Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no están siendo una fiesta del éxito para España, que había quedado algo atascada en la consecución de medallas. A pesar de que el deporte nacional siempre acostumbra a dar un arreón final en la segunda semana, ver cómo pasaban los días y cómo el zurrón de metales no se llenaba ha hecho que el nerviosismo creciera a pasos agigantados. 

Finalmente, España ha comenzado a dar ese acelerón con tres metales que han llegado en las últimas horas como son los de Fátima Gálvez y Alberto Fernández en tiro, Pablo Carreño en tenis y Ray Zapata en gimnasia artística. Estos tres metales se han unido a los otros tres que ya había y que permiten a la delegación española salir del bache y respirar con algo de alivio de cara a lo que resta de Juegos Olímpicos. 

Ahora llega el turno de los deportes de equipo, de quienes se espera que puedan dar algún metal importante. Y si hay un conjunto que tiene especial ilusión en hacerlo esa es la selección femenina de waterpolo, que ha comenzado muy bien el torneo olímpico y que tiene una gran esperanza puesta en sus opciones. Y si alguien sabe de ilusión en el equipo de Miki Oca esa es su benjamina, la jugadora más joven del torneo y ya proclamada como niña prodigio del waterpolo. Se trata de Elena Ruiz, de tan solo 16 años. 

La selección española femenina de waterpolo durante un tiempo muerto Reuters

Madurez de campeona

Elena Ruiz nació el 29 de octubre del año 2004, es decir, que tiene todavía 16 años, edad con la que concluirá los Juegos Olímpicos sin saber todavía en qué puesto. A pesar de su extrema y sorprendente juventud, ya forma parte de una cita tan importante y lo hace en un deporte colectivo, con lo complicado que resulta eso para una chica que todavía es menor de edad. 

Como ella misma afirma, formar parte de esta aventura le da experiencia al máximo nivel para lo que le queda de carrera, que no es poco. Sin embargo, es espectacular ver cómo se está tomando Elena estos Juegos Olímpicos, con qué serenidad, con qué seriedad, con qué responsabilidad y, sobre todo, con qué madurez. Y es que en el rostro tímido de Elena se puede ver ya el gen de una campeona, pero que por muy bien que le vayan las cosas, que le están yendo y mucho, no despega los pies del suelo, no se olvida de tocar tierra. 

Es inevitable que Elena no se esté llevando más focos de los que le corresponden por su edad, pero es que el caso de una chica tan joven en la élite resulta muy llamativo. A pesar de todo, esta joven jugadora de waterpolo demuestra tener la cabeza muy bien amueblada y se centra en perseguir su sueño olímpico y en seguir jurando amor y lealtad al equipo que le ha dado un hueco en la élite, el CN Rubí, su casa. Este gesto demuestra que Elena vive el día a día y que no se deja engañar por cantos de sirena ni confundir por grandes halagos. 

Polivalente y soñadora

A pesar de tener una madurez increíble para una chica de su edad, es inevitable y además es necesario que Elena tenga retos e ilusiones por delante. Uno de ellos era formar parte de una selección de la que ya es pieza clave tal y como están demostrando sus números en estos Juegos Olímpicos. 

Elena Ruiz ejecuta un lanzamiento en un partido de los JJOO de Tokio 2020 Reuters

A sus 16 años, Elena no es una figurante dentro del gran equipo de Miki Oca, sino que es una jugadora capaz de meter 5 goles en su debut olímpico ante Sudáfrica. En total suma 8 en todo el torneo y tiene una participación media que supera los 15 minutos por partido. Números espectaculares para un talento tan precoz como el suyo que le hace ser considerada como la niña prodigio del waterpolo español. 

Por si esto fuera poco, además de esos sueños y de esa ilusión, Elena demuestra un gran valor diferencial para ser una chica tan joven y es su polivalencia, lo que permite rendir y brillar en casi cualquier punto de la piscina. Es una pieza fundamental y muy útil en cualquier equipo porque vale para casi todo. Ella misma sabe y reconoce que su multifuncionalidad es uno de sus puntos fuertes. A pesar de que donde más cómoda se encuentra es en posiciones centrales creando, elaborando y repartiendo juego, Elena es capaz de adaptarse a posiciones laterales y de extremo si así lo requiere la situación. En el único emplazamiento donde no se ve cómoda todavía es en la boya. 

Peso de los JJOO

Elena está viviendo un sueño que suele estar preparado para persona de más edad que ella. La jugadora del CN Rubí forma parte de un equipo compuesto por jugadoras que también son muy jóvenes, aunque no tanto como ella, y de veteranas que le están ayudando a llevar la pesada carga que significa tener a todo un país esperando un éxito. 

De hecho, Elena tiene la suerte de coincidir con quien es la jugadora más veterana del torneo y que también está en el equipo español. Se trata de la gran capitana Pilar Peña, la única de la generación de los 80 que todavía queda en la Selección a sus 35 años. Un privilegio y toda una referencia para una chica como Elena, quien ha crecido y crece viendo los éxitos de una de sus ídolos con la que ahora comparte vestuario. 

Elena Ruiz en un partido con España en los JJOO de Tokio 2020 EFE

Hasta el momento, Elena sigue viviendo con la ilusión de quien participa en un juego una cita tan importante, sin dejarse llevar por la tensión y sin acusar la presión, centrándose solo en su nivel en la piscina y en sus capacidades. Desde el primer momento que llegó a ese vestuario, Elena representa la ilusión y la savia nueva de un conjunto nacional que año tras año se sigue remodelando. De hecho, el debut oficial de esta joven jugadora se produjo en marzo y unos meses después, está disputando ya una de las citas más importantes de toda su carrera. Un salto meteórico que ni ella misma se creía cuando recibió la llamada de Miki Oca para hacerle saber que estaba seleccionada para Tokio. 

Soñar con las medallas

Como todas, porque en eso sí que tiene la mentalidad ganadora de una veterana, quiere una medalla en estos Juegos Olímpicos. Sería un tremendo éxito para un equipo que ha vivido siempre un tanto a la sombra de sus compañeros de piscina, la selección masculina. Sin embargo, las chicas de Miki Oca han demostrado muy buenas sensaciones hasta el momento y por qué no, podrían soñar con morder un metal. 

Hasta el momento se han situado líderes de su grupo con tres espectaculares victorias en cuatro partidos, lo que supone una puesta en escena más que brillante. Con esta actuación, se han colado en los cuartos de final donde ya les espera la selección de China. Si vencen, Elena, Pili y todas sus compañeras tendrán dos balas en la recámara para poder conseguir una medalla. 

Sería un hito histórico además de un sueño para una chica de tan solo 16 años que está disputando sus primeros Juegos Olímpicos en la más absoluta élite y para la que es inevitable no tener colgado desde hace un tiempo el cartel de nuevo prodigio del waterpolo español. 

[Más información: ¿Cuántas medallas ganará España en los JJOO?: el análisis de las opciones dice que más de 15]

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