Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño

Anagrama, 1998

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Uno de los últimos mitos literarios del siglo XX, Roberto Bolaño (Santiago, 1953-Barcelona, 2003), reventó el orden narrativo en 1998 con Los detectives salvajes, Premio Herralde de novela. Con un trasfondo de experiencias personales muy marcado, el relato de las aventuras de los detectives Arturo Belano y Ulises Lima tras las huellas de Cesárea Tinajero, una misteriosa escritora desaparecida en México tras la Revolución, recorría veinte años de aventuras, desde 1976 hasta 1996, bifurcándose a través de múltiples personajes y continentes. Después vendrían novelas como Nocturno de Chile (2000) o Amberes (2002) y ya póstumamente 2666 (2004), premiada por el National Book Critics Circle Award 2008.

La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa

Alfaguara, 2000

Ese excepcional maestro de la arquitectura narrativa que es Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) regresó a la novela histórica con La fiesta del chivo, en la que retrató la perversa dictadura del general Trujillo en la República Dominicana, sin que faltasen los ingredientes clásicos de la gran literatura: el amor, el sexo y la muerte. Ejemplo perfecto de escritor vocacional entregado a su obra, Vargas Llosa ha sabido aunar, en esta y en novelas como El sueño del celta (2010) o Le dedico mi silencio (2023), lo telúrico con la modernidad, la vanguardia con la tradición. Galardonado con el Premio Nobel en 2010, obtuvo también el Premio Príncipe de Asturias 1986 y el Cervantes 1996, entre otros.

Expiación, de Ian McEwan

Anagrama, 2002

Decidido a retratar un mundo empeñado en autodestruirse, Ian Mc Ewan (Aldershot, Inglaterra, 1948) es el narrador más popular de la Armada Invencible de Anagrama, gracias, sobre todo a Expiación. Llevada al cine por Joe Wright en 2007, la novela narra la tragedia de un joven al ser acusado falsamente de violación. Su autor, que considera que la escritura misma es un acto de la imaginación, parte de dos certezas: que primero uno siente para caer después, y que narrar es un acto incontrolable, privado y obsesivo. Buenos ejemplos de ello son Sábado (2005), Chesil Beach (2007), Cáscara de nuez (2016), La cucaracha (2020) y Lecciones (2023). Entre los premios que ha conquistado destacan el WH Smith Literary y el People’s Booker.



Sobre la belleza, de Zadie Smith

Salamandra, 2006

Tras convertirse en la autora de moda europea al publicar su sorprendente primera novela, Dientes blancos, en 2000, Zadie Smith volvió a arrasar con Sobre la belleza, en la que rendía homenaje a uno de sus maestros, E. M. Foster, al narrar la historia de los desencuentros en un campus norteamericano de dos familias de origen e ideología tan distintas como sus vínculos raciales. Representante de la multiculturalidad de la Inglaterra contemporánea, Smith conquistó con esta novela el Premio Orange de 2006, el Anisfield-Wolf Book Award y fue finalista del Man Booker Prize. Después vendrían NW London (2012), Tiempos de swing (2016), y los ensayos Contemplaciones (2020) y Con total libertad (2020).

Punto omega, de Don DeLillo

Seix Barral, 2010

MoMA. Nueva York 2006. Un hombre acude hechizado al museo para contemplar la instalación 24 Hour Psycho, que ralentiza la película de Hitchcock para que dure el día entero. Así comienza Punto omega, en la que Don DeLillo (Nueva York, 1936) nos lleva después al corazón de desierto, donde un joven cineasta, Jim Finley, pretende filmar a un ex asesor del Pentágono para que denuncie los excesos de la guerra de Irak. Se trata, como suele De Lillo, de atrapar los rasgos, miedos y dilemas morales de nuestro presente. Sus obras, entre las que destacan Americana (1971), Mao II (1991), Cero K (2016) y El silencio (2020), han merecido el Premio Faulkner, el American Book Award y el National Book Award.

Pureza, de Jonathan Franzen

Salamandra, 2015

El antiguo enfant terrible de la narrativa mundial, Jonathan Franzen (Chicago, 1959), se ha hecho mayor con El Cultural, pero sí, desde que en 2002 publicase la exitosa y referencial Las correcciones, cada uno de sus nuevos libros es un acontecimiento. También lo fue Pureza, controvertida porque narraba la historia de una familia desgarrada y se retrataba como un ecologista convencido que considera inevitable la catástrofe medioambiental. Dotado de un retorcido sentido del humor, suele decir que solo se siente cómodo si las situaciones que narra son cómicas en el fondo. Autor de ensayos como Zona templada (2005) y El fin del fin de la Tierra (2019), su última novela ha sido Encrucijadas (2021). Con Las correcciones logró el National Book Award.

La infancia de Jesús, de J. M. Coetzee



Random house, 2013

Galardonado en 2003 con el Premio Nobel por “su crítica sin piedad del racionalismo cruel y la moral cosmética de la civilización occidental”, lo cierto es que, como también resaltó la Academia Sueca, J. M. Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) “no aplica jamás la misma receta a dos novelas, lo que contribuye a la gran variación de su obra”. Y, sin embargo, de todas sus diabluras –Esperando a los bárbaros (1980), Juventud (2002), Hombre lento (2005)–, ninguna como La infancia de Jesús, relato en clave simbólica al que seguirían Los días de Jesús en la escuela (2017), La muerte de Jesús (2019) y El polaco (2022). Además del Premio Nobel, ha obtenido el Booker por Vida y época de Michael K (1983) y por Desgracia (1999).

Canción dulce, de Leila Slimani

Cabaret Voltaire, 2017

Leila Slimani (Rabat, 1981) obtuvo en 2016 el Premio Goncourt con una novela aterradora, Canción dulce, que produjo una verdadera conmoción por su inesperada, insólita crueldad. Allí Slimani, que había debutado como novelista en 2014 con El jardín del ogro, narraba el descenso a los infiernos de Louise, una institutriz impecable, capaz de convertirse en “la fuente infalible de la felicidad del hogar” y en una desalmada asesina. Desde entonces, la francesa ha seguido conmocionando a los lectores con novelas que desnudan las secretas fracturas y miedos de nuestro tiempo. Es también autora de ensayos como Sexo y mentiras (2017), El país de los otros (2020) y El perfume de las flores de noche (2021).

Los errantes, de Olga Tokarczuk

Siruela, 2019

Convencida de que “la literatura es una herramienta muy potente y profunda para ejercer la comunicación entre los pueblos” Olga Tokarczuk (Sulechów, Polonia, 1962) domina el arte de borrar las barreras entre los géneros literarios, combinando con destreza autobiografía, relato, libro de viajes y ensayo filosófico. Así nos lo descubrió Los errantes, en la que la exaltación de lo fragmentario es una declaración de principios. Publicada en España el mismo año en que obtuvo el Premio Nobel por “una imaginación narrativa que con pasión enciclopédica representa el cruce de fronteras como una forma de vida”, entre sus novelas destacan Sobre los huesos de los muertos (2019), Un lugar llamado Antaño (2020) y Los libros de Jakob (2023).



Una mujer, de Annie Ernaux

Cabaret Voltaire, 2020

Con el estilo depurado y sobrio de quien concibe la indagación en la conciencia como un compromiso literario y ético para comprender la realidad. Annie Ernaux (Lillebonne, Normandía, 1940) narró en Una mujer la muerte de su madre. Y lo hizo buscando en sus recuerdos la verdad sobre “la mujer real, nacida en un barrio rural de una ciudad pequeña”. Exquisita y terrible, su escritura hace del yo literario un personaje colectivo. El mismo que se desnuda en obras como El acontecimiento (2001), Los armarios vacíos (2022), La ocupación (2022) o El hombre joven (2023). En 2022 conquistó el Nobel por “el coraje y la agudeza con la que descubre las raíces y las limitaciones colectivas de la memoria personal”.