LG G Pad 10.1, análisis y experiencia de uso

LG G Pad 10.1, análisis y experiencia de uso

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LG G Pad 10.1, análisis y experiencia de uso

Experiencia de uso y análisis de la LG G Pad 10.1, la última tablet de gama media con hardware equilibrado y precio asequible de LG. Todos los detalles.

7 enero, 2015 12:50

Las tablets han conseguido meterse de lleno en los hogares. Su uso varía mucho de una persona a otra, pero hay quienes se sienten cómodos con ellas para trabajar y otros sólo le sacan partido a la hora de consumir contenido multimedia y repasar la actualidad en el sofá.

En 2013, LG lanzó al mercado la G Pad 8.3, una tablet de tamaño medio con un enorme rendimiento y una gran calidad precio, como ya vimos en nuestro análisis a fondo. A mediados de 2014, nuevos modelos se unieron a la familia G Pad; los surcoreanos introdujeron en su catálogo tres nuevos tamaños: 7.0, 8.0 y 10.1, siempre haciendo referencia a las pulgadas de pantalla.

No se trata de modelos de último nivel, no compiten en la gama alta de las tablets ni por ser las más potentes, sino que se colocan en la zona media del mercado, con especificaciones equilibradas de gama media y nada de precios disparatados. Ha pasado por nuestras manos la de mayor tamaño, ahí va la experiencia de uso y análisis de la LG G Pad 10.1.

Opinión y análisis de la LG G Pad 10.1

  • Características
  • Diseño, materiales y sensaciones
  • Pantalla
  • Software: KitKat y extras LG
  • Rendimiento
  • Batería
  • Conclusiones y Opinión
  • Puntuación Final

Características de la LG G Pad 10.1

Las nuevas G Pad entre las que está el modelo 10.1, están pensadas para primeros usuarios de estos dispositivos, que no quieran gastar una enorme cantidad de dinero, pero que quieren tablets con suficiente potencia como para mover vídeos de calidad, mucha navegación y cualquier tipo de uso dirigido al entretenimiento.

La LG G Pad 10.1 monta, como su nombre indica, una pantalla de 10.1 pulgadas, cuyo panel IPS LCD tiene una resolución HD, es decir 1280×800 píxeles que nos dan 149ppi, una densidad un tanto justita viendo a lo que nos han ido acostumbrando con las pantallas ultradefinidas, pero no olvidemos la gama en la que se mueve.

En los componentes internos tenemos un procesador Qualcomm Snapdragon 400, sobradamente conocido por ser utilizado en infinidad de smartphones y tablets, demostrando siempre su rendimiento. Está acompañado por 1GB de RAM y la GPU Adreno 305.

Especificaciones técnicas de la LG G Pad 10.1

  • Pantalla IPS LCD HD (1280×800) de 10.1 pulgadas / 149ppi
  • Procesador Qualcomm Snapdragon 400 MSM8226 QuadCore a 1.2GHz
  • Procesador Gráfico GPU Adreno 305
  • Memoria RAM de 1GB y Memoria interna de 16GB + microSD hasta 64GB
  • Cámara trasera 5MP / Frontal 1.3MP
  • Batería de 8000 mAh (no extraíble)
  • Wi-Fi 802.11 a/b/g/n, Bluetooth LE 4.0, NFC / Acelerómetro, giroscopio
  • GPS / MicroUSB 2.0 / Emisor Infrarrojos
  • Android 4.4.2 KitKat + Capa LG Optimus UI
  • Medidas: 260.9 x 165.9 x 8.9 mm
  • Peso: 523 gramos

En el punto del almacenamiento, nos encontramos con una capacidad de 16GB aunque por suerte la G Pad incluye ranura para ampliar con tarjetas microSD, un punto siempre importante y más en tablets, en las que necesitaremos espacio y posibilidad de expansión para almacenar contenido multimedia.

En cuanto a las cámara, no son ninguna maravilla, pero tampoco son esenciales en tablets. La trasera y principal utiliza un sensor de 5MP, sin flash, mientras que la frontal es de 1.3MP suficiente para videollamadas y conferencias puntuales.

Su batería tiene una capacidad de 8000mAh y en el apartado de conectividad va bien servida, con WiFi, NFC, BT 4.0, emisor infrarrojos (para controlar televisores, etc.), GPS… Eso sí, no existe una variante de la G Pad 10.1 con conectividad 3G/4G.

Diseño y materiales de construcción

El diseño de la nueva línea G Pad no tiene misterio, apuesta por líneas simples y planas. En esta 10.1, como es normal, tenemos una tablet de grandes dimensiones y, a mi parecer, se va un poco de peso, alcanzando los 523 gramos que se notan desde el primer momento que se agarra y penaliza su transporte y uso continuo “a peso”.

El frontal de la LG G Pad 10.1 está dominado por el cristal que recubre toda la pantalla y los marcos. Bajo él también se esconden los sensores y la cámara frontal, pero hay total ausencia de botones físicos en esa zona. Los bordes son ligeramente curvados, recordando un poco a la Nexus 10, aunque en esta ocasión los altavoces no son frontales.

El resto del cuerpo está acabado en plástico, un plástico liso pero con acabado mate y tacto gomoso que le proporciona una buena sensación al tacto, mejorando así su agarre. El punto que menos nos gusta, al menos en nuestra unidad negra, es la cantidad de huellas que recoge ese plástico, aunque se limpia fácil.

La cámara, sin flash, y el par de altavoces son los únicos protagonistas de la trasera de la tableta. Éstos están colocados casi en los extremos si agarramos el dispositivo en horizontal. Esa posición penaliza un poco el sonido al apoyar la tablet sobre una superficie e incluso al agarrarla con dos manos.

La unión entre el frontal de cristal y la trasera de plástico es curvada, facilitando con esos marcos el agarre. Los únicos botones físicos están en el marco superior (en apaisado) y son los de volumen y el de encendido, del que nos podemos olvidar casi por completo gracias a la función KnockOn de doble toque sobre la pantalla para despertar o apagar.

Así, junto con el sensor emisor de infrarrojos, todos los conectores de la tablet se encuentran en el marco izquierdo: jack 3.5mm, puerto microUSB y ranura para microSD, que viene bien protegida con una tapita.

Esta tablet de LG no pretende luchar con las de gama alta, ni en rendimiento ni en acabados premium, porque no lo tiene. Sin embargo, pese a utilizar plástico, aporta buenas sensaciones en mano, es sólida, no cruje y tiene como único punto en contra su alto peso y la ubicación de los altavoces, primordiales a mi modo de ver en una tablet, tanto para ocio como para trabajo.

Pantalla: 10.1 pulgadas justas de resolución

Como hemos dicho al comienzo, esta tablet de LG se sitúa en la gama media, y como tal, en ella no encontramos resoluciones espectaculares. El panel que utiliza la G Pad 10.1 es un LCD IPS (a su favor juega que algunos competidores siguen utilizando TFT) con resolución HD, es decir 1280×800 píxeles.

Con esa resolución y ese tamaño, nos queda una densidad de pantalla de 149ppi. No nos engañemos, no se va a ver como tu smartphone de última generación. Nos hemos acostumbrados rápidamente a superar los 350-400-450ppi y cuando “bajamos”, se nota, pero no es tan preocupante.

Es cierto que no se ve expléndidamente nítida y se nota sobre todo a la hora de leer textos, pero es suficiente para disfrutar de una buena experiencia. Además, la tecnología IPS ayuda a mejorar los ángulos de visión, que son bastante buenos (excepto si nos vamos a los más extremos, algo poco natural).

Sí echamos en falta un poquito más de contraste y saturación, los colores se muestran ligeramente lavados y los negros no son intensos. En términos de brillo, el nivel máximo es más que suficiente en condiciones de interior, que se dará en el 80% de los casos de uso, mientras que el mínimo tampoco está nada mal, pero siempre se agradece unos puntos menos para evitar el cansancio de los ojos.

En exterior no es ninguna maravilla, pero tampoco nos sorprende este apartado, un punto en el que deben mejorar prácticamente la totalidad de los dispositivos del mercado.

Software: KitKat escondido tras Optimus UI

Los surcoreanos de LG estrenaron junto con su flamante G3, la última versión de su capa de personalización: Optimus UI. Una renovación que ya le hacía falta, al menos estéticamente y que añadía multitud de extras y aplicaciones con un lavado de cara. Desde entonces, prácticamente la totalidad de dispositivos de la marca ha incluido esta edición de Optimus UI, y las tablets G Pad no son menos.

La versión de Android que tenemos bajo esa personalización es Android 4.4.2 KitKat y, pese a que ya tenemos Lollipop en el mercado, todavía no tenemos noticias de su actualización. Optimus UI se aleja bastante de la estética stock, aunque apuesta por un diseño moderno y con colores planos en la mayoría de zonas.

Entre las aplicaciones extras y funciones complementarias que LG introduce está QSlide, esa barra adicional que se une a la zona de notificaciones (y que reduce más aún el espacio para las mismas) y que nos permite abrir apps como el calendario o el navegador en pestañas flotantes, muy útil para potenciar la multitarea. QuickRemote, a través de los infrarrojos, controla equipos multimedia y QPair mantiene la sincronización de avisos (como llamadas o mensajes) entre tu smartphone y la tablet LG.

Una función que siempre se agradece y que acaba siendo una auténtica maravilla es KnockON y KnockCode, es decir, la activación y desbloqueo de la pantalla de la tablet mediante toques sobre la misma, así podemos olvidarnos al 100% del botón físico, evitando su desgaste y, sobre todo, olvidándonos de tener que buscarlo sea cual sea la posición u orientación del dispositivo.

Tenemos opción para personalizar la botonera virtual y así añadir nuevos accesos a los ya clásicos de “Atrás, Home y multitarea”. Por ejemplo, podemos hacer que aparezca un botón dedicado para bajar la barra de notificaciones, abrir QuickMemo o activar la función de partir pantalla para que dos aplicaciones compartan espacio.

En general, la G Pad se mueve bien, pero su fluidez no es excelente. Sobre todo cuando la acabamos de despertar o a la hora de hacer uso rápido de la multitarea y las aplicaciones recientes, notamos un pequeño lag, aplicaciones que tardan en abrir unos segundos de más y animaciones que no van todo lo fluidas que deberían.

¿Se debe a su hardware? En mi opinión, no. Al igual que ocurría en el G3, con un hardware de alto nivel, teníamos lag y acabamos culpando a la falta de optimización de la capa de LG. La fórmula Snapdragon 400 + 1GB de RAM ha sido repetida hasta la saciedad, demostrando en dispositivos con Android casi stock que puede poner en apuros hasta al mejor flagship.

Rendimiento y experiencia de uso

Dejando a un lado ese pequeño lag del que hablábamos en el apartado anterior, la LG G Pad 10.1 se comporta muy bien en el uso diario. No podemos pedirle el máximo rendimiento, pero su respuesta es buena cuando navegamos por la web, leemos documentos, trabajamos con suites ofimáticas y consumimos contenido multimedia.

El rendimiento de los juegos también es un punto clave en tablets, capaces de convertirse en auténticas consolas portátiles y centros de entretenimiento para pequeños y mayores. En este caso, el hardware limita la potencia que puede desarrollar, aún así, en juegos poco exigentes se comporta sin problemas. Eso sí, si queremos echar una partida a alguno más potente, tipo Asphalt o Modern Combat, veremos como el lag y los tirones hacen acto de presencia.

El sonido es alto y claro, aunque como hemos dicho anteriormente, la posición de los altavoces no es la mejor, quedando obstruidos en determinadas posiciones. Con una colocación frontal y estéreo ganaría muchos puntos.

Cámara

La cámara no suele ser el punto fuerte de las tablets, yo mismo no suelo ser muy partidario de hacer fotos con ellas, no me gusta parecer el cuarto árbitro mostrando el cartel del tiempo añadido. Sin embargo, en muchas ocasiones nos pueden sacar de un apuro o utilizarla para sacar una instantánea rápida de algún documento.

Aquí encontramos una trasera con sensor de 5MP y, pese a su limitación, conseguimos imágenes con detalle a plena luz del día. Los colores se muestran naturales, aunque quizá tengan un aspecto levemente lavado y faltos de intensidad. En buenas condiciones de iluminación el enfoque-disparo es rápido, aunque el procesado tiende a crear falsa nitidez que se nota ante todo cuando ampliamos un poco la escena.

En baja luz la cosa cambia, el ruido hace aparición en toda la imagen y le cuesta más encontrar el punto de enfoque, por desgracia tampoco tenemos un flash para asistirnos. La cámara frontal, con 1.3MP hace su trabajo e incluso encontramos la “función selfie” que ya vimos en el G3: abrir y cerrar el puño delante de la cámara activa una cuenta atrás de 3 segundos.

En cuanto a la grabación de vídeo, el sensor es capaz de alcanzar los 1080p a 30fps. Los resultados no son una maravilla pero, de nuevo, son más que satisfactorios teniendo en cuenta que es una cámara de tablet de gama media y muy válidos para el usuario al que va dirigido.

Batería y autonomía

Punto importante el de la batería en las tablets, dispositivos que deben aguantar el trote diario con un uso mixto y, también dar la talla en reposo por si decidimos olvidarlas durante unos días. La LG G Pad 10.1 tiene una capacidad de batería de 8000mAh y su autonomía es, sencillamente, genial.

Con nuestro uso medio, hemos llegado a perder la cuenta de los días que llevaba la tablet encendida y sin necesitar recarga. En ocasiones te preguntas si el porcentaje de la batería “está roto”, porque no baja. Su consumo es muy bueno, ofrece horas y horas de pantalla en navegación web y otras tantas visualizando vídeo.

Los compañeros de GSMArena, que someten los dispositivos a test controlados y todos bajo las mismas condiciones, han conseguido más de 22 horas de navegación web contínua. Como referencia, son 10 horas más que el iPad Air o la Samsung Galaxy Tab S 10.5. De ese modo, esta G Pad se coloca en el apartado de batería como una de las mejores en el segmento de tablets de 10 pulgadas, aunque no hay que olvidar que su modesto hardware también ayuda (Snapdragon 400, 1GB de RAM, resolución de pantalla HD…).

Conclusiones, gran opción sin dejarse un riñón

Llegamos al final del análisis de la LG G Pad 10.1. Muchos quedamos un poco decepcionados al ver que la nueva generación de G Pad eran tablets de gama media en lugar de una renovación a la altura de la G Pad 8.3, que tan buen sabor de boca nos dejó en su momento. Sin embargo, pensándolo bien, LG ha ido por el buen camino.

No todo el mundo está dispuesto a gastar 350-400-500…€ en una tablet. Habrá usuarios que sí, que necesiten esa potencia, esa seguridad de tener un complemento fiable y potente que puede con todo en la mayoría de situaciones, pero para muchos usuarios que buscan una primera tablet, las nuevas G Pad 10.1 son opciones muy a tener en cuenta.

Con un hardware de gama media y muy equilibrado, responde muy bien en el día a día: ofimática, ocio, juegos, navegación y consumo de contenidos multimedia. Claro que tiene puntos débiles, como su alto peso o la resolución de la pantalla, pero se compensan con otros muy buenos como la enorme autonomía de su batería.

La LG G Pad 10.1 tiene un precio oficial de 245€, aunque podemos encontrarla por algo menos, una cantidad ajustada para el segmento en el que nos encontramos y compite con modelos como la Samsung Galaxy Tab 4 10.1 o la reciente BQ Aquaris E10, la última e interesante apuesta por las tablets de la marca española.

Puntuación