En el verano de 2015, Jackson Martínez fichaba por el Atlético de Madrid. El punta estaba destinado a ser el nuevo gran ariete del club colchonero, tras Forlán, Agüero o Falcao. Sin embargo, las cosas no salieron como Gil Marín y Cerezo las plantearon, y a los cinco meses, el cafetero ya hizo las maletas para irse a China.

En el mismo año, en un partido con la Selección colombiana, el futbolista se hizo daño en el tobillo, y esos problemas se han ido reproduciendo hasta el día de hoy. Jackson ha concedido una entrevista al diario Record, en la que entre otras cosas, ha hablado de los problemas físicos que le han provocado una serie de limitaciones a la hora de prepararse para sus partidos.

Lo que en un principio fueron simples molestias en el tobillo, se ha transformado en un drama. Martínez lo reconoció: "¡Es una lucha diaria! Cada entrenamiento, cada instante en que me meto en la cama para dormir... Casi todas las noches, alrededor de las 3 o 4 de la mañana como si fuera un reloj, mi sueño es interrumpido debido a alguna molestia en el pie".

Jackson, en su etapa en el Atlético de Madrid. REUTERS

"No puedo entrenar dos o tres días seguidos"

Sin embargo, el jugador admitió que ese dolor tan intenso acaba cesando. Lo que no para son sus ganas de jugar y aportar a su equipo, el Portimonense- uno de los clubes más humildes de la Liga portuguesa-:"Después de unos minutos se pasa y vuelvo a dormir. Para entrenarme tampoco es fácil, no puedo hacerlo dos o tres días seguidos. Quería trabajar normalmente todos los días pero los médicos y el fisioterapeuta me aclararon que eso era imposible. Sigo un programa específico".

Después de un gran desembolso en el colombiano, el Guanghzou Evergrande se ha visto obligado a ceder al cafetero. Por suerte para él, está de vuelta en una competición que conoce, aunque ya no sea para luchar por levantar el trofeo liguero.

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