Rubén Rivera, a su llegada a la Audiencia Nacional en Madrid, el día que debió declarar por el 'caso Rubiales'.

Rubén Rivera, a su llegada a la Audiencia Nacional en Madrid, el día que debió declarar por el 'caso Rubiales'. Efe

Fútbol CASO RUBIALES

El jefe de Márketing de la RFEF tacha de "aberrante" la tesis del juez contra él y niega la coacción a Jenni

En un duro recurso de apelación, afea al instructor que su relato es insuficiente para atribuirle el delito, ya que no intimidó a la futbolista.

19 marzo, 2024 14:58
Javier Corbacho Jorge Calabrés

Rubén Rivera, director de Márketing de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha tachado de "aberrante" la tesis del juez del caso Rubiales con la que el magistrado ha propuesto juzgarle por, supuestamente, coaccionar a la futbolista Jenni Hermoso.

Así consta en el recurso de apelación presentado por su defensa, en el que su abogado pide a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que impida que Rivera se siente en el banquillo de los acusados.

En el llamado caso Rubiales, el juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha investigado el beso en la boca que el entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, dio a la futbolista Jenni Hermoso durante la entrega de medallas tras la final del Mundial de fútbol femenino. Los hechos ocurrieron el pasado 20 de agosto en Sídney (Australia).

[El jefe de Márketing de la RFEF pide al juez que le saque del 'caso Rubiales' al mostrar 'wasaps' con Jenni]

En sintonía con la Fiscalía, el magistrado ha propuesto juzgar a Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones. A Rivera, sólo por este último. En su escrito, una y otra vez, la defensa del jefe de Márketing de la RFEF niega haber coaccionado a la jugadora en los días posteriores al suceso. Ni en el avión de regreso a España ni durante el viaje a Ibiza, pagado por la RFEF, que las integrantes de la Selección femenina disfrutaron tras la victoria.

Rivera estuvo junto a las jugadoras en la isla balear. El juez De Jorge le atribuye el haber "pedido a Hermoso, de manera reiterada y persistente, que hablase por teléfono con el responsable de Integridad de la Federación, Miguel García Caba, por encargo de Luis Rubiales".

El beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso.

El beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso.

La defensa del jefe de markéting de la RFEF replica que "ni obligó, forzó, ni le dijo [a la deportista] que si no respondía la llamada tendría problemas, ni tampoco se indica que doña Jennifer no quisiera responder a esa llamada y don Rubén Rivera le compeliera a ello en contra de su voluntad". De esta forma, trata de desmontar el supuesto delito de coacciones que sí le atribuye el juez.

"Esta alegación supuestamente tendente a recoger indicios de delito contra don Rubén roza lo absurdo", añade el letrado, que explica que, en aquel momento del viaje, Hermoso tenía su teléfono móvil sin batería y Miguel García Caba sólo podía contactar con ella a través de Ribera.

De hecho, tal y como recuerda la defensa de este último, que era el encargado de la organización del viaje, la propia deportista se negó a contestar la llamada del jefe de Integridad.

Blanco señala, además, que los únicos hechos que el juez atribuye a su cliente son el de acercarle el teléfono a Hermoso y comunicarle que Caba quería localizarla y hacer lo mismo con una llamada de Albert Luque, entonces responsable de la Selección de fútbol.

Jenni Hermoso, en Ibiza tras ganar el Mundial femenino.

Jenni Hermoso, en Ibiza tras ganar el Mundial femenino. GTRES

"Ninguna conducta más atribuye el auto a don Rubén Rivera que pasarle el teléfono a doña Jennifer e insistirle para que atendiera a don Albert Luque", señala el abogado, que tacha de "creación fáctica" la teoría de que Rivera conminó a la deportista a grabar un vídeo que exculpara a Rubiales. En todo caso, insiste el letrado, no medió ninguna coacción, intimidación, amenaza o violencia.

"Sería igualmente insuficiente [para que Rivera vaya a juicio], al faltar la advertencia de mal inminente y la compulsión intimidatoria causalmente relevante para que doña Jennifer se viera obligada a realizar lo que no quiere; todavía desconocemos a qué se la obligó, cuando ella misma insiste en sede judicial en que no se le obligó a nada", reza el recurso de apelación.

"Cordura"

Por todo ello, la defensa de Rubén Rivera solicita a la Sala de lo Penal, el tribunal encargado de revisar las decisiones del juez instructor, que aporte "la correspondiente cordura" y excluya a su cliente de la lista de encausados, en la que también figuran Luis Rubiales, Jorge Vilda (exseleccionador femenino) y Albert Luque.

De hecho, el auto del magistrado que propone juzgarles señala que los tres habrían participado en una "acción coordinada" a favor del autor del beso "para doblegar la voluntad de Jennifer Hermoso y conseguir que accediera a grabar un vídeo en el que dijese que había sido consentido".

El instructor enmarca en ese plan la petición del jefe de Márketing de la RFEF hacia la futbolista durante las vacaciones en Ibiza. "A pesar de la clara negativa de Jennifer Hermoso, con expresión de su hartazgo, Rubén Rivera, le insistió de manera reiterada para que hablase con Albert Luque, también con la intención de insistirle para que participara en el vídeo", recoge el auto del juez.

Es por ello que Francisco de Jorge propuso juzgarles por un supuesto delito de coacciones. La defensa de Rivera niega que su conducta pueda considerarse como tal. "No culmina las exigencias intimidatorias que reclama el tipo de coacciones", replica su abogado.

Jenni Hermoso y Rubiales, durante la entrega de medallas del Mundial femenino.

Jenni Hermoso y Rubiales, durante la entrega de medallas del Mundial femenino. Cordon Press

"Como es sabido, don Albert [Luque] es también un cargo de la Federación [director de la Selección española de fútbol]; contacta con don Rubén porque está en Ibiza y quiere pasar a felicitar a la Selección femenina por el logro conseguido. La única persona con la que don Albert puede contactar es don Rubén, también alto cargo de la Federación. Y así lo hace. Don Rubén, cumpliendo sus funciones organizativas y de coordinación, le dice a doña Jennifer en contadas ocasiones que don Albert está tratando de contactarla", resume el recurso de apelación, al que ha tenido acceso en primicia EL ESPAÑOL.

"No existe en el auto ninguna referencia a una advertencia de un mal inminente por parte de don Rubén a doña Jennifer, ni un indicio de ello. No se puede transformar el procedimiento contra don Rubén cuando no hay hechos punibles determinados", subraya el escrito.

El recurso, además, asegura que el jefe de Márketing de la RFEF desconocía que otros directivos de la Federación planearan plantear a Hermoso la grabación de un vídeo exculpatorio.

"Rogamos a la Sala que revise las declaraciones de doña Jennifer (...), pues
no (...) se puede inferir: uno, que la intención de don Albert Luque era insistirle para que participara en un vídeo y, dos, tampoco se puede afirmar que don Rubén conociera dicha supuesta intención", resume su letrado.

"Juicio paralelo"

En el auto en el que De Jorge propone juzgar a Luque, Rivera, Rubiales y Vilda, el juez recoge que Hermoso estuvo "desconcertada y sorprendida" una vez recibió el beso en los labios. "No tuvo tiempo de reaccionar", añade.

"La jugadora trató de restarle importancia en un primer momento y continuar celebrando el histórico triunfo de la Selección. No obstante, conforme iban pasando las horas, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción antes relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones de Luis Rubiales y de su círculo próximo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido", resumió el magistrado.

Por contra, el escrito de la defensa de Rivera se desvincula de estas supuestas coacciones. Y pide a la Sala de lo Penal que, "apartándose del juicio paralelo mediático y social que está sufriendo este procedimiento", deje fuera del caso a su cliente.

Reprocha, con dureza, al juez que los indicios que recoge en su auto constituyan "un juicio de suficiencia (...) aberrante e irracional" en lo referido a Rivera. Y recalca que su relato "es insostenible" para apuntar a un caso de coacciones "al faltar elementos básicos", como la violencia o la intimidación, que supone este delito.