Nos hemos acostumbrado demasiado rápido a que los fabricantes de móviles nos quiten una porción de pantalla para alojar en ese espacio la cámara y parte de los sensores habituales en el frontal. O seguramente no nos hayamos acostumbrado, pero no queda más remedio: una vez la tendencia se convierte en moda no cabe más remedio que subirse a ella. Al menos si buscas un móvil nuevo y más o menos decente.

El Essential Phone abrió la tendencia en recortes de pantalla con su agujero central redondo. Después vino Apple con su iPhone X para poner de moda el notch en forma de ceja. Muchos fabricantes de Android copiaron esa idea incluso aunque no alojasen un sistema completo de reconocimiento facial en 3D; derivando hasta el batiburrillo de soluciones que tenemos actualmente.

Basta con mirar el catálogo de móviles en Android para descubrir frontales con todo tipo de recortes. En forma de ceja, con aspecto de gota de agua más o menos pronunciada, agujero completo en pantalla para la cámara… Cada uno de estos recortes aporta inconvenientes concretos y una supuesta ventaja: ampliar la superficie útil de la pantalla mientras no se ven engrosadas las dimensiones finales del dispositivo. Y cada uno tendrá sus gustos por el notch, como es obvio.

De odiar el notch a tener que soportarlo: si quieres un nuevo móvil debes tragar con él

Notch del Google Pixel 3 XL

He probado todo tipo de recortes en pantalla. Tengo un iPhone X en propiedad y sé bien lo que es encontrarme de frente con la enorme ceja. También probé un Google Pixel 3 XL, que es lo más grueso en notch que te puedes encontrar: el recorte está muy mal optimizado en este smartphone. He tenido varios móviles con recorte «waterdrop» o en forma de gota de agua, como el OnePlus 6T que también tengo en propiedad o el OPPO RX17 NEO. Tengo en casa un Samsung Galaxy S10+ con el famoso «agujero». Además, también tuve la suerte de analizar diversas soluciones a recortar la pantalla, como el «motorizado» OPPO Find X.

¿Cuál es peor? Lo cierto es que ninguno termina molestando a la vista tras unos segundos utilizando la pantalla porque el  cerebro obvia al notch de lo que percibe en el frontal. No importa que tengas un notch tan enorme como el del Google Pixel 3 XL como que te vayas a un recorte mínimo como el del Huawei P30 Pro, la experiencia tiende a ser similar. Las preferencias no.

Después de todo el bagaje por los distintos tipos de notch diría que el que me parece más cómodo es el agujero para la cámara. El espacio de recorte suele ser más pequeño (en el S10+ es grande porque tiene doble cámara); y, como los fabricantes lo colocan a un lado de la pantalla, estorba mucho menos para colocar en la barra de estado las notificaciones. Esto me parece importante ya que los avisos de las apps son los primeros damnificados del notch.

Ya conoces mi preferencia, ahora te toca expresarte a ti. ¿Cuál es tu notch preferido? ¿O harías cualquier cosa por no comprarte un móvil con la pantalla recortada?