David Beckham es una de las grandes leyendas del fútbol europeo. Durante su carrera pasó por clubes como el Manchester United, el Real Madrid o el PSG y ahora sigue ligado al deporte rey como dueño del Inter Miami. Pero ahora no ha sido noticia por nada de esto, sino por algo que le ha ocurrido con sus hijos cuando se encontraban disfrutando de sus vacaciones.

Tal y como se ha sabido, el exfutbolista se encontraba junto al resto de su familia a bordo de un barco en la costa italiana de Amalfitana cuando hasta su embarcación llegó la policía. Varios agentes sorprendieron así a los Beckham para llamarle la atención sobre el comportamiento de dos de sus hijos, los dos pequeños: Cruz y Harper.

Tanto Cruz como Harper Beckham habían estado montando motos de agua en la zona, algo totalmente prohibido para gente de su edad (Cruz tiene 16 años y la pequeña Harper tan solo 10). The Sun ha podido hablar con un testigo de todo lo que sucedió en la turística zona de Italia.

"Los niños son bastante pequeños. Deben tener 18 años para montar en motos de agua en Italia. Cruz y Harper comenzaron a hacer jet-ski y a los cinco minutos, llegó la lancha de la policía", ha asegurado el testigo al citado tabloide británico. Además, ha afirmado que David Beckham estaba tomando el sol cuando los agentes de policía se personaron en su barco.

En cuanto vio a los agentes, el exjugador acudió a su encuentro y no dudó a la hora de atenderles y poner todo de su parte para solucionar este inesperado problema. Finalmente, todo quedó en una llamada de atención. Desde Inglaterra se ha destacado que tanto Cruz como Harper iban equipados con el pertinente chaleco salvavidas y que no se alejaron de la embarcación familiar, pero las leyes italianas son las que son.

Final inesperado

David llamó de inmediato a sus dos hijos pequeños para que regresasen al barco y dejasen así las motos de agua que para gente de su edad no están permitidas. The Sun ha revelado, además, que la conversación entre Beckham y los agentes de policía se alargaron durante más de 45 minutos. Durante el interrogatorio, el exmadridista tuvo que enseñar varios documentos. ¿Cómo acabó todo? Con un selfie que los policías pidieron a la leyenda inglesa.

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