Tras cerrar su gira de tierra de batida por Sudamérica con dos derrotas inesperadas en Buenos Aires y Río de Janeiro, Rafael Nadal decidió no regresar a Mallorca. El español se fue a Cozumel (una isla de México ubicada en el mar caribe) y mezcló los entrenamientos en pista dura con el golf, uno de sus maneras preferidas para limpiar la mente. Ayer, y tras dejar atrás los días en ese idílico paraje, el número cinco del mundo llegó a Indian Wells, donde desde el próximo 10 de marzo arranca el primer Masters 1000 de la temporada. Su nueva cita con las dudas, la ansiedad y el miedo.

"No hemos empezado bien el año a pesar de estar entrenando bien”, reconoció Toni Nadal, tío y entrenador del campeón de 14 grandes, en unas declaraciones recogidas por Radio Marca Mallorca durante la presentación del torneo WTA que se disputará en la isla el próximo verano. “Mucha gente habla de cosas que desconoce, no creo que yo sea la causa de los problemas de mi sobrino”, prosiguió el técnico, que lleva más de medio año viéndose señalado y escuchando que la solución pasa por quitarle a él del banquillo. “Cuando Ferrero tuvo su bajón nadie apuntó a Cascales”, añadió, en referencia al entrenador del valenciano en aquel momento, antes de radiografiar uno de los grandes problemas a los que el balear se ha enfrentado últimamente.

“El tenis ha evolucionado a un juego más veloz”, explicó el entrenador del número cinco mundial, insistiendo en el discurso que lleva tiempo defendiendo. “Nosotros tratamos de ser más estrategas. Ahora, los dos primeros golpes son mucho más importantes en el tenis masculino”, continuó, apuntando hacia los jugadores modernos, capaces de tirar a las líneas durante todo el encuentro sin miramientos, jugándose cada bola a cara de perro. “Sin sacar tan bien, Nadal antes lograba coger la iniciativa más fácilmente. No es excusa, pero ha faltado tranquilidad y confianza en momentos importantes. En deportes como tenis o golf, fallas dos golpes y baja tu confianza. Le pasó a Woods o Ballesteros”.

Esa falta de tranquilidad ha marcado las últimas tres derrotas de Nadal, posiblemente las que han echado por tierra todo el buen trabajo realizado a finales de 2015. En el arranque de 2016, el mallorquín cedió contra Fernando Verdasco en el Abierto de Australia tras estar a dos puntos de la victoria (6-5 y 0-30 en la cuarta manga), con punto de partido frente a Dominic Thiem en Buenos Aires y con una interesante ventaja ante Pablo Cuevas en Río de Janeiro (dos bolas de rotura con 3-3 en el tercer set). Esos momentos, que antes no se le habrían escapado ni con las manos vendadas, reflejan hoy la mayor debilidad del español, que por primera vez en su carrera parece frágil de verdad.

“Otros deportes han hecho cambios para adaptarse a las nuevas características y materiales, pero los dirigentes del tenis son reacios a hacerlo”, se lamentó Toni Nadal, continuando con su exposición. “Con Ferrer lo comentamos en Melbourne y Río, la gente de un tenis más estratega está más intranquila ante rivales que te juegan pim pam pum. Ahora, es más difícil el tenis para los que hemos planteado un juego de estrategia”, reiteró. “Para el público es mejor este tenis porque si nos fijamos los mejores puntos del año son de intercambios largos. No es una excusa. Nunca he pedido cambios para favorecer a Nadal sino para que la siguiente generación no juegue un tenis parecido al béisbol”, continuó el técnico mallorquín. “No sé si Nadal estará a tiempo de adaptarse a este nuevo tenis, pero estamos en ello. El objetivo es jugar a un buen nivel en la temporada de tierra”, se despidió con ese claro mensaje hacia la gira de arcilla europea, pese a que antes el número cinco deberá competir en los dos Masters 1000 del curso (Indian Wells y Miami), sobre pista rápida. Todo un reto.

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