Rusia, antes del último partido de la fase de grupos, había marcado ocho goles (cinco a Arabia Saudí y otros tres a Egipto), había jugado bien y había metido miedo. ¿Y si no son lo que aparentaban? ¿Y si no son tan débiles? Estas dos preguntas, no necesariamente en el mismo orden, surgían en la cabeza de cualquier aficionado. Sin embargo, en el tercer partido, se vio, teóricamente, a la anfitriona esperada. Contra un rival superior como Uruguay, mostró sus carencias. Y, de pronto, se perfila como la posible rival de la ‘Roja’ en octavos [narración y estadísticas: 3-0].



Obviamente, para que eso ocurra, España tendrá que ganar su partido ante Marruecos. Es decir, debería hacer los deberes y quedar primera del grupo B. De lo contrario, se vería contra Uruguay en octavos de final. Pero eso ya se verá. Aunque el guión, ya decimos, establece que la posible rival sea la anfitriona, con lo que eso implica: ambiente hostil, dudas con el colectivo arbitral –a pesar del VAR– y encerrona en todos sus sentidos.



Ante Uruguay, Rusia cayó por dos motivos. El primero, que Stanislav Cherchésov reservó a tres jugadores de inicio y dejó a Cheryshev en el banquillo tras el descanso. Y el segundo, que jugó peor. Sí, lo hizo. Y los charrúas lo aprovecharon. Luis Suárez inauguró el marcador con un gol de falta directo al palo del portero –con la colaboración del propio Akinfeev–, el propio Cheryshev se metió el segundo en propia puerta tras un disparo de Laxalt y el tercero fue de Cavani, que hizo suyo un rechace para mandarla dentro de la portería. Antes, la anfitriona se quedó con uno menos por la expulsión de Smolnikov.



Pero bien, tras lo ocurrido en este último partido ante Uruguay, con qué Rusia hay que quedarse: ¿con la del primer y segundo partido o con la del tercero? He ahí la cuestión. Eso es lo que dilucidará España en octavos de final. En cualquiera de los casos, toparse con la anfitriona tiene sus pros y contras para la ‘Roja’. ¿A favor? Que es una selección débil, con jugadores teóricamente inferiores, con un estilo de juego sin definir y sin experiencia en eliminatorias de grandes torneos. ¿En contra? Que es la anfitriona, que el ambiente será ensordecedor y las sospechas sobre una posible encerrona. Al fin y al cabo, no es la primera vez que un árbitro favorece a la organizadora del torneo. Y, aunque esta vez es más difícil, nadie lo descarta.



Futbolísticamente, a España le beneficia toparse con Rusia por su estilo de juego. La anfitriona, hasta ahora, no ha especulado: juega más al ataque. En cambio, Uruguay es una selección más complicada desde ese punto de vista. Y, además, el camino hacia la final es más sencillo. Si la ‘Roja’ logra acabar con Rusia, después se las vería –siempre teóricamente– contra Croacia. O lo que es lo mismo: podría llegar a semifinales sin enfrentarse a algunas de las favoritas (Alemania, Brasil y Argentina).

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