Busquets toca el balón en un entrenamiento.

Busquets toca el balón en un entrenamiento.

Eurocopa

¿Doble pivote o mantener el estilo?

Del Bosque sólo tenía una duda para este lunes: perseverar en el estilo (4-3-3) o recurrir al doble pivote para protegerse de una Italia predispuesta al contraataque. Los entrenamientos y su promesa de “llevar la iniciativa” apuntan a lo primero.

27 junio, 2016 03:15
Enviado especial (París)

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Vicente del Bosque quiere ser fiel al estilo que ha dado triunfos y prestigio a España, pero el “despiste” final contra Croacia hizo daño en la concentración española. Las principales hipótesis eran el “exceso de confianza” y el cansancio. El seleccionador rechaza tajantemente la primera (no tanto los futbolistas).

Respecto a la segunda, los datos contradicen la sensación generalizada de que el tono físico descendió respecto a los dos partidos anteriores: aunque la participación de los suplentes ha sido testimonial, España alcanzó prácticamente ante Croacia su media habitual de kilómetros recorridos (106,8 es el promedio; en Burdeos completó 104,3) y superó por un punto su altísima media de acierto en el pase (94%) y su porcentaje de posesión (61%). El contragolpe de Kalinic y Perisic hundió momentáneamente al equipo, pero Vicente del Bosque afirma que ha repasado el vídeo del partido y los futbolistas se habían replegado bien. No fue cuestión de calor ni de agotamiento, en su opinión.



El mensaje de los jugadores en los últimos días de resume en: “Somos España, quizá son los italianos quienes deben preocuparse”. Sólo había dos dudas en la isla de Ré sobre la alineación. O en realidad una: ¿recurrirá Del Bosque a un segundo mediocentro para auxiliar a Busquets en el blindaje del equipo, aunque España pierda profundidad? (La segunda, mucho menos probable: ¿apostará por la verticalidad de Lucas para abrir una defensa de cinco hombres que se le ha atragantado a España en más de una ocasión?) El recuerdo de los desastres contra Holanda y Chile en Brasil 2014 abre incógnitas que no surgirían si el rival no fuese Italia.


¿Regreso a los orígenes?



Del Bosque ya ha demostrado que toca piezas en segunda fases (Pedro en la semifinal de 2010 contra Alemania, por ejemplo) y el ingreso de Bruno o Koke por un atacante (Nolito) significaría sencillamente un regreso a los orígenes: la apuesta obstinada por mantener a Busquets junto a Xabi Alonso en Sudáfrica tras el accidente contra Suiza en el primer partido del Mundial 2010. España asombraba al mundo con su toque y su movilidad incesantes, pero Del Bosque conquistó dos campeonatos a hombros de la seguridad defensiva: ganó los cuatro últimos partidos de ese Mundial por 1-0. Tampoco recibió un solo gol en la segunda fase de la Eurocopa 2012. La ‘Roja’ maravillaba por Xavi y por Iniesta, pero el primer mandamiento era no encajar.


Tras la retirada de Xavi y Xabi, el seleccionador identificó a Koke como el sustituto del primero. Busquets-Koke fue el centro del campo escogido tras el Mundial de Brasil. No terminó de cuajar, perjudicado además por errores en la portería y en la delantera que no les eran achacables. Desde marzo de 2015, cuando la ‘Roja’ ganó 1-0 a Ucrania en Sevilla, Del Bosque no ha vuelto a juntar a ambos en una alineación titular; ha preferido dejar solo a Busquets y apuntalar el 4-3-3.

La aparición tardía de Bruno refleja la carencia de un jugador con dominio del balón, capacidad defensiva y rigor táctico, una combinación virtuosa que nadie encarnaba como el hoy centrocampista del Bayern de Múnich. España probó el doble pivote (Sergi Roberto y Koke Resurrección) en su partido amistoso ante Rumanía en marzo. No salió bien y no ha vuelto a plantear ningún encuentro así desde el inicio, afianzando un estilo más ofensivo.


Koke o Bruno, más que Thiago


No queda claro por tanto, pese al aprecio del técnico por Koke, si sería Bruno (más utilizado por ahora en el torneo) el hipotético acompañante de Busquets en un 4-4-2. La alternativa del doble pivote es “algo que hemos valorado”, como confesaba el seleccionador antes del debut contra la República Checa. No ha sucedido hasta ahora, pero no sería una alucinación. Ya avisó Del Bosque que “tenemos presente esta opción para una situación de emergencia, de control de partido”. Lo hizo ante Croacia y estuvo a punto de salir bien. Como dijo en una entrevista con este periódico, “muchas veces el doble pivote no te da más seguridad”.



Busquets expresó en una rueda de prensa al inicio del campeonato que “con Bruno puede haber un doble pivote y defensivamente estaremos más juntos y replegados, pero en ataque con dos interiores funcionamos mejor. Depende del partido y de la elección del míster”. Del Bosque defiende que la inclusión de Bruno tenía el objetivo primordial de asegurar la posesión del balón y el control del partido. Tanto el cerebro del Villarreal como Koke ayudarían a Busquets (de menor despliegue contra Croacia que en duelos anteriores) a soportar la presión del rival en el centro del campo. Ambos parecen más útiles en este partido que Thiago, de recursos técnicos prodigiosos pero menor inteligencia táctica.



¿La sorpresa de Lucas?



Ante una Italia con una defensa tan poblada y notables carencias en la construcción ofensiva, Del Bosque se inclinará verosímilmente por profundizar en el estilo que vuelve a distinguir a España. El cuerpo técnico se plantea jugar más abierto a las bandas. Se ha especulado incluso con la posibilidad de escorar a Morata hacia la banda izquierda (rol que ya ha desempeñado con éxito en el Madrid y la Juventus) y colocar a Adúriz en punta, de forma que el madridista desplazaría a los centrales de su lugar de confort. Pero es altísimamente improbable. Si fuese a reemplazar a Nolito, la electricidad y el desborde de Lucas Vázquez por banda es una opción particularmente sugerente, entre otros motivos por su espectacular rendimiento defensivo (particularmente atrayente ante una selección con laterales tan proyectados).



Ventaja psicológica española


Lucas Vázquez, con más intensidad aún que Nolito, representa el uno contra uno y la ampliación lateral del campo de batalla: una promesa de huecos en una zaga de eficacia robótica y una causa de preocupación para la selección que más tarjetas acumula en la Eurocopa, con diez hombres apercibidos de sanción: entre ellos, los tres centrales. Italia será probablemente menos drástica en las jugadas de uno contra uno, por lo que pudiese pasar en unos eventuales cuartos contra Alemania. La condición de debutante del extremo gallego juega en su contra, pero menos que el comportamiento de Pedro. También la resistencia del técnico a ‘señalar’ a algún jugador tras el traspiés en Burdeos.



La elección más presumible es la repetición del once de gala, que probó en el último entrenamiento a puerta cerrada (del que siempre se filtran detalles). El único mensaje inmutable del técnico es “llevar la iniciativa” y “ser nosotros”, aunque la competencia italiana para las segundas jugadas y el desgaste del mediocampo le hayan hecho reflexionar: “Problemas de acoplamiento”, lo definió en la última rueda de prensa. Italia fue superior a España en el amistoso de marzo en Udine, pero Del Bosque no había dado aún con el equipo definitivo.

Está satisfecho de tener un once previsible y no cree que sea positivo adaptarse al estilo del rival. La ‘Roja’ no va a cambiar de estilo de juego ni su ambición de mandar en los partidos. Podría apuntalar el mediocampo con un doble pivote, como en 2010, pero en la noche previa al encuentro la sala de prensa daba por sentado que repetirá su once de gala para recordar al mundo que sigue siendo España. Con algunos cambios, para que todo siga igual.