El mundo del fútbol daba por hecho que Pep Guardiola y el Manchester City empezarían a trabajar el próximo verano, pero pocos esperaban que el anuncio se produjera entre fichajes de última hora y ruedas de prensa aparentemente rutinarias. Era la única manera de añadir emoción a un secreto a voces. ¿Será capaz de trasladar su aplastante dominio en el fútbol alemán a la liga más igualada, donde todos son capaces de firmar a estrellas sin importar su coste?

La remodelación de la plantilla

Cuando Guardiola llegó a Múnich no realizó una transformación radical, pero sí dio pinceladas de lo que vendría. Quitó músculo y rigidez -Luiz Gustavo y Mario Gómez- para hacer al Bayern algo más móvil y libre -Thiago y Götze-. El Manchester City que recibe no es un equipo tan consolidado como el Bayern que heredó y su plantilla hace pensar que la reestructuración será mayor.

La portería. El primer choque se produce en la meta, Joe Hart no podría ser más británico. Reflejos, estiradas, soberbio en el mano a mano, pero con errores de bulto y limitado juego de pies. Aunque en ningún caso parece el mayor de los problemas, sí es una situación nueva tras haber confiado su portería a Víctor Valdés o Manuel Neuer.

Joe Hart. Jason Cairnduff Reuters

La defensa. Deja interrogantes pero hay potencial suficiente. El City de Pellegrini no ha encontrado un socio fiable para su capitán, Vincent Kompany, ni siquiera el belga lo ha sido en los últimos años, pero es el buque insignia de la defensa. Dando por hecho que Demichelis no renovará -está lejos de merecerlo- hay dos nombres propios: Otamendi y Mangala.

El ex del Valencia ha tenido un aterrizaje brusco en el Etihad, ni jerarquía, ni acierto, pero con condiciones y experiencia para confiar en él. Por su parte Mangala es un caso más complejo. El francés ha estado cerca de dejar el City, pero puede ser uno de los grandes beneficiados con la llegada de Pep. Fuerza, velocidad, potencia y anticipación pero sin confianza en sí mismo. Por lo visto en sus años anteriores puede ser fundamental para Guardiola si es capaz de levantarle. Dependerá de Pep si confía en las segundas oportunidades para ellos.

Por si necesita más jugadores, el belga Denayer vuelve de cesión. Este joven de 19 años es versátil -central o lateral-, rápido y valiente, sin duda un nombre a seguir si supera sus constantes problemas físicos.

En los laterales el panorama cambia. Tanto Sagna como Kolarov están a buen nivel, pero ninguno es un prodigio en cuanto a visión de juego apoyando al medio. Si sumamos eso al mal momento de las segundas opciones, Zabaleta y Clichy, seguramente sea una de las zonas que más cambios pueden experimentar en los próximos años.

El centro del campo. La medular tiene el gran problema, lo lleva teniendo desde hace años y lo extraño es que no se haya solucionado ya. No hay un organizador, no hay nadie que dé sentido a los primeros pases en el medio, el paralelismo con el actual Bayern es que Xabi Alonso (o Thiago o Kimmich) no tiene un homólogo en el Etihad y la plantilla no tiene un comodín como Lahm o Alaba para ejercer de mediocentro.

Por jerarquía ese papel lo realiza Yaya Touré, indiscutible por nomenclatura más que por méritos; sus cifras acaban maquillando la debilidad que supone su espalda cuando juega en el doble pivote.

Para paliar ese problema se firmó a Fernandinho y después a Fernando. El primero de ellos se ha quedado en tierra de nadie, entre el talento ofensivo que mostró en el Shakhtar y el escudero forzosamente defensivo de Touré, está en una indefinición pero sin duda es un talento a tener en cuenta con otras funciones a las actuales. En un segundo plano espera Fernando, entrega defensiva y músculo que no mejora con balón a ninguno de sus competidores.

La delantera. En campo rival la plantilla del Manchester City es talento puro y bien repartido, no hay necesidad de variar en exceso. Habrá salidas y fichajes pero David Silva, Kevin De Bruyne, Raheem Sterling y Kun Agüero son complementarios y diferenciales. Incluso secundarios como Fabian Delph, Jesús Navas o Samir Nasri pueden ser importantes si se quedan.

Agüero celebra un tanto ante el Everton. Jason Cairnduff Reuters

Existe un cambio significativo respecto al Bayern. En el último año los bávaros han apostado por más desborde pegado a banda con Douglas Costa y llegada con Arturo Vidal, lo que sumado a dos cazadores como Thomas Müller y Robert Lewandowski completa la ecuación. El City no presenta eso, De Bruyne, Silva y, en menor medida, Sterling buscan el medio y rehuyen de la línea de fondo. No hay un Douglas Costa o un Pedro, tampoco el Kun parece la mejor opción para ello, así que tocará un cambio de paradigma pero con Kevin De Bruyne de faro no es empezar de cero.

Arriba si Agüero está al 100% se necesita poco más, pero su historial de lesiones aconseja una alternativa. Bony es la segunda opción, con características distintas; fuerza, juego de espaldas y poderoso por arriba, aunque su futuro parece estar más fuera que dentro. El tercero en discordia es el canterano Kelechi Iheanacho, un delantero con movilidad, atrevimiento y mucho gol. Dependerá de si Pep apuesta por el Kun como único delantero o como segundo punta, aunque, en cualquier caso, la plantilla citizen no anda corta de gol.

¿El Manchester City tiene una ‘Masía’?

Precisamente Iheanacho es la sensación y la excepción de la cantera citizen. El salto entre inferiores y el primer equipo se complica en Inglaterra donde la cesiones cortoplacistas dominan la formación de los jóvenes y las ligas de filiales se quedan pequeñas a los mayores talentos. El fichaje de Guardiola cuenta con un significado especial para la cantera, el futuro entrenador debe ser el impulso para las inversiones en el sistema formativo del club que hasta ahora no han tenido recompensa.

La política ha sido más bien firmar los talentos precoces de fuera e intentar moldearlos. En los últimos meses han optado por sacar el talonario con Patrick Roberts y Enes Ünal, dos talentos de 18 años que han costado siete y tres millones respectivamente, y acaban de ser cedidos a Escocia y Países Bajos.

Kelechi Iheanacho, el ahora mejor canterano del City. Darren Staples Reuters

No es una práctica nueva para los de Manchester, sirvan como ejemplo Bruno Zuculini (PAOK), Jack Rodwell (Sunderland), Marcos Lopes (Lille) Adam Johnson (Sunderland), Scott Sinclair (Aston Villa) o incluso Matija Nastasic (Schalke 04), que fueron fichados cuando destacaron y acabaron devaluándose por la falta de minutos. Otros canteranos como John Guidetti (Celta), Karim Rekik (Marsella) o Devante Cole (Bradford) acabaron muy por debajo del nivel al que aspiraban al perderse entre cesiones.

Precisamente el delantero del Bradford declaró que el City “rechaza a los jóvenes ingleses”. Actualmente, el filial sub 21 del club cuenta con 13 extranjeros, el último en llegar el español Aleix García, firmado de la cantera del Villarreal, en el vestuario coincide con otros dos jugadores procedentes de nuestro fútbol (Angelino –que debutó con el primer equipo este pasado fin de semana- y Manu García).

Un modelo de cantera distinto a lo anteriormente experimentado por Pep Guardiola, con la expectativa de que más talentos como Kelechi Iheanacho cuenten con minutos en el primer equipo o que los cedidos muestren tan buen nivel como Seko Fofana (en el Bastia hasta final de temporada).

Caras conocidas en el despacho

El fichaje de Pep Guardiola al Manchester City no es casualidad, allí tiene un gran amigo y un apoyo decisivo en su carrera, Txiki Begiristain, director deportivo del City, mismo cargo que ocupó en la Ciudad Condal. Tito Vilanova reconoció que “gran parte del éxito del Barcelona fue gracias a Txiki” porque, entre otros aciertos, fue de los principales defensores de la elección de Pep como entrenador del primer equipo en 2008.

La decisión del City de apostar por Guardiola cuenta con Begiristain como gran responsable pero no podría entenderse sin el respaldo de Ferran Soriano. El que fuera vicepresidente económico del Barcelona antes de la llegada de Pep al primer equipo confía en el técnico como máximo baluarte de su proyecto global. Soriano es el CEO del City Group, el entramado empresarial dueño del Manchester City que cuenta con equipos afiliados en Estados Unidos (New York City), Australia (Melbourne City) y Japón (Yokohama Marinos); además de diversos acuerdos con otros 11 equipos de nueve países distintos. Una apuesta empresarial global que espera despegar definitivamente con el técnico catalán.

Los inquilinos del banquillo

Mucho ha cambiado desde la llegada de los actuales dueños al Manchester City en 2008. Mark Hughes fue el primer beneficiado de los millones y pese a los primeros fichajes sobrepagados como Robinho o Elano, no encontró el camino para cimentar el proyecto. Entonces llegó Roberto Mancini. El técnico italiano siempre en busca del 1-0 fue inculcando mentalidad ganadora al Manchester City, su equipo no jugaba bien pero fue adaptándose a convivir con la exigencia, transformando la mentalidad de la plantilla y la afición. Fue la etapa de mayor inversión que acabó confirmando el cambio de estatus y consiguió levantar la primera Premier League del City, pero no trasladó su éxito a la máxima competición europea y su estilo se alejaba cada vez más de los jugadores en plantilla.

Manuel Pellegrini. Tony O'Brien Reuters

Manuel Pellegrini fue la opción escogida para definir una identidad con la que cumplir los objetivos, el chileno llegaba tras maravillar con el Málaga y su idea encajaba mejor con los jugadores disponibles. La decisión pronto dio resultados, el City contaba los partidos por goleadas, a intercambio de golpes nadie le hacía sombra en Inglaterra –Capital One Cup y Premier en el primer año- aunque la historia en Europa, contra el Barcelona, no tuvo final feliz.

Pellegrini consiguió ser el primer entrenador no europeo que levantó una Premier pero aspiraba a más fuera de las Islas. Poco a poco el City de Pellegrini fue buscando equilibrio y perdiendo brillo, en ese intento por ganar en competitividad perdió la regularidad y los títulos. Ahora el City está encaminado a dar un paso más con Guardiola, una evolución progresiva y lógica que ha transformado a un equipo y ha ido subiendo la escalera paso a paso, con los millones de barandilla. Primero mentalidad, luego títulos y ahora deja el capítulo más duro a Guardiola, dominar con una identidad definida, algo que su Bayern no ha llegado a certificar en Champions.

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