El Manchester United ha sumado 13 puntos de los últimos 33 posibles en Premier. En ese periodo han dicho adiós a la Champions y la distancia con el líder ha pasado de uno a diez puntos. La contratación de Guardiola por el máximo rival ha avivado el fuego en torno a Louis Van Gaal, que ya escucha el nombre de José Mourinho en cada murmullo de su afición.

Los diablos rojos corren el riesgo de asentarse definitivamente como equipo secundario de su ciudad, algo que se intuía desde la salida de Alex Ferguson. Los últimos meses de Van Gaal han estado acompañados de la palabra ‘aburrido’. Esa es la calificación que recibe el juego de su equipo.

“He disfrutado en muchos partidos, pero también me he aburrido o enfadado en otros porque no desorganizamos la defensa rival”, llegó a reconocer el técnico. La idea que ha implantado el holandés busca que pasen pocas cosas, partidos con un ritmo lento que aseguren el cero en la portería propia antes que el gol en la ajena.

Un planteamiento que choca culturalmente con el aficionado inglés y le confronta con el entrenador en demasiadas ocasiones, dificultando el devenir del proyecto. Leyendas como Paul Scholes lo definieron como “fútbol negativo”. La evolución respecto al año pasado ha sido tomar más precauciones, más hombres por detrás del balón y menos libertad arriba. Ser un equipo menos Premier y competir mejor en Europa.

El fracaso ha sido evidente y ha dificultado la adaptación de apuestas importantes como Memphis Depay y Anthony Martial, aunque el francés es demasiado bueno como para pasar desapercibido. Este esquema encorsetado acaba optando por el pase fácil y el movimiento de balón más horizontal que vertical, a la espera de que Juan Mata o Ander Herrera, cuando están, hagan algo.

Los datos reflejan esta percepción. El United toca y toca, pero no finaliza. Sólo Martial desde la banda izquierda crea peligro (el Manchester United es el equipo Premier que más importancia da a su costado izquierdo en ataque con un 40% de las acciones ofensivas).

Hay jugadores y hay talento, pero no hay libertad de movimientos. El equipo necesita demasiado de Rooney y Martial para marcar, y cuando no les encuentra no tiene otra solución. Pasan y pasan, pero pocos arriesgan. Eso explica que sean el equipo que más toques necesiten para finalizar jugada y el que más posesión promedia (56%) por partido.

El United es décimo en pases por tiro en la Premier.

Si algo le falta a este United en ataque es un regateador que genere ventajas por sí solo, una estrella mundial. ¿Neymar? Quién sabe si el interés es real, pero es el perfil ideal.

Los red devils son el 14º equipo de la Premier en regates acertados por partido (9) y esa poca libertad, sumada a la ausencia de estrellas que driblen, acaba en la vieja solución british: Fellaini y balón colgado. El Manchester United promedia 71 long balls, el 4º de la liga en esa estadística.

Sin duda, es un Manchester United que sufre más cuando le toca dominar que cuando cede la iniciativa: su balance cuando se ha enfrentado a un equipo que estuviera entre los 6 últimos clasificados es de 2 victorias, 3 empates y 2 derrotas.

Dudas en defensa y seguridad en la portería

La dirección deportiva bajo Van Gaal no se ha privado de nada. Se han invertido más de 200 millones y la plantilla sigue con lagunas evidentes. La principal es la falta de calidad defensiva: han llegado Shaw, Blind, Rojo, Darmian; han debutado McNair, Blackett, Borthwick-Jackson y Varela. Pese a las novedades, el único que ha funcionado y progresado en esa parcela ha sido Smalling, una apuesta de Sir Alex Ferguson.

Esa falta de calidad atrás es el mayor condicionante para la rigidez del equipo. Se busca tener muchos hombres detrás del balón para evitar que se vean las costuras de la defensa del United. Un planteamiento ‘boring’, pero respaldado por las cifras: en doce jornadas como local únicamente ha encajado 5 goles, el mejor registro en la Premier.

Se han acumulado rachas positivas como los 3 goles encajados -2 de ellos de penalti- en los once partidos anteriores a la eliminación en Champions. Aunque sin duda el gran protagonista de estos datos es David De Gea, el jugador que más puntos ha dado al United en la era Van Gaal. Su continuidad fue el mejor fichaje posible.

Daley Blind intenta robarle la pelota a Charlie Austin. Andrew Yates Reuters

El gol, asignatura pendiente

Cuando todos pensábamos que la reconversión de Rooney a centrocampista era un hecho, Louis Van Gaal le ha reconducido a delantero centro. El capitán es un jugador de primer nivel, pero no es un 9. Su buen arranque de 2016 deja una cifra preocupante: esta temporada ha anotado tantos goles (7) en 23 partidos de 2015 como en siete encuentros en 2016.

Pocas soluciones quedan en plantilla si Martial está anclado en banda y Rooney no está en racha. Todo se limita a Fellaini de delantero, mientras el descartado Chicharito demuestra en el Bayer Leverkusen que habría sido muy útil.

Esta falta de recursos se traduce en un pobre bagaje de 1,44 goles por partido en lo que llevamos de curso 2015/16, a la espera de que jugadores como Depay o Schweinsteiger den un paso al frente como sí ha hecho Lingard.

Hay muchas sombras y alguna luz en un proyecto que ha devuelto al Manchester United al fútbol europeo, pero no ha encontrado la estabilidad. Pese a los numerosos infortunios en forma de lesiones –que los ha tenido y de qué manera- se espera más fondo de armario de una planificación tan costosa.

Muchas asignaturas pendientes mientras que el desembarco de Guardiola en el Manchester City, rival vecinal, mete más presión a un United que a día de hoy es el actor secundario de su ciudad.

Martial y Rooney calientan antes de un encuentro del Manchester United. Jason Cairnduff Reuters

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