Keylor Navas se ha convertido en cimento de los éxitos del Real Madrid esta temporada. Su última exhibición ante el Sevilla, donde durante 15 minutos fue él quien sostuvo a su equipo, le han servido para confirmar su gran momento. El de Costa Rica comenzó la temporada entre dudas, dolores y rumores. La lesión de la pasada campaña, de la que se operó en junio, no le permitió llegar al cien por cien e hizo que se perdiese la preparación en pretemporada. 

Su particular calvario por los campos europeos se prolongó a los de competición doméstica también. No estaba a gusto, forzó para jugar lo antes posible, arriesgó demasiado y la afición pagaba con pitos sus actuaciones. El culmen de la situación llegó ante el Betis, con aquel gol que se le coló entre las piernas. Desde entonces, su línea de rendimiento ha subido como la espuma y ante el Atleti dio otro recital. 

Tal y como desvela El País, durante gran tramo de la temporda, al guardameta le sugirieron ayuda de un psicólogo, la cual rechazó. Prefirió escudarse en la intimidad de su familia y la fe que siempre le acompaña. Además, Lluis Llopis, preparador de porteros fue su gran apoyo entre bambalinas, mientras comenzaba su puesta a punto. El vestuario confiaba en él y los capitanes así se lo hacían llegar. Zidane le apoyó y defendió en público y ahora el tico le da la razón. Keylor encontró en la religión y en su entorno la fuerza suficiente para despertar y regresar al nivel de élite con el que deslumbró el pasado curso. 

La confesión de Keylor a Kovacic sobre el penalti de Griezmann by footbie.com