Lukaku celebra su gol y señala a Wiltmots.

Lukaku celebra su gol y señala a Wiltmots. Regis Duvignau Reuters

Eurocopa

Bélgica despierta con una goleada

La selección de Marc Wilmots consigue su primera victoria en su segundo partido ante la República de Irlanda (3-0). Doblete de Lukaku y gol de Witsel. 

18 junio, 2016 17:17

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Hizo los deberes Bélgica. Ganó y sumó tres puntos. Y, además, lo hizo con una goleada. Marcó tres -segunda selección en hacerlo tras España- y se reivindicó como una de las candidatas al título. No obstante, su victoria debería beber de la prudencia. Porque, a pesar de todo, no brilló en demasía contra la República de Irlanda (3-0). Mantuvo la posesión de la pelota, eso sí, pero no creó peligro hasta la segunda parte y sólo cuando el partido le permitió salir a la contra. Ahí se sintió cómoda y se hizo grande para alzarse con el triunfo con un gran Lukaku, autor de un doblete. Pero incurriría en un error la selección de Marc Wiltmots si cree que ésta será la tónica habitual del torneo. [Así seguimos el partido en vivo]


Si algo está claro a estas alturas es que a Bélgica le cuesta jugar en estático. Con la República de Irlanda metida en su campo -lo mismo que hizo Italia en el primer partido-, los ‘Red Devils’ se emborracharon con la pelota en los pies. Tocaron, tocaron y tocaron, pero sin crear demasiado peligro. La muestra: en toda la primera parte apenas si colaron dos tiros entre los tres palos. Lo intentó De Bruyne, generoso en el esfuerzo, pero lejos de su mejor nivel, el que ofreció en el Wolfsburgo hace dos años; y también buscó el gol Lukaku con sus armas de siempre: entrega y disparo largo. Pero ahí quedaron sus primeras intenciones, estériles ante un rival débil, pero que sabe muy bien cómo jugar con once jugadores dentro de su propio campo.


Pero eso cambió en la segunda mitad. Con la República de Irlanda lanzándose tímidamente al ataque, Bélgica se desperezó, despertó de la siesta y encontró la llave para abrir el marcador. Y lo hizo a la contra, como más le gusta y como más cómoda se siente. Primero, con Lukaku marcando el primer gol de los ‘Red devils’ en los últimos 16 años en una Eurocopa, con un disparo muy pegado al palo. El principio de una goleada a la que se apuntó Witsel con un remate de cabeza -y con la colaboración de la defensa de Eire- y que cerró de nuevo Lukaku. ¿Cómo? A la contra. Hazard dirigió la pelota desde el centro del campo, fijó a la defensa, esperó el momento para dar el pase y se la cedió al delantero para que hiciera su doblete.


Un resultado abultado -y puede que quizás excesivo-, pero que le sirve a Bélgica para redirigir su camino en esta Eurocopa. Después del golpetazo inicial contra Italia (2-0), la victoria le sirve a los hombres de Wilmots para seguir creciendo tras el varapalo inicial. Y además esos tres puntos -tal y como está el torneo- le permiten a los ‘Red Devils’ depender de sí mismos para clasificarse de cara a octavos. Una buena noticia, pero no la confirmación de una resurrección. Lo de Bélgica es sólo un despertar tímido, un desperezo por la mañana y un subidón tras la primera cerveza en una noche a la que todavía le quedan demasiadas horas por delante. Es decir, De Bruyne, Hazard y cía deben estar contentos, pero no radiantes. Porque les queda mucho -demasiado incluso- para terminar de ser esa selección de las que muchos hablan y que, sin embargo, sigue sin explotar del todo. La respuesta a su progresión se vislumbrará en los próximos partidos.