Superar cada adversidad es parte del sino de todos nosotros. No rendirse ante cualquier traba que aparezca en la vida es la actitud que es el único camino hacia el éxito. La satisfacción personal que supone el momento en el que, después de tropezar con muchas piedras, se consigue el objetivo es comparable con muy pocas cuestiones. El mundo del tenis ha dejado un ejemplo como este. El síndrome de ectrodactilia-displasia ectodérmica no ha impedido que Fran Jones pueda convertirse en una profesional. 

Son muchos los que se han resignado porque, por desgracia, un problema congénito les ha puesto las cosas más difíciles. Pero Francesca no es así. A sus 20 años ocupa el puesto 241 del ranking WTA, pero su lucha de superación contra una enfermedad que afecta precisamente a las extremidades que emplea para jugar la ha convertido en una número uno de este deporte. No es una novata ya, porque lleva un par de temporadas buscando su hueco en los principales torneos del mundo.

Su ejemplo vivirá un gran momento cuando se estrene en el mes de febrero en el Open de Australia, para el que ha conseguido la clasificación esta última semana en la previa jugada en Doha. Superó a la china Jia-Jing Lu por 6-0 y 6-1 y ahora podrá dar más visibilidad a una carrera que tiene mucho mérito. Antes, venció a la rumana Monica Niculescu (6-3 y 6-2), a la croata Jana Fett (7-6, 2-6 y 6-1). Su historia con el tenis profesional dará en las próximas semanas un giro que podría ser determinante.

La británica, tras haberse sentido discriminada en el circuito y escuchado a médicos decirle que no podría convertirse en profesional, ha luchado durante toda su adolescencia y juventud para hacerse un hueco en el mundo del tenis. "Mi síndrome es muy raro. Es complicado porque hay numerosos síntomas. Los médicos me dijeron que no podría jugar al tenis. Y mi reacción fue: Ya que dijeron eso, voy a demostrarles que están equivocados", concreta sobre estas trabas que le han acompañado.

Su problema

Nació con tres dedos en cada mano y un pulgar y siete dedos en los pies, pero la afincada en Barcelona se empeñó en que su raqueta tenía que ser reconocida en la WTA. "Digamos que mi cuerpo no está previsto para ser el de una atleta, pero para mí eso no quiere decir que no pueda llegar a serlo. Hasta un Rolls Royce se construye de la nada", argumenta la tenista que se ha puesto en el punto de mira de todos dentro del cuadro femenino.

Ha tenido que aprender a mantener el equilibrio de una forma especial y, durante su formación, tenía que jugar con un mango especial para poder golpear bien a la pelota. "El tenis me ha ayudado a mí y mis objetivos y también me ha ayudado a ser quien soy sobre la pista y espero que lo siga haciendo", explica en el reportaje para ITF. Ahora llega su momento ya que todo este esfuerzo encontrará recompensa en esta temporada 2021 con su estreno en su primer Grand Slam.

Fran Jones, durante un torneo de tenis

Durante su adolescencia también tuvo problemas con su aspecto, pero eso no hizo que su moral se viniera abajo. "Esos comentarios jugaron un papel importante en las decisiones de mi vida y los compromisos profesionales hasta ahora. Siempre he querido enorgullecer a mis padres más que nada. Sé que tengo la fuerza mental y trato de usarla lo mejor que puedo, pero hay muchas cosas que deben unirse", concreta la tenista.

Desde Barcelona

Andreu Guilera trata de guiar sus pasos para conseguir resultados también en las rondas importantes. La Academia Sánchez-Casal de Barcelona fue su nuevo hogar y ese cambio lo recuerda como un momento muy especial. Allí la ayudaron a poder hacer realidad su sueño de convertirse en profesional. No fue fácil, ya que esas manos que utiliza para coger la raqueta tenían que adaptarse a golpear con fuerza y con menos 'grip'.

Pasó gran parte de su juventud y en los principios de su carrera en un hospital, algo que hizo que su fortaleza mental fuera más grande. Estaba habituada a recibir comentarios negativos, a ver cómo tenía que trabajar el doble que sus compañeros de academia y todo eso solo hizo que convertirla en una mejor tenista. "He pasado mucho tiempo tratando de ganar fuerza para reforzar mis músculos, para que pueden soportar las dificultades que pueda tener", concreta la británica.

Guilera y sus compañeros de la academia la acogieron con 9 años, cuando decidió abandonar a su familia en Reino Unido y trasladarse a la Ciudad Condal. "Realmente no tenían mucho que decir. Todo lo que podía escuchar eran llantos, gritos y a mi perro ladrando. Fue una llamada bastante emotiva porque obviamente hemos pasado por muchas cosas juntos y me fui del Reino Unido. Te pierdes muchas experiencias con tus padres y eso es difícil para todos", explica sobre ese momento.

Su madurez es el grado más importante que le ha hecho llegar hasta donde llegará en el mes de febrero: "Creo que todo ser humano tiene debilidades físicas a menos que seas Cristiano Ronaldo. Solo trato de mejorar mi físico como trataría de mejorarme a mí misma de cualquier otra manera". No es el jugador portugués de fútbol, es Fran Jones; una de las tenistas con más fuerza mental de todo el circuito de la WTA.

[Más información: Crisis en el Open de Australia: positivos por Covid en los vuelos aíslan a más de 40 tenistas]

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