He sentido profundamente la muerte de 'Chicho' Sibilio, una persona de carácter sencillo y bondadoso. La fortuna unió nuestros destinos desde muy jóvenes cuando el Barcelona lo fichó para ser la pieza angular de un futuro equipo ganador. Luego coincidiríamos muchas veces en la cancha, la mayoría en clásicos cargados de electricidad. Siempre se comportó como un rival exquisito con sabias palabras de consuelo en mi derrota. También fue un compañero alegre y competitivo en el equipo nacional, en el que animó las largas concentraciones con su inseparable 'Juanito' de la Cruz.

Cuando se compite con respeto, destreza y pasión no siempre se consigue la victoria, pero suele ganarse la admiración del contrario. En no pocas ocasiones, las rivalidades encarnizadas producen amistades perennes, por mucho que haya fanáticos que no lo quieran entender (o eso me parece entender leyendo las redes sociales). Además, en el baloncesto al menos, las selecciones nacionales convierten a los oponentes en camaradas que respiran desdichas, alegrías y esfuerzos durante meses. A poco que se compartan principios, lo habitual es que los enemigos terminen haciéndose amigos.

Así fue Chicho, un compañero de buen corazón y fondo cristalino, dicharachero y noble; amigo que pronto dejó de ser enemigo. Un jugador brillante y una persona sosegada, amante de su Santo Domingo natal a la que volvió para reencontrarse con sus raíces. Aquí nos dejó el recuerdo de su clase y de su bonhomía y así lo recordaremos siempre. Mi abrazo eterno.

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José Luis Llorente es un exjugador de baloncesto español que jugó en el Real Madrid de 1979 - 1983 y 1987 - 1992. Se mediría en numerosas ocasiones a Chicho Sibilio, quien jugó en el Barcelona desde 1976 a 1989. Además, compartirían vestuario en la selección española.