LG Optimus G: Análisis y experiencia de uso

LG Optimus G: Análisis y experiencia de uso

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LG Optimus G: Análisis y experiencia de uso

29 abril, 2013 12:01

Mientras hoy mismo LG anuncia el nuevo Optimus GK con pantalla de 5″ y procesador quad-core de 1.7 GHz en Corea y en Estados Unidos empiezan a disfrutar del Optimus G Pro que se eleva hasta las 5.5″, al resto del mundo nos acaba de llegar el Optimus G, un terminal que ya está a la venta en otras zonas desde el año pasado.

Prácticamente todos los fabricantes basan sus ventas en la gama media, pero en este mundo del smartphone siempre hay que tener un flagship, un gama alta que represente a la marca y de una imagen de calidad y superioridad. A LG le toca competir ahora contra el Samsung Galaxy S 4, el Sony Xperia Z, el HTC One y otros cuantos terminales de muchísima calidad con un dispositivo que llega tarde. Para rematar, estamos hablando de un teléfono casi igual que el Nexus 4, siendo sus dos principales diferencias la cámara y el sonido, pero por un precio muy superior.

Justo aquí está la clave del LG Optimus G. ¿Cómo competir contra tan grandes teléfonos? Ofreciendo un producto a menor precio. Quizás en el mercado libre la diferencia no sea enorme, pero cuando entramos en el mundo del operador, la estrategia de LG será encontrar el mejor hueco posible, ofreciendo el Optimus G de la manera más económica posible, y haciendo de este terminal el gama alta más asequible. Es su mejor baza.

Materiales y diseño

Este es quizás, al menos en mi opinión, el punto que menos destaca del Optimus G. Su diseño no está demasiado trabajado, y hay que reconocer que aquí los fabricantes se están empezando a poner las pilas. Tomemos de ejemplo a HTC, que nunca había salido demasiado de su línea, y con el One han dado un salto cualitativo enorme.

Sony también destaca aquí, que aunque siga buscando su camino, siempre nos sorprende con cosas interesantes. El Xperia Z es simple, pero muy atractivo. De hecho comparte una característica muy importante con el Optimus G, y es que ambos tienen vidrio tanto por delante como por detrás, pero el aspecto del LG es mucho menos premium que el del Xperia Z. Falta aquí un pequeño paso adelante que quizás estén empezando a dar con el Optimus G Pro, pero que aquí echamos en falta.

Sin embargo el teléfono se siente resistente y robusto en la mano, muy agradable en este sentido. Igual que con el Nexus 4, tenemos un patrón en forma de holograma en la parte trasera, que sí que añade un punto extra en el apartado de diseño, haciéndolo bastante más atractivo que una simple parte trasera monocroma.

Estamos ante un terminal unibody, por lo que no podemos quitar con facilidad la carcasa en caso de querer cambiar la batería para una emergencia. En cambio, si la queremos cambiar porque se ha estropeado al cabo de un tiempo usándola, tenemos dos tornillos que nos dan acceso a su interior.

La parte trasera de cristal viene protegida con un pequeño reborde que evita que esta esté siempre en contacto con las superficies planas sobre las que lo apoyamos, librándonos así de los pequeños arañazos que van decorando las partes traseras de terminales de vidrio. Además esto evita que el altavoz se tape y no oigamos cuando nos llaman o nos llega una notificación, algo muy molesto en el Nexus 4.

En la parte superior encontramos el conector jack de 3.5″ para auriculares, en la parte izquierda superior el botón de encendido, a mi entender la mejor posición (al menos para diestros), en la que muchos intentan innovar equivocándose de lleno, el conector microUSB para el cargador y conectar al ordenador se encuentra en la parte inferior, y los botones de sonido en el lateral derecho superior.

Interfaz LG

Una de cal y otra de arena en la interfaz de LG. Encontramos cosas muy interesantes y útiles que nos facilitan la vida, pero por otro lado hay cosas que dejan mucho que desear.

Empezamos por la parte menos buena, para dar luego paso a las funciones más interesantes y destacables. El problema de esta interfaz es que es demasiado de juguete, por describirla de alguna forma. Está un poco anticuada y bien le vendría un lavado de cara, especialmente en el menú de aplicaciones. Ni mucho menos es molesta, y teniendo en cuenta que es de las más fluidas que he probado en Android, la cosa queda compensada, pero adaptarla y hacerla algo más moderna le daría un cambio total a este terminal.

Entrando en las características que más podemos destacar nos encontramos una completísima barra de notificaciones. La primera vez que la vemos es desordenada y sobrecargada, pero una vez la usamos dos veces no podemos vivir sin ella. Es completísima, y no nos falta de nada, con accesos directos por todas partes, para que usar el teléfono sea lo más sencillo posible.

La parte superior son accesos directos a funciones y ajustes del teléfono, donde encontramos de todo y que además podemos editar para eliminar, añadir o cambiar el orden. Esto es una de las cosas que más uso del teléfono, y de verdad que me encantaría ver esto en muchas otras marcas (Samsung por ejemplo lo tiene, aunque este es algo más completo).

Después de esta barra de ajustes tenemos accesos directos a aplicaciones en QSlide, una función que permite abrir ciertas aplicaciones como la calculadora, notas, calendario o incluso navegador en forma de widget flotante pudiendo controlar la transparencia de estas para poder seguir usando el teléfono mientras aparecen en primer plano. Muy práctico y fácil de usar.

Por último en la barra de notificaciones tenemos un control de luminosidad rápido para ajustar el brillo de la pantalla y debajo la barra nativa de notificaciones de Android, que se usa de forma normal.

Tenemos que destacar QickMemo dentro de la interfaz de LG, ya que se trata de una aplicación que con el uso se hace imprescindible. No es más que una aplicación de notas, pero está tan bien integrada que acabas usándola para todo. Lo que hace es tomar una captura de pantalla de lo que estamos haciendo y nos permite añadir texto, formas, flechas, etc., y luego compartirlo. Además podemos hacer una captura, apuntar algo y después seguir usando el teléfono viendo sólo lo que hemos apuntado. Esto sirve por ejemplo si queremos apuntar el teléfono de un restaurante al visitar su web y luego navegar al marcador y desde allí llamar.

Rendimiento

No podemos decir que el LG Optimus G se trate de un terminal poco potente. Todo lo contrario, estamos ante un procesador Qualcomm Snapdragon S4 Pro quad-core de 1.5GHz con 2GB de RAM, una combinación que ya ha demostrado funcionar a las mil maravillas, tanto en este teléfono como en el Nexus 4.

El Optimus G vuela, y es de los teléfonos Android más fluidos que podemos encontrar. A lo que me refiero es que en un uso normal, que al fin y al cabo es lo que hacemos la mayor parte del tiempo, navegando entre funciones del teléfono, entrando al navegador, haciendo una llamada o consultando el correo electrónico, este teléfono tiene un tiempo de respuesta increíble, y la sensación es la de estar usando un dispositivo excepcional. Las entrañas del Optimus G son una combinación perfecta de rendimiento y velocidad.

A la hora de mover juegos potentes no se encuentra con problemas, y el procesamiento gráfico de la GPU Adreno 320 nos demuestra otra vez que es capaz de casi todo. En este sentido los problemas son inexistentes, muy contento en este apartado.

Aquí tenéis los resultados del test Quadrant:

Pantalla

La pantalla del LG Optimus G es un display LCD con resolución WXGA de 4.7″. Cuenta con tecnología IPS Plus, con todas sus pegas y beneficios, pero que a la larga se está imponiendo como la favorita para los fabricantes, y está gustando mucho en el mercado.

A destacar es también la tecnología Zerogap, que aunque LG no sea el primer fabricante en usarla, tenemos que nombrar porque es de esas que sí se nota. Cuando se fabrica la pantalla de un teléfono, entra el panel táctil y el cristal protector final se introducen varias capas secundarias. Lo que hace Zerogap es eliminar todo lo que encuentra entre ambos y de este modo dejarlos en contacto directo, lo que hace el uso táctil mucho más sensible y por lo tanto responde mejor. Da la sensación de que el teléfono es más rápido, que es lo que comentábamos en el apartado de la interfaz.

Con una resolución de 768 x 1280 píxeles en una pantalla de 4.7″ obtenemos una densidad de píxeles por pulgada de 318 PPI, que no está mal pero queda bastante lejos de terminales punteros actuales, una de las mayores diferencias que nos encontramos al irnos a un teléfono que ya fue presentado el año pasado.

La tabla comparativa de densidades de pantalla quedaría así:

  • HTC One: 469 PPI
  • Sony Xperia Z: 441 PPI
  • Samsung Galaxy S 4: 441 PPI
  • Sony Xperia S: 342 PPI
  • Apple iPhone 5: 326 PPI
  • Sony Xperia T: 323 PPI
  • LG Optimus G: 318 PPI
  • HTC One X: 312 PPI
  • Samsung Galaxy S III: 306 PPI

Respecto al brillo y colores de la pantalla, es muy buena. Algo saturados los colores más vivos, pero con ese punto de realismo exagerado que no es demasiado molesto y, aunque se pueda considerar que engañándonos, le da un toque atractivo a las imágenes.

Cámara

Esta es, sin lugar a duda, la mayor diferencia entre el LG Optimus G y su hermano pequeño el Nexus 4. La cámara de este dispositivo, fabricado también por LG pero bajo las órdenes de Google, deja muchísimo que desear. El hecho de tapar la lente con Gorilla Glass hace que pierda muchísima calidad, y el Optimus G soluciona estos problemas.

Para empezar pasamos de un sensor de 8 Mpx a uno de 13 Mpx, que aunque no es ni mucho menos el factor decisivo, empieza a marcar diferencias. Tenemos que recordar una vez más que los megapíxeles no lo son todo, y de hecho a partir de una cierta cantidad, aumentar puede ser contraproducente. Sin embargo aquí todavía jugamos dentro del margen, y la calidad aumenta. Un problema secundario suele ser la luz, que al meter demasiadas células de captación en el mismo espacio, puede dar problemas, y si parece que en bajas condiciones de luz la cámara del Optimus G introduce bastante ruido, aunque no podemos hablar mejor en este aspecto de la del Nexus 4.

En condiciones de luz decente el funcionamiento es muy bueno. Se nota que ahora sí tenemos una lente fotográfica, que aunque no sea la de mejor calidad, el hecho de no estar tapada con Gorilla Glass ayuda muchísimo, y la calidad en colores y nitidez aumenta radicalmente.

La cámara del Optimus G es una muy buena cámara, pero no la mejor en un terminal Android. Podemos esperar buenos resultados, pero en ciertas condiciones es fácil que la imagen se vea afectada en su calidad.

Sonido

Si antes decíamos que la cámara es la mayor diferencia entre el Optimus G y el Nexus 4, el sonido es el siguiente punto más destacable en este sentido. Es más, posiblemente el aumento de calidad sea mayor en el Optimus G en sonido que en cámara, pero al ser esta última más usada y visual llama más la atención.

El sonido del Nexus 4 dejaba mucho que desear, pero esto cambia por completo en el Optimus G. Si te gusta usar el móvil para escuchar música, aquí la diferencia es más que notable, y el cambio es total.

Fallan algo los auriculares, que aunque con muy buena pinta en un primer vistazo, no son los mejores que acompañan a un smartphone. Tengo que aclarar que nunca se me habría ocurrido usar los auriculares de un teléfono con este, siempre uso los míos que compré aparte, pero últimamente nos estamos encontrando que la calidad aquí está aumentando mucho.

Respecto al altavoz, ningún problema. Al tener el pequeño reborde que protege la parte trasera, este no queda pegado a las superficies planas sobre las que lo apoyamos, por lo que se oye sin problema.

Muy buen trabajo en el apartado de sonido para el LG con este Optimus G.

Conectividad

Como con todo teléfono de gama alta, el apartado aquí es completo. Por supuesto tenemos WiFi, DLNA y Bluetooth 4.0, pero además nos encontramos NFC, MHL para usar el puerto microUSB como salida HDMI que puede cargar a la vez, o GPS con compatibilidad GLONASS, lo que permite localizarlos más rápido.

De hecho algo que he notado usando el LG Optimus G es que tiene uno de los posicionamientos rápidos que he probado. Cuando abrimos por ejemplo Google Maps, tiene una facilidad enorme para posicionarse correctamente. Esto no es algo en lo que me fijase ya mucho, porque por lo general todos funcionan ya bastante bien, pero tengo que decir que en este smartphone me ha llamado la atención para bien.

Para los amantes de los slot microSD tenemos malas noticias, porque el Optimus G no cuenta con esta ranura para meter memoria extra, así que nos tendremos que conformar con la que lleva interna.

Batería

Tengo que reconocer que las primeras pruebas de batería me dieron un susto muy grande. Con un uso normal estaba consumiendo a razón de 10% de batería cada hora, una auténtica barbaridad, pero en tres o cuatro ciclos ha empezado a estabilizarse.

Las pruebas de teléfonos en una o dos semanas tienen este peligro, y es que el uso de la batería no es fácil de transmitir. Como os digo, afortunadamente a partir de unos cuantos ciclos la cosa ha mejorado radicalmente, y ahora funciona muchísimo mejor, ofreciendo un rendimiento muy bueno.

El cambio de hecho ha sido radical, pasando de lo preocupante a un funcionamiento genial. Esto tiene que servir también para no ser impacientes en los primeros ciclos de una batería y dejar que esta se estabilice, para obtener los mejores resultados.

Experiencia Global y Conclusiones

No hay ninguna duda de que el LG Optimus G es un gran teléfono, pero nos deja una extraña sensación. Ver como otras partes del mundo tienen el Optimus G Pro y el Optimus GK mientras al resto acaba de llegar el Optimus G es algo extraño, especialmente cuando este terminal es igual que el Nexus 4 salvo en cámara y sonido, costando este 299€ libre en Google Play, y asegurándonos además las actualizaciones más rápidas al ser un Nexus.

Es una pena, porque el Optimus G es un telefonazo, rápido, ligero, muy fluido y completo, pero es cuando uno mira la imagen global que se da cuenta de que podríamos tener algo más por parte de la firma coreana.

¿La clave de su éxito? Desde luego estará en los operadores, porque si LG consigue lograr buenas ofertas con estos, será un éxito total de ventas. No tiene nada que envidiar a otros dispositivos de gama alta recién presentados en el mercado en casi ningún aspecto, y aunque ya empiece a ser superado en el apartado multimedia, compite con muy buenas armas, pero tiene que destacar en precio para llamar más la atención.

Queda esperar cómo el usuario entiende la llegada ahora del Optimus G al mercado frente a sus grandes competidores, pero el hueco está ahí, y si saben aprovecharlo debería funcionar genial en los escaparates, porque es un teléfono que no falla, que funciona bien.

Lo que está claro es que si lo compras, no te puedes arrepentir, porque tiene de todo. ¿Los hay mejores? Por supuesto pero, ¿a qué precio?