Todo parece indicar que la autogestión ha llegado al vestuario de Argentina en pleno Mundial de Rusia. El tridente formado por Messi, Mascherano y Otamendi es el que guía los pasos de la Albiceleste, el que toma las decisiones de verdad. Con una jerarquía superior a la del seleccionador nacional, Jorge Sampaoli.

Una escena sucedida durante la victoria ante Nigeria, clave para lograr el pase a los octavos de final del torneo mundialista, evidencia que los jugadores son los que mandan  en el equipo. En plena segunda parte del encuentro, cuando los argentinos todavía estaban fuera de los cruces, se pudo observar cómo Messi se acercaba al banquillo y cómo Sampaoli aprovechaba el momento para preguntarle si sacaba al campo al Kun Agüero.

Algo que ocurrió finalmente: en el minuto 80, el jugador del Manchester City entró al terreno de juego en sustitución de Tagliafico. No obstante, esta decisión, en la que parece haber influido directamente el núcleo duro del vestuario, no fue la única llamativa del 1-2 decisivo para Argentina.

La presencia en la alineación inicial de hombres como Marcos Rojo, Banega, Higuaín y Di María también llamó la atención lo suyo. Al igual que ver a Messi como cabeza visible de la charla técnica previa a la segunda mitad del partido, sin que Sampaoli hiciese acto de presencia en el corrillo. 

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