Análisis a fondo del Google Pixel 3 XL

Análisis a fondo del Google Pixel 3 XL

Análisis

Análisis a fondo del Google Pixel 3 XL

Analizamos a fondo el Google Pixel 3 XL, aspirante al trono Android por naturaleza. Buen teléfono, cámara increíble, software puro de Google... Y notch.

15 octubre, 2018 17:00

No importan los móviles que hayas analizado a lo largo del año, que te enfrentaras a lo más potente de Android o, incluso, a lo más potente de la competencia: basta con que tengas la oportunidad de acercarte a un Pixel para que te cambie por completo la perspectiva de Android. Los móviles de Google no son móviles perfectos, pero sí perfectamente equilibrados.

Seguí la actualidad de los Google Pixel 3 y todas las filtraciones que se fueron sucediendo a lo largo de los meses previos al lanzamiento. Así que, cuando por fin abrí la caja del Google Pixel 3 XL, mis emociones confluyeron en un cauce de curiosidad, confirmación y alegría. Para bien o para mal este es el representante de Android, todo lo que la empresa desarrolladora del sistema busca en un teléfono representativo.

No es un móvil perfecto y seguro que Google jamás desarrollará tal dispositivo. Aun así, el Pixel 3XL es la confirmación de que la empresa sí sabe cómo crear un teléfono que se adapta al usuario. Te va atrapando poco a poco hasta que caes rendido a sus chips. O quizá lo odies, no suele haber término medio. ¿De uno o de otro bando? Analícemoslo a fondo para que puedas emitir tu valoración. Yo haré lo mismo.

Características del Google Pixel 3 XL

En este punto, que corresponde con todo inicio de review, no existe subjetividad: el móvil es tal y como su hoja técnica representa. Esto hace fácil las comparaciones en un terreno donde el Google Pixel 3 XL juego con serias dudas: ¿vale realmente los 949 euros con los que parte la versión más básica? Lo tiene difícil para demostrarlo.

A continuación tienes las especificaciones del Google Pixel 3 XL en profundidad:

  • Procesador – Qualcomm Snapdragon 845 de ocho núcleos.
    • 4 x Cortex A75 a 2.8 GHz.
    • 4 x Cortex A55 a 1.8 GHz.
  • Memoria RAM: 4 GB.
  • Almacenamiento.
    • Interno: 64 / 128 GB.
    • MicroSD: no.
  • Gráfica: Adreno 630.
  • Pantalla.
    • Tamaño: 6.3 pulgadas.
    • Resolución: 2960 x 1440 px.
    • Tecnología OLED.
    • Relación de aspecto: 19:9.
  • Cámara trasera.
    • Resolución: 12 Mpx, 1/2.55″, 1.4µm.
    • Apertura: f/1.8.
    • Otros: LED Flash, OIS, dual pixel PDAF, enfoque láser.
  • Cámara delantera.
    • Resolución: 8 Mpx la principal y 8 Mpx gran angular la secundaria.
    • Apertura: f/1.8.
  • Conectividad: 4G/LTE, Dual SIM, Bluetooth 5, WiFi 5…
  • Puertos:
    • Conector USB Tipo C.
    • Bordes “achuchables” “Active Edge”
  • Batería: 3400 mAh
  • Dimensiones: 158 x 76.6 x 7.9 mm
  • Peso: 184 gramos
  • Otros:
    • Pixel Visual Core.
    • Titan Security.
    • Resistencia al agua y al polvo IPX8
  • Sistema:
    • Versión de Android: Android 9 Pie.

Es un móvil de enorme notch, pero quizá no sea lo peor

Las primeras críticas una vez salieron las filtraciones se centraron en lo mismo: el recorte de la pantalla es enorme. Esto no es subjetivo y se confirma nada más se enciende el teléfono: el diseño del frontal se ve roto por la pestaña que, en un incomprensible error de proporción, se extiende un centímetro de alto. No se puede obviar lo evidente. Aun así, y una vez se utiliza el móvil, la vista tiende a obviar el notch hasta que no vuelves a apreciarlo a no ser que te fijes. La barra de notificaciones ayuda: el sistema rellena el hueco para adaptar la interfaz de las aplicaciones (en ocasiones queda grotesco).

Tamaño grande, dimensiones considerables y panel suficientemente bien aprovechado. Por arriba está el noch y por abajo el marco inferior; que deja espacio para uno de los dos altavoces en el frontal. El Google Pixel 3 XL mantiene el doble altavoz estéreo situando el segundo en el auricular del teléfono. Como última queja del notch diré que Google podría haberlo aprovechado mejor manteniendo las cámaras a ambos lados del altavoz con los sensores en consonancia. Reducido en altura el recorte no sería tan molesto; por más que uno se acostumbre más o menos rápido (eso no significa que deje de ser una mala decisión de diseño).

Da la sensación de que el enorme notch esté enormemente desaprovechado

El tacto es muy agradable pese a que sostenerlo en la mano, y usarlo con la misma extremidad, resulta complicado. Hemos llegado a un punto en el que consideramos «normal» un móvil que hace tres años habría sido enorme, así es como encaja el Pixel 3 XL en cuestión de tamaño: no se hace imposible de manejar, pero sí cuesta hacerlo en el caso de que la mano no sea demasiado grande. Por suerte, siempre está la opción del Google Pixel 3, un móvil de casi idénticas especificaciones y mucho más contenido en tamaño (y sin notch).

El aspecto general es muy agradable, posee todas las sensaciones de un móvil «premium» sin que destaque demasiado por diseño. Sí es peculiar el tratamiento de la cara trasera con ese doble tacto y acabados para la única cara de cristal. Por arriba dicho cristal aparece pulido; en las tres cuartas partes inferiores posee un acabado mate que también facilita el agarre. El problema es que dicho acabado se raya con demasiada facilidad, es otro de los puntos negativos que posee el Google Pixel 3 XL en términos de diseño.

El acabado mate de la parte trasera queda genial a la vista, pero se lleva muy mal con los arañazos

¿Recuerdas la rima que daba pie a esta parte de la review? «Es un móvil de enorme notch, pero quizá no sea lo peor«, así la he titulado. Pues bien, hay algo peor que el recorte de la pantalla, al menos bajo mi punto de vista: la situación de los botones físicos. Los tres permanecen en el costado derecho; con una situación alterada: el de encendido está arriba y los de volumen en el lugar donde cae naturalmente el dedo. No es algo extraño en los Pixel, pero no por ello deja de ser negativo. Sobre todo en un móvil tan grande: resulta imposible apagarlo a la primera y con el tacto, hay que forzar la posición para desactivar la pantalla.

Una vez reseñados los aspectos más negativos del Google Pixel 3 XL en términos de diseño diré que el contorno está muy suavizado dando un toque agradable (marco de aluminio recubierto); la bandeja para la nano SIM está en el borde inferior, a la izquierda del USB-C; posee el micro secundario en el borde superior (de un total de tres micrófonos); y el objetivo de la cámara sobresale algo menos de un milímetro del cuerpo del teléfono. El sensor de huellas sí cae justo en el sitio más cómodo, a la altura del dedo índice. Nada que objetar aquí.

Google no ha realizado excesivos alardes para distanciarse de la competencia en términos de diseño ya que mantiene una línea evolutiva con respecto a los anteriores modelos. Esto hace que el Pixel 3 XL no se distinga en exceso más allá del notch; especialmente si proteges el móvil con una funda, algo recomendable dada la facilidad que tiene el acabado mate trasero para atraer los rayones. El peso no es ligero, pero tampoco excesivo.

El Google Pixel 3 XL posee doble cara de cristal, con los inconvenientes en fragilidad que ello implica. Por contra, Google sí le saca partido a esta condición al incluir carga inalámbrica y al proteger el móvil con resistencia al polvo y al agua IP68.

Potencia en la línea de un gama alta con detalles muy mejorables debido a su categoría

A estas alturas de 2018 no nos va a sorprender en absoluto un Qualcomm Snapdragon 845, todos sabemos ya que el rendimiento de este SoC está a la altura de lo que cualquiera esperaría en un smartphone de la más alta potencia. El Google Pixel 3 XL saca pecho con él: el móvil se siente rápido, veloz, con unos gráficos en los juegos de mayor exigencia que saltan la pantalla por su calidad y fluidez. Jugar a Fortnite es una delicia por lo bien que arranca.

No hay quejas: el rendimiento bruto es excelente, no existe aplicación o juego actual que no deje buen sabor de boca al arrancarse en el Pixel 3 XL. También los benchmarks se mantienen al nivel, solo hay que realizarle las pruebas habituales para comprobarlo. Las tienes justo a continuación.

De izquierda a derecha: AnTuTu, Geekbench 4, 3D Mark y Androbench

Vale, incluye el Snapdragon 845, la GPU Adreno 630 para ofrecer gráficos de la más alta potencia… Pero ¿qué ocurre con el resto del hardware base, el que debe ofrecer la información con la que CPU y GPU gestionan la carga de procesamiento? En este punto he de ser crítico: no puede ser que Google encuentre suficientes los 4 GB de memoria RAM y los 64 GB de partida en cuestión de almacenamiento. No digo que el móvil se vea lastrado con estos componentes porque resulta todo lo contrario, pero no hay duda de que un móvil de la más alta gama debe distinguirse también por traer lo máximo en hardware. Lo mínimo debería haber sido 6 GB de RAM y 128 Gb de almacenamiento.

4 GB se ven demasiado justos en RAM, sobre todo en un móvil de casi mil euros

Datos concretos aparte, y dejando fuera las críticas por lo que debería traer el móvil al tener la categoría y etiqueta de precio que posee el Pixel 3 XL, no puedo decir que el smartphone se comporte mal, más bien al contrario: es una absoluta delicia asistir al movimiento entre aplicaciones, lo rápido que las arranca, sorprende lo bien que funciona en términos generales y lo rápido que va en todas las tareas. Las animaciones son excesivamente lentas, eso sí me parece mejorable (se pueden reducir desde los ajustes de desarrollador).

Excelente pantalla que peca de escaso brillo

En este apartado obviaré el notch del Google Pixel 3 XL ya que hablé de él en el apartado diseño y no influye en nada con respecto al uso y calidad del panel. Respecto a estos dos aspectos, he de decir que la pantalla OLED incluida en el frontal del smartphone deslumbra por su fidelidad, su representación de color, por su contraste y también por cómo se ve de frente y en la mayor parte de ángulos. Por desgracia, no deslumbra cuando más lo necesita, en los exteriores.

La pantalla del google Pixel 3 XL peca de falta de brillo en exteriores

Empiezo con el punto más negativo de esa pantalla: distinguir el móvil en exteriores resulta complicado; y casi imposible cuando le incide directamente la luz del sol. Es una lástima porque en el resto de aspectos la pantalla del Google Pixel XL resulta espléndida, no en vano Display Mate la ha destacado como la mejor en smartphones. Es una delicia, tanto reproduciendo vídeo (es compatible con el contenido en HDR) como en juegos y aplicaciones. El tinte azul del anterior Pixel 2 XL ha desaparecido (sí se aprecia ligeramente en ángulos de visión más acusados).

Resulta muy complicado distinguir la pantalla en exteriores

Entre los detalles incluidos, Google equipa los Pixel 3 con doble toque para encender el panel, ofrece pantalla ambiente (Ambient Display) configurable, entre los ajustes de personalización se puede elegir el color natural o ligeramente saturado (sin pasarse), hay «tema oscuro» disponible (no es realmente oscuro ya que depende de la aplicación) y dispone del reconocimiento automático de canciones que ya tenían los anteriores Pixel; apareciendo el título en la pantalla ambiente, algo que, en lo particular, me encanta. El Google Pixel 3 XL sí incluye una novedad en esta opción: ahora posee un registro accesible con todo el historial de canciones.

La pantalla es uno de los puntos fuertes del Pixel 3 XL. Nítida, capaz de realzar las imágenes con naturalidad, con una resolución que encaja perfectamente en el tamaño de pantalla del móvil (523 PPI) y que no lastra en exceso el consumo de batería (la pantalla ambiente consume alrededor de un 1 % del total). Precisamente, ha llegado el momento de enfrentarse a la autonomía.

Batería decente y sin excesivos alardes

La batería es ese elemento imprescindible en un smartphone que más polémica arrastra dada su escasa vida una vez el móvil sale del enchufe. 3400 mAh ofrece en el caso del Google Pixel 3 XL, una cantidad que, pese a ser adecuada, está algo lejos de la competencia directa, como los 4000 mAh del Samsung Galaxy Note 9 o los del Huawei P20 Pro, por poner dos ejemplos. Por tamaño no será, el móvil parece lo suficientemente grande como para haber cabido mayor batería.

No te va a dejar tirado a las primeras de cambio, eso seguro. No obstante, tampoco es una batería que aguante con vida más de una jornada si haces un uso moderado/alto del teléfono: durante mis pruebas ha sido rara la carga que me ha durado más del día y medio. Con un uso contenido sí aguanta más allá; siempre reduciendo los juegos de gran carga gráfica, la navegación web y la pantalla ambiente. Entre 4 y 5 horas de pantalla es lo habitual, también las 6 horas.

La batería va mejorando con el uso: Android 9 ajusta el consumo dependiendo de las apps

Uno de los detalles con los que el Google Pixel 3 XL gestiona la batería es mediante la utilización de Inteligencia Artificial. En este punto resulta inestimable la ayuda de Android 9; junto a la utilización del panel OLED que, pese a tener un tamaño considerable, gestiona mejor el uso de los negros. Por contra, la resolución QHD+ penaliza, como es obvio.

A continuación tienes una prueba objetiva de consumo realizada por GeekBench 4.

Análisis de batería realizado con Geekbench 4

En términos de carga, el Google Pixel 3 XL incluye carga rápida: en una hora y media aproximadamente se carga el móvil de 0 a 100 %. Los datos obtenidos con el cargador incluido, de 18W, son los siguientes:

  • 5 minutos: 8 % de batería.
  • 10 minutos: 17 % de batería.
  • 20 minutos: 33 % de batería.
  • 30 minutos: 48 % de batería.
  • 50 minutos: 73 % de batería.
  • Tiempo total de carga: 92 minutos.

Una de las novedades  de los Google Pixel 3 es la inclusión, por fin, de carga inalámbrica, compatible con carga rápida sin cables. Con un cargador Qi de 10W la carga se va a unas 4 horas de duración, más o menos. El móvil no se calienta apenas usando un cargador de inducción.

Excelente sonido con el toque de Google Assistant en los auriculares incluidos

Un móvil de la gama más alta debe equipar lo mejor de lo mejor en el apartado multimedia, tanto reproduciendo como capturando. Esto atañe especialmente al apartado de sonido; un apartado donde el Google Pixel 3 XL se porta como un campeón, algo que tampoco debería sorprender.

Antes de entrar de lleno a analizar el sonido del móvil echaré un vistazo a lo que trae de serie en la caja. La sensación de valor añadido no es algo habitual al adquirir un móvil, ni siquiera una por encima de 900 euros.

  • Google añade unos Earbuds con conector USB-C. Los auriculares son compatibles con Assistant y son capaces de leer las notificaciones. Por si esto fuera poco, ofrecen una alta calidad de sonido (y traducirán de manera instantánea).
  • Adaptador de USB-C a jack de 3,5 mm incluido. Por si quieres aprovechar tus anteriores auriculares.
  • Adaptador USB-A a tipo C incluido. No atañe explícitamente al sonido, pero resulta interesante reseñarlo.

He probado el Google Pixel 3 XL en todas las variantes auditivas: con los Earbuds incluidos, con unos auriculares Bluetooth de alta calidad, con unos auriculares Hi-Fi con jack de 3,5 mm y también usando el espectacular combo estéreo frontal de altavoces estéreo. La nota media es de sobresaliente alto.

Sonido de alta calidad, con un gran equilibrio entre agudos y graves, bajos reforzados lo suficiente como para tener presencia y resonar en los auriculares adecuados, altavoces frontales con potencia, alto volumen y sin que distorsionen en exceso cuando se sube dicho volumen (sí vibra bastante la cara trasera del teléfono)… Lástima que Google prescinda de incluir software de mejora auditiva, como un ecualizador o gestor de DSP. Sí posee configuración añadida para los Earbuds incluidos.

El Google Pixel 3 XL es un móvil perfecto para escuchar música y ver película

Con el Bluetooth se mantiene la calidad que ofrece a través de USB-C. He realizado la prueba con mis Senhheiser PCX550 y los resultados han sido muy satisfactorios: escuchar música, películas, podcasts… por Bluetooth no implica una pérdida de calidad; al menos siempre que el hardware que se conecte al móvil ofrezca prestaciones suficientes. Además, la sincronización por Bluetooth con el Google Pixel 3 XL ofrece un detalle poco habitual: el control de volumen que se realiza desde los auriculares también ajusta el nivel de volumen multimedia del sistema.

El Google Pixel 3 XL es un excelente reproductor multimedia, también grabador (tanto desde las aplicaciones de grabadora como registrando audio en el vídeo de la cámara). No tiene jack de auriculares ni tampoco posee radio FM, son dos pegas que serán importantes para muchos. No obstante, el móvil ofrece todo lo necesario para aprovechar el audio sin comprar nada más, un detalle que se agradece.

Equipado con todas las conexiones que necesitas

Posee todas las conexiones que hacen falta en un smartphone a no ser que busques el jack de 3,5 mm, que Google lo eliminó de raíz en sus smartphones. No es que sea un lastre el uso del adaptador incluido o de los auriculares Bluetooth, pero sí que supone una molestia con respecto a otros móviles de gama alta que no desecharon el tan ansiado jack.

No se echa de menos el NFC ya que forma parte de la experiencia propia gracias a Google Pay. Compatibilidad con redes 4G LTE en las bandas más habituales incluyendo capacidad de descarga de hasta un gigabit; y admite eSIM (no es dual SIM: o SIM física o virtual, hay que elegir). Posee conexión con redes WiFi de doble banda con una particularidad: el Google Pixel 3 XL comparte la conexión WiFi además de la conexión a redes móviles (depende de dónde estés conectado al activar el «hotspot»). Posiciona rápido y sin errores gracias a su combo de GPS, GLONASS, Galileo y satélites BeiDou chinos.

Puedes compartir la red WiFi directamente con el Google Pixel 3 XL

Una de las características propias de este teléfono, y de los anteriores Pixel 2, es que incluye los famosos bordes «Active Edge» con los que resulta posible activar Google Assistant con solo estrujar el móvil (la fuerza se puede ajustar). Por desgracia, Google no incluye las opciones de personalización que sí poseen los HTC con Edge Sense: sería un valor añadido que el usuario pudiese elegir lo que activa al apretar el teléfono (al asistente se le puede invocar de multitud de maneras).

Otro de los sensores incluidos es el lector de huellas en la parte trasera. Google Imprint, nombre del sensor, funciona perfectamente y sin ralentización al desbloquear más de la que impone Android 9 Pie. Grabar una nueva huella es un proceso sencillo y rápido que no dura más de 30 segundos; pudiendo activar el teléfono con solo plantar el dedo activándose la pantalla en menos de un segundo.

Completan la pléyade de sensores los habituales giroscopio, acelerómetros y magnetómetro. El Google Pixel 3 XL también incluye barómetro.

Android como debería ser Android, así es el software del Google Pixel 3 XL

Quizá sea el apartado más previsible del análisis ya que todos sabemos más o menos cómo son los Google Pixel: smartphones con la versión de Android más pura que se ven enriquecidos con algunas pinceladas exclusivas; todo rematado con la garantía de las actualizaciones directas y nada más salen de la trastienda de Google, desarrollador del sistema. Para una buena parte de los aficionados a Android este es el gran valor del móvil.

Viene con Android 9 Pie, como es obvio. Además de la limpieza del sistema, Google incluye esos detalles con los que uno siente que el smartphone es diferente pese a que no posee capa alguna de personalización. Ahí está la opción de «Está sonando» o «Now Playing» que mencionaba antes, por ejemplo; Assistant también posee funciones exclusivas en el Google Pixel 3 XL; y Pixel Launcher, una sencilla interfaz que aligera el uso del teléfono.

Dentro de las novedades del Google Pixel 3 XL se encuentra el nuevo modo de navegación por gestos. Bueno, nuevo no es ya que lo descubrimos en las primeras betas de Android P, pero sí es ahora cuando viene por defecto y no se puede quitar. Esto significa que, si te compras un Pixel 3, tendrás que convivir con los gestos de por vida: Google ha eliminado los antiguos tres botones de navegación, icónicos en Android. Para mi gusto es una mala idea: debería existir la opción de elegir entre los gestos o los botones.

Si vienes de un Samsung, Huawei, Xiaomi o móviles con una capa personalizada en exceso seguramente aprecies que el Google Pixel 3 XL se muestra «vacío». La experiencia apunta a ser lo más pura posible, de ahí que la personalización apenas exista. Una ventaja para los que no desean apps superfluas; y una desventaja para quienes aprecian el software de valor que aporta cada fabricante.

La excelente cámara de los Google Pixel mejora mientras aumentan las opciones de su aplicación

Hacer fotos en exteriores se hace algo difícil debido al brillo de la pantalla

Si en algo llevan destacando los Google Pixel desde su nacimiento es en la fotografía. No solo por los resultados, también por el empeño de Google por mantener la hegemonía de la cámara única. Esto es así también en el pixel 3 XL, al menos por detrás: la cara delantera incorpora un sensor doble que permite añadir la captura en gran angular.

Empecemos por los datos técnicos. La cámara trasera posee un sensor de 12,2 Mpx con apertura f/1.8 y tecnología Dual Pixel de autonefoque. El tamaño de cada píxel es de 1,4 μm, posee estabilización óptica y electrónica, la cámara ofrece un campo de visión de 76º, graba en 4K y 30 fps, posee doble flash LED e incorpora HDR, guardado en RAW, modo retrato y aviso cuando la lente de la cámara está sucia.

La cámara delantera sí duplica sensores y ópticas en esta ocasión apostando por una combinación de 8 + 8 Mpx. Óptica gran angular (107º) y teleobjetivo (75º); con aperturas f/2.2 para el primero y f/1.8 para el segundo. La doble cámara delantera es capaz de grabar a 1080p, dispone de modo retrato, registro en RAW y HDR.

Valorando la captura multimedia por encima podría decir que recibe un sobresaliente. Basta con activar la cámara (posee gesto rápido de activación pulsando dos veces en el Power), enfocar y disparar: el Google Pixel 3 XL habrá sacado una instantánea perfecta. No siempre consigue los mejores resultados ya que depende en exceso del postprocesado: la foto no está terminada hasta que pasan uno o dos segundos; dando como resultado el toque mágico de la IA.

La magia del Google Pixel se realiza una vez se ha tomado la fotografía

Las fotografías en el exterior no entrañan demasiado problema: el nivel de detalle es muy alto, no abusa de las acuarelas y la nitidez llega a ser pasmosa. El rango dinámico sí puede entrañar inconvenientes ya que, pese a que el Pixel 3 XL mantiene el HDR+ automático por defecto, no siempre lo aplica como debería; dando como resultado imágenes subexpuestas, especialmente en las áreas oscuras. La mejor manera de corregir esto es compensar mínimamente la exposición antes de disparar: suele mejorar el fotografiado automático.

Los colores son naturales y sin tendencia a la saturación. Eso sí, cuando la iluminación es artificial tiende a no controlar demasiado bien el balance de blancos, especialmente con las luces amarillas de bajo consumo. Por lo demás sabe salirse con nota de las tomas nocturnas manteniendo un alto nivel de detalle incluso con los objetos del fondo. Obviamente, y siempre que la luz no sea suficiente, la cámara subirá la ISO aumentando el nivel de ruido. Por lo general el modo automático es muy cauto con dicha ISO.

La aplicación de cámara de los Google Pixel 3 mejora considerablemente con respecto a la generación anterior, especialmente a nivel de funciones. Navegación por pestañas inferiores, más modos de captura, guardado en RAW y posibilidad de forzar el HDR mejorado de Google. No es lo recomendable: al activarlo manualmente la toma se ralentiza de manera excesiva.

¿Qué modos de cámara incluye la aplicación de captura del Google Pixel 3 XL? Aquí los tienes.

  • Panorámico. A base de desplazar el teléfono este capturará una toma horizontal de toda la escena.
  • Retrato. El modo retrato es la estrella de la cámara de los Google Pixel. En el 3 XL esta función es excelente: consigue retratos que no tienen nada que envidiar a los de una cámara réflex. Además, puede ajustarse el bokeh y la iluminación a posteriori gracias al nuevo Google Fotos.
  • Cámara. El modo automático de captura. Permite el ajuste de la belleza, el temporizador, el flash, el balance de blancos y la activación de las Live Photos o fotos en movimiento.
  • Vídeo. El modo de vídeo automático. Graba hasta en 4K y 30 fps. Incluye estabilización óptica.
  • Photo Sphere. Crea una captura de la escena en 360 º a base de ir moviendo el teléfono.
  • Cámara lenta. Grabación de vídeo hasta en 1080p y 240 fps.
  • Fotomatón. Heredado de la cámara Google Clips, el Google Pixel 3 XL hace una foto cada vez que alguien sonríe.
  • Área de juegos (Playmoji). La realidad aumentada de ARCore añade a los Pixel una serie de figuras y personajes animados con los que interactuar en las fotos. Son muy divertidos.
  • Google Lens. El reconocimiento de objetos utilizando la cámara del móvil está incluido como opción en la aplicación de cámara.

A continuación tienes una galería de fotos con una muestra de cámara del Google Pixel 3 XL. Pinchando sobre la imagen accederás a la galería en Google Photos.

Veamos qué tiene que ofrecernos la cámara doble delantera del Google Pixel 3 XL. Como he reseñado, consta de un sensor doble de 8 + 8 Mpx con una óptica gran angular y otra telefoto. Esto facilita el disparo de selfies en solitario y también en grupo: en la misma foto, y utilizando el modo de gran angular, caben varias personas en primer plano. Y lo mejor es que el sistema aplica el desenfoque del efecto retrato a todos los rostros, por lo general de manera efectiva (y sorprendente).

La activación de la cámara gran angular no es del todo intuitiva: hay que pulsar en la pequeña lente en pantalla que activa el zoom y tirar del deslizador hacia abajo. Este pequeño inconveniente consigue que a menudo se olvide su existencia; a no ser que te acostumbres a utilizar el gran angular, en cuyo caso se convierte en una acción mecánica.

La grabación de vídeo está a un gran nivel, como el apartado fotográfico. En este tipo de captura no influye la Inteligencia Artificial, aunque sí que colabora en estabilizar la grabación (junto al estabilizador óptico incluido en el sensor trasero, no en los delanteros). Los vídeos son estables, fluidos, el enfoque automático funciona de manera correcta y se adapta muy bien a la iluminación sin estar constantemente ajustando la exposición. Además, posee un compensador manual para dicha exposición, igual que ocurre en el apartado fotográfico.

Resulta difícil no enamorarse del Google Pixel 3 XL a pesar de sus defectos

Que el Google Pixel 3 XL no es perfecto es algo que salta a la vista nada más encenderlo. Ningún móvil lo es, pero da la impresión de que Google haya cometido errores aposta solo para no dejar a los demás fabricantes en entredicho. Sí, es una teoría absurda. No obstante, eso explicaría su enorme notch, la mala disposición de botones físicos o el escaso brillo en exteriores. Tenía margen de sobra para corregirlo, son detalles que se observan con solo estar un rato con el teléfono.

Si te gusta Android debes sentir la experiencia de convivir con un Google Pixel. Es un móvil que funciona a las mil maravillas, que se comporta justo como tú quieres que se comporte. Veloz al abrir aplicaciones o jugar con la multitarea, potente cuando la aplicación o juego lo necesita. Y con un sonido que está a un excelente nivel; por más que Google haya desechado el jack de 3,5 mm o la radio FM.

En el apartado de cámara es donde más sobresale, y eso que Google sigue fiel a su mantra de que «con un solo sensor ya vale«: Esto ocurre en la cámara trasera: el Google Pixel 3 XL hace virguerías con un único sensor ya que se apoya en la Inteligencia Artificial. Los retratos son espectaculares, tanto con la cámara trasera como con la doble delantera (el gran angular merece especial mención). Por desgracia, el HDR no termina de funcionar demasiado bien: a menudo hay que compensar en positivo la exposición antes de hacer la foto.

Ahora la pregunta clave: ¿el Pixel 3 XL vale los 949 euros que Google pide por él? Bajo mi punto de vista ningún móvil debería valer tanto dinero, empezando por ahí; aunque, si se tiene en cuenta prestaciones, materiales, actualizaciones inmediatas, que es una de las mejores cámaras móviles… Diría que, al menos, cualquiera que apueste por el móvil sabe que se lleva un teléfono que le durará un mínimo de tres años. Eso sí, tengo mis dudas con esos 4 GB de memoria RAM.

En definitiva: Google ha evolucionado sus Pixel 2 añadiendo mejoras en carga, protección contra el agua, incorporando detalles en la cámara y subiendo de categoría la aplicación de captura. Es un salto hacia delante con respecto a la anterior generación, pero tampoco supone una mejora tan grande como para que a cualquiera que tenga un Pixel 2 XL le merezca la pena renovarlo. De hecho, los Google Pixel 2 están bajando de precio, es un buen momento para comprarlos.

El Google Pixel 3 XL te enamora a pesar del primer desencuentro. Te gana con sus actualizaciones, termina de conquistarte con su cámara y afianza su amor gracias a la gran experiencia que aporta la combinación de hardware y software. Controvertido, sí, pero de los mejores de su clase.

Esto es lo que más me gusta. Y lo que menos…

  • Me encanta la vibración del Google Pixel 3 XL. Precisa, sutil cuando debe serlo, con ese toque delicado que requiere un elemento que está ahí para complementar la sensación táctil.
  • Me encanta que Google incluya unos auriculares de excelente calidad y con los que aprovechar el valor añadido del móvil. Las notificaciones leídas son geniales por más que el TTS no sea el propio de Assistant. E interactuar con el asistente directamente desde los auriculares es una experiencia que vale la pena probar.
  • Me gusta mucho la pantalla y no me molesta en exceso el notch. Ojo, esto no implica que lo defienda porque es indefendible, pero tampoco penaliza tanto la experiencia.
  • Odio la disposición de botones físicos: el de encendido está muy mal colocado.
  • Adoro las cámaras y el software de postprocesado. Google sabe cómo aplicar bien la Inteligencia Artificial. Eso sí, no todas las fotos son un «wow» por defecto, hay que currárselo.
  • No me gustan los gestos de control de Android 9. Y que Google los imponga en sus Pixel 3 me parece absurdo: quiero tener los botones clásicos de navegación como alternativa.
  • Me encanta saber que las actualizaciones de Android llegarán primero al Google Pixel 3 XL. Es un valor objetivo de los Pixel.
  • No me gusta que Google haya escatimado en memoria RAM incluyendo aún los 64 GB de almacenamiento como base. Un móvil que parte de los 949 euros debería tener un mínimo de 6/128 GB; por más que el Pixel 3 XL vaya como un tiro con lo que trae.
  • El sonido es excelente, me gusta mucho. Lástima que Google no incluya un ecualizador ni sistemas de personalización auditiva.
  • La autonomía no me disgusta, pero tampoco llego a apreciarla. Este punto me ha decepcionado ligeramente.
  • Adoro el «Now playing» o «Está sonando», el sistema por el que Google Assistant reconoce en todo momento la canción que está sonando en el ambiente. Funciona genial, aunque tiene una base de datos algo limitada (es offline).
  • La fluidez del móvil es excelente, no hay nadie a quien no le guste esto.