Durante muchos años se hizo inimaginable un partido del Real Madrid en el que Cristiano Ronaldo no jugara. Sin embargo, desde la llegada de Zinedine Zidane al banquillo blanco, el portugués ha vivido una dosificación que le está permitiendo dar lo máximo de sí mismo en el tramo decisivo de la temporada.

Zidane sabe que tiene en el portugués a su gran baza ofensiva, pero que, como es lógico, su forma física decae con el paso de los años. Es por ello que el francés apostó la temporada pasada por darle descanso en una serie de partidos.

LOS PLANES DE DOSIFICACIÓN

Cristiano se perdió un total de catorce partidos, de los cuales, descontando aquellos que fueran motivados por problemas médicos, ocho fueron por decisión técnica. De estos ocho, seis se jugaron en el segundo tramo de campaña, recién entrado el año 2017: Leganés, Sporting, Deportivo y Granada en La Liga y la eliminatoria contra el Sevilla en Copa del Rey.

El resultado es de sobra conocido. Diez goles y dos asistencias en los siete partidos que conformaron la fase final de la Champions League -desde octavos hasta la final-, varios trofeos y la proclamación del portugués como el mejor jugador del mundo.

MISMA FÓRMULA, MISMO RESULTADO

Es por ello que en la temporada 2017/2018 Zidane quiere repetir su fórmula. Cristiano se ha perdido trece partidos esta temporada, aunque, de nuevo descontando aquellos cuyos motivos fueron las sanciones, se quedan en ocho por decisión técnica.

Exáctamente el mismo número que la temporada anterior, y con el mismo patrón: seis de ellos con la llegada del nuevo año. Numancia y Leganés en Copa, tanto ida como vuelta, y de nuevo el conjunto pepinero y el Espanyol en Liga. Y nuevamente, la estrategia ha sido efectiva: tres goles ante el PSG y el Madrid clasificado para los cuartos de final de la Champions, con un Cristiano estelar -trece goles en sus últimos siete encuentros jugados-.