Victoria imponente de Mathieu Van der Poel en la Strade Bianche tras demarrar en las rampas finales adoquinadas de la ciudad de Siena. El ciclista del equipo Alpecin-Fenix no tuvo rival y soltó a Alaphilippe con un ataque sensacional ante el que no pudo responder el campeón del mundo, que no pudo cumplir su sueño de cruzar la meta en primer lugar con el maillot arcoíris. 

Por detrás llegó un meritorio Egan Bernal que se había soldado a la rueda de los dos más fuertes de la prueba en el último tramo exigente. Quien no pudo estar en la disputa por el triunfo fue el otro gran favorito, Wout Van Aert, que llegó bajo mínimos tras un ataque imperial de Alaphilippe que le restó todas sus fuerzas. 

El ciclista neerlandés se ha llevado una carrera que, en su decimoquinta edición, ha vuelto a ser una de las más bonitas de la temporada, marcada por sus duros tramos de sterrato y algunas zonas con rampas que superaban hasta el 15%. Van der Poel, que llegaba con mucha chispa tras haber participado en Clásicas como el GP Le Samyn y tras haber ganado en el UAE Tour antes de tener que abandonar por el positivo de un miembro del staff de su equipo, suma una victoria de mucho prestigio a su palmarés.

 

La prueba estuvo marcada desde el principio por la enorme pelea que dieron los favoritos a la victoria, que no se escondieron en ningún momento. El Jumbo-Visma puso ritmo en los compases iniciales en favor de Van Aert, pero pronto fueron los gallos del pelotón los que decidieron el destino de una carrera llamada a entrar en el futuro al selecto club de los Monumentos

A falta de 52 kilómetros para línea de meta se produjo el punto clave. El polémico ciclista del Trek Quinn Simmons se movía dentro del grupo de favoritos y junto a él salía Wout Van Aert, poniendo en jaque al resto de líderes. Con ellos se creó un selecto grupo que incluía a nombres como Van der Poel, Pidcock, Alaphilippe, Bernal o Pogacar. Rapidamente empezaron a abrir diferencias superiores a los 20 segundos respecto a otro pequeño pelotón en el que venían ciclistas de la talla de Fulgsang, Pello Bilbao o Tim Wellens

La persecución entre ambos grupos se mantuvo durante decenas de kilómetros, alternando zonas de asfalto con carreras de arenas blancas que dan nombre a esta carrera. A pesar de que el grupo trasero llegó a estar a tan solo 7 segundo de la cabeza de carrera y de tener en todo momento contacto visual con ellos, nunca llegaron a darles caza, despidiéndose del triunfo. 

El momento clave

Alaphilippe tensó la cuerda en una de las cotas más duras a falta de 23 kilómetros y mostró la debilidad de Van Aert y Pidcock. En un primer momento se quedaron, pero unos kilómetros después consiguieron volver a reintegrarse, aunque el gasto de fuerzas y energías les terminaría pasando factura. Por detrás, un Quinn Simmons que se había soltado del primer pelotón por un pinchazo, probó también la desdicha con una caída. 

A falta de 12 kilómetros, Mathieu Van der Poel vio el momento clave para ejecutar su ataque mortal que dejó clavados a muchos corredores. Se llevó a Alaphilippe con él en lo que parecía que iba a ser una lucha de dos. Sin embargo, con una gran dosis de calidad y pundonor, Bernal conseguía encadenarse a ellos y recorrer los últimos kilómetros en un terceto de cabeza espectacular. Un campeón del Tour de Francia, el actual campeón del mundo y el ciclista del momento en ruta y ciclocross. 

Tras intentarlo una primera vez, pero sin éxito, Van der Poel se guardó su última bala para las terroríficas rampas de la llegada a Siena, esas en las que en ediciones pasadas se ha podido ver a ciclistas envueltos en barro agonizando. Allí maduró su ataque y destrozó a Alaphilippe con un demarraje increíble para encarar en solitario las últimas curvas y alzar los brazos victoriosos. Los tres colosos actuales de las Clásicas, Van Aert, Alaphilippe y Van der Poel, ya han engrandecido el palmarés de esta carrera espectacular. Un meritorio Bernal fue tercero. 

[Más información: El Giro de Italia vuelve a su primavera con Evenepoel y un recorrido para escaladores]

Noticias relacionadas