Los belgas ya dan la nota. Thibaut Courtois y Eden Hazard han sido los dos fichajes que más ha estudiado el Real Madrid durante las últimas temporadas, con permiso de las jóvenes apuestas. Ambos llegaron en situaciones similares, separados por un espacio de tiempo de un año. Sendas llegadas fueron estudiadas durante un largo tiempo y supusieron grandes cambios en la plantilla: uno en la portería, en la que Keylor Navas estaba asentado, y otro como relevo de Cristiano Ronaldo.

El Madrid puso muchas esperanzas en sus fichajes, pero a ambos se les ha seguido con lupa y han sido objeto de críticas. Más en caso de Courtois, quien tras una temporada de blanco ya a sus espaldas, se le exigía todavía más. La portería blanca pasó un año con un brutal desgaste por el debate entre el belga y Keylor y Thibaut no se le perdonó una en este arranque de temporada.

Pero Courtois ha sabido darle la vuelta a la tortilla, como lo ha hecho Hazard. El '7' blanco, que llegó a todas luces e ilusionó a todo el madridismo con su fichaje, le ha costado arrancar. Algo propio al aterrizar en un nuevo club y un proceso por el que ya pasaron otros por la 'Casa Blanca' como al propio Zinedine Zidane. Pero en Ipurua se vio al mejor Hazard, el de la última temporada del Chelsea, el que fichaba el Madrid el pasado verano.

La exhibición de Hazard en Ipurua

Los números de Courtois

Ambos han mejorado en el último mes. A Courtois le respaldan los números y a Hazard las sensaciones. El meta belga ha plantado el muro y lleva ya 533 minutos imbatido con el Real Madrid. Su mejor registro de blanco y que solo está a un minuto del mejor de Keylor Navas. Con Bélgica las cosas le van todavía mejor y es que, tras el último parón, ya son 704 minutos consecutivos sin encajar un gol.

Las sensaciones de Hazard

Lo de Hazard va más con lo que se ve sobre el campo que sus números. Todavía le falta gol, pero ante el Eibar sacó lo mejor de sí mismo. Regate, adrenalina y mucho peligro en el área rival. Ese es el que se quiere ver de blanco. Con Bélgica le van bien las cosas y dio una asistencia durante su último partido contra Kazajistán el pasado mes de octubre.

Zidane les espera a la vuelta. Uno bajo palos y otro haciendo jugar mejor al equipo. Los dos son jugadores claves en sus planes y verles a arrancar es la mejor noticia que podía recibir después de las irrupciones de Valverde y Rodrygo. Las esperanzas blancas para esta temporada pasan en gran parte por sus manos y sus pies y en Madrid crece la ilusión por ver a los dos Diablos Rojos alzando al club blanco otra vez a lo más alto.

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