La mayoría de los que estáis leyendo esto estáis entre los primeros que empezamos a tener un móvil para uso no profesional. Todos hemos tenido que aguantar a gente de otras generaciones comentando que si estamos obsesionados con esos trastos, que si ya está bien de ir siempre con eso por ahí (como le dicen a mi novia cuando la ven conmigo). Y algo de razón deben tener cuando acabamos intranquilos cada vez que nos dejamos el móvil en casa (¿tantas llamadas perdemos por no llevarlo encima?) o nos quedamos sin batería.

Pero ese no es el tema, sino la introducción a lo que quería deciros. La disposición de estas nuevas tecnologías nos ha permitido estar localizables mucho más a menudo y estar más y mejor preparados en situaciones de urgencia, como accidentes o cuando nos da pereza algo y se lo encasquetamos a alguien. Todo ha ido bien y la adaptación ha sido muy gradual hasta hace poco tiempo.

En el momento en que los smartphones comenzaron a extenderse entre el público de forma general, también comenzaron a generalizarse las tarifas de internet en el móvil y más o menos a la vez las redes sociales. Quizá cada una de esas cosas por separado no habrían supuesto un cambio tan grande, pero al juntarse todas dio lugar a un cambio completo de paradigma en el mundo de las comunicaciones, en el que pasamos a un mundo hiperconectado, donde la red y los usuarios se convirtieron en uno.

A partir de ese momento, nuestros móviles pasaban el día completamente conectados a internet, actualizaciones permanentes de email, Twitter, Facebook o Foursquare. Poco a poco nuestra presencia en la red se fue incrementando, y cada vez nos parecía más y más natural. Además, nuestras agendas empezaron a ser calendarios online, nuestras listas de contactos comenzaron a estar en la nube y nuestras fotos pasaron a formar parte de nuestros perfiles en redes sociales.

El problema no es el aumento de nuestra presencia, sino cómo hemos ido ignorando las sucesivas advertencias. Al arrancar por primera vez Android nos da la opción de compartir datos con Google (activado por defecto, por lo que en la mayoría de los casos se quedaba así), al arrancar por primera vez Market nos aparece una EULA* enorme que muy pocos hemos leído (y que menos aún recuerdan…) y así podría seguir horas, pero creo que conocéis de sobra docenas de ejemplos cada uno.

Hemos llegado a un punto en que en la mayoría de los casos no sabemos a cuántos servicios estamos suscritos, ni qué datos les estamos dando; sólo podemos saber que alguien en algún punto tiene acceso a lo que vemos, o quizá a lo que compramos, o quizá a dónde estamos, ¿quién sabe?

Sé que estas reflexiones pueden sonar un poquito paranoicas, pero en realidad la intención no es otra que ofreceros una pequeña ventana a uno de los mayores problemas actuales relacionados con el mundo de la electrónica, y es que estamos renunciando a una parcela importante de nuestra intimidad a cambio de ciertas ventajas y servicios (recordad por ejemplo que Facebook Places nos ofrece regalos por nuestras actualizaciones en determinados comercios).

Es muy importante que nunca olvidemos que tenemos que aprovechar las ventajas de esta tecnología para nuestro bienestar, y no acabar al servicio de la misma. Recordad siempre que nos gusten o no los poseedores de los derechos de toda esa información son empresas y no ONG, viven de vender y comprar datos, y debemos ser muy cuidadosos con la información que les cedemos, pues luego acabamos recibiendo llamadas intempestivas de compañías con las que jamás hemos tenido relación ninguna o cientos de correos basura de publicidad. Así que, como en todo en esta vida, tomad precauciones antes de hacer las cosas y os evitaréis problemas después.

Como siempre, sabéis que lo más valioso aquí en El Androide Libre es nuestra colección de yates son vuestras opiniones, por lo que esperamos vuestras respuestas al tema e impresiones sobre el mismo en los comentarios.

*EULA son las siglas en inglés para End User License Agreement o Acuerdo de Licencia de Usuario Final.

BONUS:

Os adjunto a continuación una miniatura de una EULA muy especial, que apareció entre nosotros en el April Fool’s Day de 2010