Maria Sharapova tomó Meldonium por primera vez en 2006 y lo siguió haciendo de forma ininterrumpida hasta enero de 2016. Posiblemente, mientras forjaba una carrera de leyenda (completando el Grand Slam y llegando al número uno del ránking), nunca imaginó que ese medicamento protagonizaría el día más negro de su vida: el lunes a mediodía, la campeona de cinco grandes se subió encima de un escenario en Los Ángeles, carraspeó nerviosa y confesó al mundo que había dado positivo en un control antidopaje realizado en el pasado Abierto de Australia.

La reacción inicial fue evidente. ¿Cómo estuvo empleando Sharapova esa hormona durante una década sin que saltasen las alarmas? La respuesta fue igualmente sencilla. En 2015, la WADA (Agencia Mundial Antidopaje) tomó la decisión de incluir el Meldonium (comercializado bajo el nombre de Mildronate) en la lista de sustancias prohibidas para los deportistas en 2016. Esa fue la reacción del organismo que controla el uso de productos ilegales al detectar a través de los análisis de orina cómo muchos atletas empleaban Meldonium, concluyendo que lo hacían porque mejoraba el rendimiento deportivo.

Así, y siguiendo el proceso habitual, la WADA envió una carta a cada jugador informando de los cambios en el reglamento. Como reconoció ante los periodistas, Sharapova no la leyó (ni nadie de su amplio equipo, algo sorprendente) y siguió con su tratamiento habitual en el primer Grand Slam del curso, donde llegó hasta cuartos de final. Allí empezó una pesadilla llena de fantasmas y demonios: la rusa, expuesta ahora a una sanción que puede ir desde los dos a los cuatro años (se desconoce aún la duración, aunque el castigo se pondrá en marcha el próximo 12 de marzo), ha manchado su carrera para siempre.

LOS EFECTOS DEL MELDONIUM

Durante su explicación a los periodistas, Sharapova dijo que empezó a usar el Meldonium porque tenía deficiencia de magnesio y síntomas de diabetes. Entre otros medicamentos, los médicos que se encargaron de su tratamiento le indicaron que tomara Mildronate para combatir el cuadro que presentaba. Según El País, la hormona comenzó a utilizarse en la antigua Unión Soviética para tratar problemas de corazón, la cabeza, el síndrome de abstinencia alcohólica o el rendimiento de los atletas. De repente, y viendo el efecto mágico que provocaba usarlo (vendiéndose a toda velocidad), se convirtió en una poderosa fuente de ingresos para Letonia, que lo exportó por más de 150 millones de euros anuales.

El Meldonium es conocido como el medicamento que todo lo cura porque provoca una mejora de la resistencia, ayuda en la recuperación después de hacer ejercicio, protege contra el estrés y facilita la activación del sistema nervioso central. En consecuencia, el cuerpo consigue restaurarse rápidamente tras esfuerzos prolongados, casi nada en un deporte que exprime el físico hasta el límite.

Utilizado para combatir los trastornos del sistema cardiovascular, suministrar sangre al cerebro o mejorar el rendimiento físico y mental, el Meldonium es una molécula sintética que puede usarse como inyectable o en cápsulas. Sin embargo, no está autorizado como medicamento en todo el mundo. Por ejemplo, Estados Unidos, el lugar de residencia de Sharapova (vive en Florida), no lo tiene aceptado. Como tampoco Europa Occidental.

OTROS CASOS SIMILARES

Desde enero de 2016, cuando el Meldonium pasó a ser una sustancia prohibida, varios deportistas del máximo nivel han sido sancionados por seguir empleándolo. Por ejemplo, la UCI (Unión Ciclista Internacional) anunció un positivo al ciclista ruso Eduard Vorganov, del equipo Katusha, por usar la hormona ilegal. Como el maratoniano etíope Endishaw Negesse, ganador de la maratón de Tokio en 2015, que recibió el mismo castigo por cometer una infracción idéntica.

Este mismo lunes, la FPAR (Federación de Patinaje Artístico de Rusia), suspendió a la pareja formada por Ekaterina Bobrova y Dmitri Soloviev, medallas de bronce en los Campeonatos de Europa de patinaje artístico sobre hielo, después de que Bobrova diese positivo por Meldonium en un control realizado en Bratislava durante la competición.

Ahora, sin embargo, el protagonismo del medicamento es mayor: Sharapova, una de las mejores jugadoras de siempre, la deportista que lleva 11 años obteniendo más ingresos que ninguna otra mujer, una de las estrellas más grandes del deporte mundial, está acusada de hacer trampas. Una carga de la que le costará mucho desprenderse.

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