“I didn’t know I had it til I threw it away”. Rick Nielsen.

Esta semana se difundía una noticia que afirmaba que los bancos tributan a un tipo efectivo sobre el beneficio del 2,7%. Ante tan sospechosa y sorprendente cifra, lo primero que hay que hacer es investigar si es verdad. Y no, no lo es. Acudiendo a las cifras publicadas por la Agencia Tributaria esta semana, los bancos pagan un 22,2% sobre su base imponible, 6 décimas más que la media (datos de 2017 publicados el pasado miércoles).

Si, además, se acude a los datos públicos de las entidades cotizadas una a una se encuentra con más sorpresas. El Banco Santander, demonizado por Unidas Podemos, es el banco con mayor carga fiscal en Europa respecto a sus comparables. El impuesto de sociedades devengado en 2018 en todas las regiones representa un tipo efectivo del 34,4%. Banco Santander ha estado durante años registrando pérdidas en su unidad de España y, a pesar de ello, la contribución por impuestos en 2018 fue de 1.300 millones de euros (1.113 en 2017).

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Los seis grandes bancos pagaron un 31% a Hacienda en 2018. BBVA refleja un 27,2%; Bankinter, un 27%; CaixaBank, un 25,4%, Bankia, un 24,2%, y Sabadell, un 20%. Todos, datos públicos.

El tipo impositivo total del sector de las entidades y cajas de ahorro (Estudio sobre la contribución fiscal en España del Sector CECA 2018) ascendió al 38% en 2018. La ratio de la contribución fiscal total respecto de la cifra de negocios es del 30,84% en ese ejercicio, mientras que en 2017 ascendió al 28,44% y en 2016 al 28,46%;
es decir, que se ha incrementado en más de dos puntos porcentuales respecto a los dos ejercicios anteriores en que se mantuvo estable.

Por supuesto, esas cifras se corresponden solo a Impuesto de sociedades, que a veces parece que no paguen además miles de millones en cotizaciones sociales, patrimonio, prorrata en IVA, impuesto sobre Depósitos de Entidades de crédito, prestación patrimonial por DTAs monetizables, etc…

¿Cómo se puede llegar a una cifra tan alarmante y falsa como la del 2,7%? Usando para el tipo efectivo de Sociedades el beneficio contable total global, y sumando empresas en ganancias con empresas en pérdidas (de las 36 entidades bancarias, 8 dieron perdidas y por lo tanto no pagan impuesto de sociedades), para bajar artificialmente la media y dar una cifra que suene alarmantemente baja. Es decir, comparando peras con manzanas.

He buscado un solo sistema tributario de país líder donde se calcule el tipo efectivo en el Impuesto de sociedades sobre el beneficio contable y no la base imponible, y no he encontrado un solo informe que use como referencia principal del tipo efectivo dicho beneficio contable global. Ninguno. Como es normal. Porque no tiene sentido.

¿A quién se le podría haber ocurrido semejante disparate de cálculo? Solo a alguien que jamás haya gestionado una empresa ni hecho una cuenta de pérdidas y ganancias global. O a alguien que quiera generar alarma injustificada.

Usar el beneficio contable global no es indicativo del tipo efectivo del Impuesto de sociedades ya que no se corresponde con la realidad del impuesto en cuanto que el propio resultado contable no es más que el punto de partida para el cálculo de la base imponible del mismo. Usar el beneficio contable para calcular el tipo efectivo es tan ridículo como usar la cifra de ventas, y usarlo para hacer creer que los bancos eluden impuestos es como decirnos a todos que eludimos impuestos si nos deducimos gastos a los que tenemos derecho.

Al usar una cifra que no es la base del impuesto como es el beneficio global contable se están incluyendo ingresos que se generan -y tributan- en otros países y se está ignorando a sabiendas el conjunto de los ajustes que se derivan de la aplicación de las normas tributarias que permiten el cálculo de la base imponible del impuesto.

Es decir, se está haciendo creer al lector que un banco con 50% de actividad en el exterior no paga impuestos cuando está pagándolos religiosamente en cada uno de los países donde opera. Se compara impuesto pagado en España con beneficios globales que ya tributan. ¿Se imagina que hiciera el mismo subterfugio en Brasil y dijesen que una entidad “no paga impuestos” añadiendo los que genera y tributa aquí en España?

Entre los mencionados ajustes se encuentran los derivados de los impuestos ya pagados en otras jurisdicciones por los grupos internacionales. Esto influye claramente en el tipo obtenido en el caso de esos grupos. Adicionalmente, al usar el beneficio contable se ignoran los gastos fiscalmente deducibles o exenciones por doble imposición interna, todos legales.

Esto es algo que todos entendemos. El tipo efectivo en un país se calcula sobre la base imponible de dicho impuesto en ese país, no sobre la cifra de negocio global antes de ajustes.

Es tan ridículo que cualquier lector pensará: si la tributación de los bancos en España es tan baja como un 2% ¿por qué no vienen cientos de bancos globales diarios a asentarse en España al calor de esas ventajas? De hecho ¿por qué se van algunos a otros países y cierran su negocio aquí? Porque ese 2% es mentira. Ni 2 ni 20.

Ahora, la pregunta es: ¿A qué viene un subterfugio tan burdo y tan escandalosamente irreal? ¿Qué se gana con ello?

¿Se busca acaso que los bancos paguen mucho más? Mala estrategia esa de introducir inseguridad y amenazas para atraer más bases imponibles. Además, al leer unas cifras tan obviamente falsas, muchas empresas de distintos sectores simplemente se plantean si merece la pena invertir en un país donde se retuercen los números para dar la impresión de elusión fiscal.

¿Se busca acaso convencer al ciudadano de que las “malvadas grandes empresas” no pagan impuestos mientras nos fríen a más cargas fiscales a todos? Mala estrategia. Lo único que consigue es que se mantenga la economía sumergida.

Lo más triste de estos episodios es que no tienen ningún efecto positivo.

Difundiendo la mentira de que las grandes empresas no pagan impuestos ni se aumentan bases imponibles, ni se refuerza la recaudación ni se atrae más inversión.

Estos ejercicios de demagogia fiscal solo llevan a que las empresas se piensen dos y tres veces si merece la pena invertir en un país donde se presupone la culpabilidad del contribuyente y se tergiversan las cifras para hacer parecer al cumplidor como si fuera un pirata.

Ya lo explicamos hace un par de semanas. España no recauda algo menos que la media europea porque tenga bajos impuestos, sino porque tiene casi el doble de paro, empresas más pequeñas y más economía sumergida. Si mantenemos una fiscalidad extractiva, no competitiva y confiscatoria, y encima mintiendo sobre los que cumplen, el fracaso estará asegurado.