Los relevos de Conchita Martínez ya están aquí. Tras alcanzar un acuerdo con la Real Federación Española de Tenis, Sergi Bruguera dirigirá al equipo español de Copa Davis los dos próximos años y Anabel Medina ocupará durante ese tiempo la misma posición en el banquillo de la Copa Federación. Después de que los directivos tomasen la decisión de no renovar a la ex número dos del mundo hace unas semanas, abriendo de par en par la puerta de la polémica y provocando el enfado de Martínez, el catalán y la valenciana llegan para poner calma y comenzar a planificar el futuro.

Bruguera, ex número tres mundial y doble campeón de Roland Garros (1993 y 1994), aterriza en la capitanía de la Davis después de casi tres temporadas entrenando a Richard Gasquet, con el que cortó su relación profesional semanas atrás. El catalán, que retorna como técnico a la competición por países más de dos décadas después de cerrar su etapa como jugador (1995, en la serie que México le ganó por 3-2 a España), no estuvo presente en la época de las grandes conquistas de La Armada (títulos en 2000, 2004, 2008, 2009 y 2011), aunque su currículo defendiendo los colores de la selección es favorable (12 victorias y 11 derrotas en 10 convocatorias).

Pese a no ser la primera opción de la federación, que siempre tuvo a Juan Carlos Ferrero como máximo candidato, la contratación de Bruguera llega avalada por los principales jugadores del vestuario (a los que llamó personalmente antes de aceptar), que han considerado positivamente su experiencia en el circuito como tenista y su posterior etapa pilotando la carrera de Gasquet, lo que le permite tener un conocimiento real de los jugadores actuales. 

Así, el catalán se pondrá al frente de la selección masculina con el objetivo de convencer a los integrantes de la generación dorada del tenis español para pelear por una última Ensaladera antes de que llegue la hora de decir adiós. La ocasión para Bruguera parece inmejorable: tras jugar ocho eliminatorias consecutivas a domicilio, España se estrenará como local en 2018 ante Gran Bretaña (del 2 al 8 de febrero) y también disputaría en casa los hipotéticos cuartos (contra Alemania o Australia), por lo que hay espacio de sobra para soñar.

Anabel Medina, durante un encuentro con EL ESPAÑOL. Rafael Plaza El Español

Por su parte, Medina asume el timón del equipo femenino coincidiendo con un momento muy dulce en su nueva etapa profesional. La valenciana, que todavía sigue en activo en el circuito de dobles (lleva sin jugar desde el verano de 2016 como consecuencia de una lesión en el hombro derecho), comenzó a entrenar a Jelena Ostapenko el pasado mes de abril y juntas lograron ganar Roland Garros, ascender hasta el número ocho mundial y sellar la clasificación para la Copa de Maestras, que desde el próximo 22 de octubre reunirá a las ocho mejores tenistas del año en Singapur. 

La valenciana, que tiene un balance de 18 victorias por 16 derrotas en Copa Federación, se ha puesto la camiseta de España en 13 eliminatorias, a tres veces del récord absoluto de Arantxa Sánchez Vicario (16). Si su compromiso con el equipo es incuestionable, sus méritos como jugadora también: Medina, que llegó a ser número 16 del mundo, tiene 11 títulos individuales, dos Roland Garros en dobles (2008 y 2009, con Virginia Ruano) y una medalla de plata en la modalidad por pareja de los Juegos Olímpicos de Pekín, también con Ruano.

Tras recibir el beneplácito de las tenistas, la federación eligió a Medina (María José Martínez era la otra opción) para una silla que quema más que la de Bruguera: la valenciana debutará como visitante en la serie contra Italia (entre el 10 y el 11 de febrero) con la meta de regresar al Grupo Mundial después de descender a Segunda División el pasado mes de abril.

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