Análisis Google Nest Hub: el altavoz inteligente con pantalla

Análisis Google Nest Hub: el altavoz inteligente con pantalla

Análisis

Análisis Google Nest Hub: el altavoz inteligente con pantalla

Analizamos el Google Nest Hub, el primer altavoz inteligente con pantalla que llega a España, sus ventajas e inconvenientes.

7 junio, 2019 19:42

Los asistentes de voz invaden cada vez más nuestras vidas, y los altavoces inteligentes que los integran tienen una presencia cada vez mayor en nuestros hogares. El último en llegar al mercado es Google Nest Hub, el altavoz inteligente que como novedad integra una pantalla. Lo hemos probado y os contamos nuestra experiencia.

Quién nos iba a decir hasta dónde íbamos a llegar cuando Google presentó su asistente de voz, aquel que acabó convirtiéndose en Assistant. Esas primeras versiones eran malas, hacían pocas cosas, solo respondían ante comandos determinados y fallaban mucho.

El altavoz inteligente en el hogar

Hoy en día los asistentes de voz han evolucionando hasta el punto de convertirse en un elemento vital en los dispositivos electrónicos que nos rodean, una nueva forma de interactuar con ellos y manejarlos. Otra cosa es la vergüenza que todavía nos pueda dar hablar con el móvil o con la casa, pero lo cierto es que la penetración que han logrado en el mercado está muy por encima de lo que podríamos haber imaginado.

Al principio de su vida fueron poco más que un dictado de voz que llevaba a cabo funciones básicas, y con su evolución se han convertido en una forma de manejar el móvil y el hogar. Desde poner una alarma en nuestro teléfono hasta encender las luces o poner música. Los asistentes de voz cada vez funcionan mejor, y Google Assistant es sin lugar a dudas uno de los que están a la cabeza de la innovación.

Años después de la llegada a nuestras vidas de estos asistente de voz llegó a nuestras vidas un dispositivo que sacaba al asistente de su terreno natural, el teléfono móvil. Estamos hablando de los altavoces inteligentes, un dispositivo del hogar que hace dos años nadie conocía y que hoy en día empieza a inundar los hogares de todo el mundo.

Estos altavoces permiten interactuar con el entorno digital sin necesidad de recurrir al móvil. Para poner una cuenta atrás mientras cocinamos o para ambientar con música una habitación teníamos que buscar el móvil, desbloquearlo y darle la orden. Con un altavoz inteligente ya solo era necesario hablar con él de forma natural. Y si contamos con domótica como unas luces inteligentes, las posibilidades se multiplican.

Google Nest Hub, el altavoz inteligente con pantalla

Y llegamos a lo que más nos importa, el Google Nest Hub, un altavoz inteligente que integra además una pantalla. Era la evolución lógica de los altavoces inteligentes como el Google Home, y es que en un mundo en el que estamos rodeados de pantallas no podía faltar una en este nuevo dispositivo que a tantas casas estaba llegando.

Google Nest Hub es una pantalla táctil de 7″, una especie de tablet, que lleva como base un altavoz de casi 7 centímetros de base.

En la pantalla, elemento que está de cara y es siempre visible, encontramos dos micrófonos de largo alcance (podemos hablar con el altavoz a unos 5 metros sin ninguna dificultad y con total naturalidad) y un sensor de luz ambiente que adapta el brillo a las circunstancias que lo rodean.

Google Nest Hub cuenta con el asistente de Google, por lo que podemos darle todas las órdenes que queramos igual que con cualquier otro dispositivo que lo integre, y con Chromecast, por lo que podemos enviar contenido desde un móvil siempre y cuando sea compatible con este sistema.

En cuanto al diseño, el frontal es afortunadamente lo más bonito, y con la funcionalidad siempre activa que muestra fondos de pantalla muy agradables se convierte en un elemento decorativo muy atractivo. El trasero de la pantalla es un plástico no tan bonito, pero afortunadamente rara vez está a la vista.

Es importante tener en cuenta que el alimentador de es de 15 W y no es USB, si no con clavija de alimentación estándar, que por cierto es el único puerto que tiene el dispositivo.

La configuración inicial es extremadamente sencilla y se hace siguiendo unos pocos pasos guiados a través de la aplicación Google Home. No podría ser más fácil y rápido, en menos de cinco minutos está todo configurado y funcionando.

Altavoz inteligente con pantalla, ¿aporta algo?

Hasta ahora los asistentes inteligentes habían llevado a nuestras vidas principalmente a través de los teléfonos móviles, y no ha sido hasta hace relativamente poco que hemos empezado a ver los altavoces que los integran.

La diferencia entre Google Nest Hub y un altavoz inteligente es solo eso, la pantalla. Pero, ¿aporta algo sobre sus antecesores? Lo cierto es que al principio era un poco incrédulo, y es que uso altavoces inteligentes a diario (tengo la casa completamente plagada de ellos) y no veía realmente la necesidad de que tuviesen pantalla.

Pero después de probar el Google Nest Hub uno cambia de opinión. Si bien la pantalla no es un elemento necesario, se convierte en un apoyo visual importantísimo tanto a la hora de recibir información como a la del entretenimiento, donde posiblemente tenga más importancia.

¿Qué puedo hacer con un altavoz inteligente con pantalla?

La pregunta inmediata que nos viene a todos a la cabeza es lógica: ¿Qué puedo hacer con un altavoz inteligente con pantalla que no pueda hacer con uno que no tiene? Es decir, ¿qué puedo hacer con el Google Nest Hub que no pueda hacer con el Google Home?

Pues prácticamente todo lo que se puede hacer con uno se puede hacer con el otro, con la gran diferencia de que el Nest Hub aporta un apoyo visual muy útil.

Cuando le pedimos la información del tiempo a Google Home, este nos responde con voz el tiempo que va a hacer, la temperatura, si va a llover, etc. Google Nest Hub hace exactamente lo mismo, pero además nos muestra en pantalla lo que nos está diciendo. La gran ventaja es que la información nos queda mucho más clara con el respaldo visual, y si estamos haciendo varias cosas a la vez podemos mirar una vez ha acabado de hablar y la pantalla seguirá mostrando lo que nos ha dicho el asistente.

Además de esto, podemos interactuar con la pantalla, lo que nos permite explorar la temperatura y su evolución en diferentes horas del día, mirar la del próximo día, el fin de semana, etc. Es decir, en lugar de seguir preguntando al asistente, usar la mano para obtener más datos sobre el tiempo. Y esto con cualquiera de las funcionalidades que podamos imaginar.

La otra cosa que hace un altavoz inteligente con pantalla que no hace uno sin pantalla es evidente: mostrar vídeos y fotos. La parte de entretenimiento se transforma por completo, y es que ahora podemos acceder a vídeos de YouTube que nos expliquen una receta mientras cocinamos o simplemente tener puesta una lista de reproducción con videoclips, que como decíamos antes no es necesario, pero crea un ambiente más agradable en torno a la música que estamos escuchando.

Otra de las utilidades importantes de Google Nest Hub es su funcionamiento como centro de control del hogar domótico. Para aquellos que hayáis empezado a introducir elementos inteligentes en vuestras casas, sabréis que es un auténtico vicio y uno no puede de poner más y más cosas.

Si queremos controlar estos dispositivos inteligentes desde Google Home tenemos que buscar, desbloquear el móvil y abrir la aplicación para hacerlo desde allí (al menos cuando no lo queremos hacer con comandos de voz). Desde Google Nest Hub podemos deslizar desde arriba a abajo y se abre una pantalla que controla todos los dispositivos inteligentes del hogar, una forma fácil y rápida que se convierte en una funcionalidad básica.

Lo que no hace Google Nest Hub

Pero no nos equivoquemos, Google Nest Hub no es una tablet con altavoz que integra un asistente de voz. Es decir, su pantalla no es una tablet Android donde podemos seleccionar aplicaciones e interactuar como estamos acostumbrados en una tablet.

Al contrario, Nest Hub solo nos permite mostrar información a través de comandos de voz, no es posible ejecutar directamente aplicaciones. Aunque hay alguna excepción como es el tiempo, ya que desde la pantalla principal siempre se muestra y podemos pulsar sobre él para abrirlo. Por lo demás siempre tendremos que pedirle que arranque la función que deseamos.

Google Nest Hub tampoco es una televisión, y aunque sí es posible enviar contenido como fotos a través de su integración como Chromecast, al final para este tipo de tareas uno acaba usando la televisión (siempre y cuando tenga Chromecast) porque es mucho más cómodo y natural.

¿Merece la pena Google Nest Hub?

Llegados a este punto se hace necesario hablar de un factor crítico, el precio. Google Nest Hub tiene un precio de 129€, mientras que Google Home cuesta 99€ y Google Home Mini 59€, aunque como ya todos sabréis es muy común encontrarlos a precios más reducidos en las múltiples ofertas que van surgiendo. Pero centrémonos en el precio oficial.

Para aquellos que os iniciáis en el mundo de los altavoces inteligentes y los asistentes de voz el que más merece la pena es sin lugar a dudas Home Mini, un altavoz con relativa buena calidad de sonido que hace exactamente lo mismo que Home.

La gran diferencia es la calidad del audio, que aumenta mucho en el segundo. Si vais a usarlo mucho para escuchar música tendréis que hacer la inversión extra y comprar el Home, sin lugar a dudas.

Y ahora bien, ¿merece la pena comprar el Google Nest Hub? Si seguimos con las diferencias, el aporte extra de este con respecto al Home es la pantalla, siendo la calidad de sonido muy similar.

Ya os hemos contado todo lo que puede y no puede hacer la pantalla del Nest Hub, así que la decisión es vuestra. Sinceramente, no parece un precio demasiado caro para un dispositivo con pantalla a color y tantas funcionalidades. Los marcos de fotos digitales eran más caros y no hacían nada en comparación con esto.

Hay que recordar que la información que reproduce en audio Google Home es la misma que reproduce y muestra en su pantalla el Nest Hub. El extra es un apoyo visual, muy atractivo y funcional.

¿Es necesario? Posiblemente no. ¿Merece la pena? A mí sí porque me parece mucho más atractivo, funcional, útil y encima se convierte en un elemento decorativo más en el hogar.