La selección española de balonmano arrancó su andadura en el Mundial de Japón con una contundente e inesperada goleada (16-31) sobre Rumanía, en un choque en el que 'Las Guerreras' dieron toda una exhibición tanto en ataque como en defensa.

"Creo ciegamente que podemos estar en los preolímpicos", señaló el seleccionador español Carlos Viver antes de arrancar el Mundial y por lo visto este sábado ante Rumanía lo mismo debería hacer todo el mundo. Y es que España no solo superó por completo a toda una potencia mundial como el conjunto rumano, semifinalista en el último Europeo, sino que lanzó un serio aviso a todos sus rivales con un imponente juego tanto en ataque como en defensa.

Una solidez que desarboló por completo a Rumanía en la primera parte, tal y como demostraron los siete goles de ventaja (9-16) con los que 'Las Guerreras' alcanzaron el descanso. Cifra que respondió al espectacular trabajo defensivo del conjunto español, que no solo limitó al máximo el rendimiento de Cristina Neagu, elegida en cuatro ocasiones mejor jugadora del mundo, sino que anuló casi por completo a otra figura de la talla de la pivote Crina Pintea.

Alicia Fernández Fraga, durante el Rumanía - España del Mundial femenino de balonmano EFE

Pero si el buen rendimiento defensivo de España ya no es algo que sorprenda, sí hay que destacar la variedad, la inteligencia y, sobre todo, la efectividad que mostró la selección en ataque. Un extraordinario rendimiento que se sustentó en la velocidad de la que España fue capaz de dotar a la circulación de balón, la mejor manera de superar a las altísimas y fornidas jugadoras rumanas.

Las de Carlos Viver, que demostró haber estudiado a la perfección al conjunto rumano, tuvieron claro desde el comienzo que la clave era acelerar al máximo sus movimientos. Una lección que aplicó como pocas Nerea Pena que puso un ritmo trepidante a las transiciones del equipo español, lo que permitió al combinado nacional encontrar en cada ataque los espacios necesarios para que las jugadoras españolas pudieran hacer valer su uno contra uno.

España, cara; Rumanía, cruz

Circunstancia que posibilitó a España forzar más y más penaltis, que pusieron rápidamente a las de Viver con una cómoda ventaja (5-8) en el marcador. Pero cuando el balón no llegó en ventaja a las primeras líneas, que siempre tuvieron la posibilidad de atacar en carrera, la pelota viajó hasta las extremos y pivotes, que siguieron forzando un penalti tras otro.

Todo lo contrario que Rumanía que incapaz de superar a la defensa española apostó casi a la desesperada por atacar con una jugadora más, una fórmula que acabó de hundir definitivamente al equipo balcánico. España castigó cada error de Rumanía con un gol de portería a portería lo que posibilitó a la selección española dispararse superado el ecuador de la primera mitad hasta los cinco goles de ventaja (5-10) en el marcador.

Ventaja disparada

Una renta que ya no dejó de crecer y crecer como demostró el contundente 16-31 final, unos inesperados quince goles de ventaja, que por momentos llegaron incluso a ser más. Ya que si España no bajó el pistón en ningún momento, como demostraron los tan solo siete goles encajados por 'Las Guerreras' en la segunda mitad, Rumanía fue hundiéndose cada vez más y más. Circunstancia que las de Viver no desaprovecharon, pese a las lógicas rotaciones teniendo en cuenta que España se enfrentará en veinticuatro horas con Hungría, para buscar un abultado marcador que les pueda beneficiar en caso de dobles y triples empates. 

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