Cuando Samsung anunció sus Galaxy S20 no hizo especial hincapié en las novedades de sus pantallas, y fue extraño. Aunque es cierto que el rendimiento y las capacidades fotográficas de estos modelos son notorios, también lo son sus pantallas.

Samsung ha mejorado los paneles de estos tres modelos incluyendo una tasa de refresco de 120 Hz, lo que les da una fluidez mucho mayor que la de los móviles normales. Además, son las primeras pantallas con estas tasas de refresco que usan la tecnología OLED.

Los Galaxy S20 modificarán la tasa de refresco de forma automática en ciertas circunstancias

Cuando estuvimos probando estos modelos nos fijamos en que podemos usar la pantalla con resolución QHD+ o con 120 Hz de tasa de refresco, pero no con ambas características activas a la vez. Aunque Samsung no ha explicado oficialmente el motivo parece claro que es una cuestión de eficiencia energética.

Por eso, el saber ahora que la compañía ha implementado algunas modificaciones más en esta línea no nos coge desprevenidos.

En concreto Samsung hará que los Galaxy S20 pasen a 60 Hz de forma automática (aunque tengamos puestos los 120 Hz en los ajustes) en algunas situaciones. Una de ellas es que la batería del móvil baje del 5% o la temperatura del móvil supere los 42ºC. De esta manera podemos aumentar la autonomía mientras buscamos un enchufe.

El otro caso es cuando abramos aplicaciones que demanden mucha energía, como Google Maps o la app de cámara. En ambas la tasa de refresco no es especialmente importante y el procesador ya estará trabajando a alta potencia, por la propia esencia de esas apps.

Samsung debería ir más allá

Samsung no es una empresa que de pocas opciones al usuario. De hecho, su interfaz es una de las más configurables. Es por eso que echamos en falta un ajuste en One UI que nos permita elegir la tasa de refresco de la pantalla en cada aplicación en particular.

Si esto no fuera posible, por cuestiones técnicas (aunque la medida que hemos conocido hoy nos hace pensar que podría funcionar), al menos se agradecería que hubiera una opción que ajustara de forma automática la tasa de refresco de forma menos agresiva que esta, activándola por ejemplo en apps sociales o navegadores web y desactivándola en apps de streaming.