Hasta ahora, el Mundial se había desarrollado sin incidentes. Ni ultras, ni problemas en los estadios, ni nada. Sin embargo, en la final, la Policía rusa tuvo que detener a cuatro espontáneos que saltaron al césped en el minuto 53 de encuentro, ya en la segunda mitad, justo cuando Croacia trataba de llegar con la pelota hasta la meta gala. En ese momento, el colegiado tuvo que parar el partido. Los espectadores fueron detenidos y retirados.



Los espontáneos saltaron cuando el encuentro se encontraba 2-1. Se adelantó primero Francia en el partido. Griezmann se sacó una falta y la puso para que Mandzukic, de cabeza, sin querer, se metiera el balón en su propia portería. Sin embargo, poco tiempo después, el conjunto croata puso las tablas en el marcador. Perisic aprovechó un rechace en la frontal del área para recortar a Kanté y mandar un balón cruzado a la portería.



El segundo para los franceses lo marcaría Griezmann, protagonista en el primer tanto galo. El delantero del Atlético de Madrid anotó de penalti por una mano de Perisic que el árbitro, después de visionar la jugada en el VAR, consideró que era penalti. Así se fue el partido al descanso. Después Pogba, con un disparo desde fuera del área, haría el tercero para Francia.

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