar claro a sus jugadores que están ante una final, que les quiere enchufados desde el pitido inicial y sin bajar los brazos en ningún momento. Quiere una versión como la de El Clásico, futbolistas saliendo a por todas. Una noche de gala, una de las grandes noches del Real Madrid y por ello ha incidido el entrenador francés en este mensaje de "es una final".

"Es una final para nosotros. Lo vamos a tomar como tal, son tres puntos en juego y vamos a intentar sumarlos", comenzó diciendo en rueda de prensa. "Nosotros tenemos una final, sí. Aquí cada día hay una final. Cada cosa que hacemos es una final. Lo sabemos y nos vamos a concentrar en lo que tenemos que hacer. Son tres puntos y vamos a por ellos", afirmó el técnico galo.

Nada más conocerse el grupo, se comenzó a especular con si el Real Madrid sería capaz de alcanzar o no los octavos de final de la máxima competición continental. Grupo trampa con tres huesos duros de roer, entre ellos un Inter que es el principal candidato a acabar con la hegemonía de la Juventus de Turín en la Serie A. Pero también un Gladbach muy peleón y un Shakhtar Donetsk que ya es un clásico en el torneo europeo.

El vestuario, implicado

Los jugadores también saben que hay mucho en juego y así lo hizo ver Varane ante los medios. "Nos tenemos que tomar este partido como una eliminatoria directa. Hay que jugar con la actitud apropiada. Nos gustan estos desafíos. Tenemos una oportunidad más de hacer un gran partido", dijo el central francés en rueda de prensa.

Piña de los jugadores del Real Madrid para celebrar el gol de Sergio Ramos en El Clásico Reuters

A lo largo de la temporada 2020/2021 se han visto dos versiones muy distintas del conjunto blanco. Por un lado, un equipo en el que cuesta crear ocasiones y aún más cuesta que llegue el gol. Además de conceder campo y posesión al rival. Por otro lado, un equipo aguerrido, con gol y con ganas de ganarlo todo. El Real Madrid y Zidane necesitan esta segunda versión. 

Para seguir pensando en que se puede conseguir el billete de los octavos, el equipo merengue necesita ganar al Inter de Milán sí o sí. Si no sucede eso y vuelven a perderse puntos, la sombra de la Europa League acechará cada vez más a los trece veces campeones de la Champions.

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