En la vida, en general, se suele desconfiar del que tiene éxito. Qué se le va a hacer. De primeras, lo normal es guardar distancia. Y de segundas, hacerse preguntas: ¿cómo ha llegado este tío a la cima?, ¿de dónde viene?, ¿cuál es su secreto?, ¿en qué consiste su ascenso?… Es algo habitual. No se puede negar que hay un prejuicio -a veces, justificado- hacia las personas que manejan esos hilos que tanto le preocupan a Piqué. El problema, obviamente, es que en muchas ocasiones son gente normal, personas de rostro común y talento natural. ¿Es el caso de Quique Pina? Está por ver. Hasta ahora, sólo hay una cosa que se pueda demostrar de él: ascendió al Ciudad de Murcia de regional a Segunda y al Granada hasta Primera división. Y esta temporada, como consejero-delegado del Cádiz, ha conseguido que el conjunto andaluz se meta en los playoffs de ascenso a la máxima categoría (conocerá su rival este fin de semana).



Su historia de éxito siempre ha estado en ‘duda’. No de forma oficial, pero si en el bar. Ya saben, que si el Granada se salvaba por ayudas ‘milagrosas’ en las últimas jornadas -léase primas a terceros-, que si sus traspasos con el Udinese… Sin embargo, nadie ha podido demostrar nada, salvo lo ya consabido: su éxito en todos y cada uno de los equipos en los que ha podido tomar decisiones. Eso es una certeza. Como también lo es que tras su marcha del Ciudad de Murcia y del Granada, ambos equipos han acabado con la trayectoria ascendente mantenida durante su ‘régimen’.



Pero para entenderlo todo quizás es necesario empezar por el principio. Al fin y al cabo, Quique Pina no es nuevo. Empezó jugando al fútbol, como muchos, pero no prosperó, como tantos otros. De ahí su gusto por la pelota y su posterior candidatura a manejar los hilos desde la presidencia de algunos equipos. Así lo hizo en Murcia. Allí llegó y, contra todo pronóstico, fundó un club y lo llevó desde regional hasta Segunda división. ¿Cómo? Ese ya es otro tema. Lo cierto es que el murciano lo llevó en ocho años desde categorías amateurs a plata; de jugar en un campo cualquiera a hacerlo en La Condomina.



Pero su sueño terminó en 2006/07. O, más bien, lo dilapidó. Quique Pina decidió vender el club al empresario Carlos Marsá y deshacerse de él. ¿Y qué hizo su nuevo propietario? Llevarse la plaza del Ciudad de Murcia en Segunda a su tierra e inscribir en ella al Granada 74, equipo del que era presiente. Así, el murciano acabó con una etapa, pero pronto comenzó otra. Y, de nuevo, iba a tener éxito.

Los jugadores del Granada celebran el ascenso a Primera.



Quique Pina, tras dejar el Ciudad de Murcia, aumentó sus lazos de unión con la familia Pozzo, dueños del Udinese, y entró junto a Juan Carlos Cordero en la gestión y dirección del Granada. Entonces, el conjunto andaluz estaba en 2ªB. Era 2009. Pues bien, Quique Pina puso los cimientos para que el equipo, en 2011, volviera a Primera división. Y lo hizo. Se metió en la máxima categoría y mantuvo al equipo durante cinco años en ella, casi siempre salvándose del descenso en las últimas jornadas.



Pero, de nuevo, decidió poner fin a su etapa en el conjunto andaluz. Dimitió como presidente de la entidad tras la venta del club y comenzó su aventura en Cádiz. Eso sí, durante este curso, sus quejas sobre el nuevo rumbo del Granada han quedado patentes en cada una de sus declaraciones. “Más que al inversor chino, tal y como he vivido la situación, yo le echaría la culpa a las personas que dirigen el Granada, que no son chinos, sino catalanes”, reconoció el murciano al ser preguntado en El Transistor, en referencia a Pere Guardiola, Sergi Vieta y las personas que llegaron de su parte.



Pero antes de dejar el Granada, Quique Pina ya estaba metido en el Cádiz. Y, de nuevo, ha conseguido su objetivo: el equipo subió a Segunda y está a punto de hacerlo a Primera. Eso sí, aunque ya está clasificado para playoffs, todavía desconoce su rival. Este sábado se disputan (20:30 horas) todos los partidos en los que hay algo en juego. En concreto, el conjunto andaluz se enfrentará al Valladolid, que todavía tiene opciones de entrar en playoffs. En cualquier caso, ellos ya están clasificados para las eliminatorias. Sólo les queda un último escalón y, entonces, Quique Pina habrá hecho, de nuevo, historia. Y el resto, siempre que sea verdad, ya se verá.

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