La medicina conectada

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La medicina conectada

Los smartphones y la medicina conectada son dos campos que van a terminar muy ligados con el pretexto de mejorar nuestra salud.

22 enero, 2016 18:39

La tecnología y la medicina llevan relacionados mucho tiempo, pero son dos campos que van a terminar muy ligados con el pretexto de mejorar nuestra salud. No hablamos de campos como la investigación o especialidades de la medicina muy concretas, estas áreas siempre van a estar beneficiadas por los avances de la tecnología, sino de lo que más nos toca a nosotros como pacientes.

Ahora hasta los medicamentos pueden tener su propia aplicación que nos acompañe en el móvil, o un wearable puede seguirnos el ritmo en lo que a salud se refiere. ¿Pero cómo estamos ahora en cuanto a la combinación de tecnología y medicina, y cómo podemos estar en un futuro?

¿Qué tenemos ahora mismo?

Aunque no sea como el futuro nos prometía tiempo atrás, con películas donde se soluciona cualquier problema de salud con un chispazo futurista, ya existe combinación entre la medicina y la tecnología al alcance de todos.

Medicamentos con aplicaciones vinculadas

La primera variante de la que hablamos es la más sencilla, en realidad: aplicaciones preparadas por los creadores de los medicamentos para acompañar al uso. Una aplicación que, trasladada al mundo de los videojuegos, serían las llamadas ‘companion apps’ que siguen nuestros progresos, y nos benefician al llevarlas en nuestro dispositivo móvil.

Es el caso de un medicamento que se aplica en las uñas y les da un sabor amargo, para evitar el mordernos las uñas de manera inconsciente. Algo que, en realidad, ya tiene algo de tiempo, pero que ahora viene con una aplicación para seguir nuestros progresos. Esta aplicación, además de enviarnos recordatorios para utilizar el medicamento, «sigue» nuestros progresos y nos da recompensas por completar objetivos.

En otras palabras, es una forma de cuantificar el «esfuerzo» que nos supone estar atentos y seguir el tratamiento. En un ibuprofeno es inútil, nos lo vamos a tomar con o sin aplicación cuando estemos enfermos para estar mejor, pero en otros tratamientos donde nos puede costar más seguirlo, sí puede ser un buen incentivo si no somos gente de mucha fuerza de voluntad.

Medicamentos y dispositivos con aplicaciones conectadas

Si ya le hemos puesto Bluetooth a la nevera, ¿por qué no ponérselo al test de embarazo?

Hemos hablado miles de veces del Internet de las Cosas, no es algo nuevo para ninguno, y la industria de la salud ya está pasando por ese proceso, dejando a un lado esas aplicaciones que les hacen simple compañía. Si ya fuimos capaces de ponerle Bluetooth a la nevera, y crear un nuevo problema del primer mundo al ver que Google Calendar no funcionaba, ¿por qué no vamos a ponérselo a un test de embarazo, tenga mayor utilidad o no sirva para mucho?

Vale, es inviable el pretender meter Bluetooth o WiFi a una pastilla o a un sobre efervescente, pero sí hay elementos donde se puede implementar. Por ejemplo, pueden servir para darnos resultados más exactos, enviarnos alertas sobre nuestro nivel de insulina si somos diabéticos, o incluso marcapasos capaces de enviar información a nuestro médico para que tome las medidas oportunas.

Relojes, wearables y dispositivos con funciones de salud

Por último, y hablando de presente, cada vez son más los dispositivos «comunes» que cumplen con funciones de salud. Por ejemplo, no es raro que un smartphone o un reloj inteligente tenga sensor para medir nuestro pulso cardiaco, y ya las funciones que monitorizan nuestra actividad física se dan por hechas cuando compramos un nuevo dispositivo.

Cada vez son más las personas que utilizan su móvil para comprobar cuánto se mueven cada día, cuánto ejercicio han hecho en su entrenamiento, o cómo de bien duermen durante las noches. Esos pequeños detalles forman parte de nuestra salud, y los smartphones que llevamos en nuestro bolsillo ya se están encargando de medir una parte de ella. ¿Cuanto falta para que vayan midiendo cada vez más?

¿Qué tendremos en el futuro?

Justo de eso nos toca hablar ahora, de las cosas que veremos en el futuro. No tenemos una bola de cristal mágica que nos lo diga, por supuesto, pero ya se han dejado ver detalles que nos muestran hacia dónde podría ir la evolución en el campo de la salud.

Wearables que controlan nuestra salud por completo

Hasta ahora, los wearables se han encargado de cuantificar parte de nuestra salud. Medir los pasos que damos a lo largo del día, lo bien que dormimos, o incluso cómo somos en las relaciones sexuales. Esto es sólo una parte, y existen compañías interesadas en terminar el trabajo que ya se ha empezado.

Por ejemplo, Alphabet (la compañía madre de Google, desde su reestructuración) tiene toda una división dedicada al tema, y ya sabemos que están trabajando en un wearable especializado en medir la salud del paciente que lo lleve puesto. Justo en el enlace de arriba tenéis más detalles, ya hemos hablado del invento de Google en El Androide Libre.

Pero no sólo Alphabet está metida en esto, también existen investigadores repartidos por todo el mundo que trabajan combinando tecnología y medicina, trayéndonos creaciones como tatuajes temporales que controlen todas nuestras constantes vitales. El campo promete muchísimo, y el tiempo nos traerá más y más avances novedosos que fusionen la medicina y la tecnología.

En Omicrono | Así son los tatuajes temporales que controlarán nuestra salud

Medicinas y nano-robots con inteligencia

Además, y por si no era suficiente con todo esto, las medicinas también alcanzarán cierto grado de «inteligencia», y todo gracias a la nanotecnología. ¿Os imagináis que ingerís unas pastillas, y que estas pastillas envíen un diagnóstico efectivo a nuestro médico, o que incluso puedan resolver el problema por sí solas. Parece ciencia ficción, sí, pero compañías como Google y Motorola llevan algo de tiempo trabajando en ello.

Compañías tecnologías, ¿comiendo terreno a la industria farmacéutica?

Si lo pensamos, la industria farmacéutica se está metiendo en el mundo tecnológico, un campo que no dominan mucho y que está lleno de rivales. Y la industria tecnológica está comiendo terreno a la industria farmacéutica, siempre caracterizada por las ingentes cantidades de dinero y recursos que es capaz de mover. Por no decir que gigantes como Google están dando pasos de bebé en la medicina, no tienen el conocimiento y medios que tienen los ya establecidos.

Aun así, que las compañías tecnológicas se metan en el campo de la medicina, y viceversa, plantea un campo de batalla muy interesante. Y por sí sóla, la unión entre tecnología y medicina promete grandes avances que se especializarán en mejorar nuestra salud, algo que siempre es bienvenido.