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    'Valkiria': para Antony Beevor el principal error de esta película es su actor protagonista. Al que no se cree y al que cada vez que hace el salido nazi le ve en 'Top Gun'. Pero para el historiador toda la trama se basa en una exageración de la historia, ya que se plantea este complot para asesinar a Hitler como algo que estuvo a punto de tener éxito cuando no fue así.

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    'El patriota': Beevor le da la razón al crítico Andrew Marr, que dijo que el filme protagonizado por Mel Gibson "apestaba". "Los estadounidenses negros, de hecho destinados a permanecer esclavos gracias a la guerra, muchos de los cuales se alistaron con los británicos, se muestran luchando hombro a hombro con sus 'hermanos rebeldes blancos'. Los británicos son retratados como sádicos y criminales de guerra en serie, al igual que en otras películas estadounidenses. El hecho de que la mayoría de los colonos se aliaron con el rey Jorge se olvida por completo", apunta Beevor en una de las que más han violado los hechos históricos.

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    ‘Salvar al Soldado Ryan’: el historiador confiesa que todavía mueve la cabeza con resignación cuando alguien califica a la película de Spielberg como la mejor del cine bélico. Señala partes positivas, como el conflicto moral de los protagonistas y la escena del desembarco, “probablemente la secuencia de batalla más realista jamás filmada”. Todo lo demás le parece formulista y lleno de clichés. “¿Qué estaba haciendo Spielberg, aparte de ordeñar nuestros conductos lagrimales con ambas manos? ¿Fue su acercamiento revolucionario al realismo un intento de ocultar un mensaje profundamente conservador, como algunos comentaristas afirmaban?”, se pregunta con dureza en el artículo del medio británico.

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    'U-571': esta película sobre un submarino de EEUU que intenta dar caza a otro alemán es un "engaño desvergonzado". Justo al final, en los créditos, un breve texto admitió que, de hecho, había sido la tripulación de un destructor de la Royal Navy quien realizó la hazaña siete meses antes de que EE UU entrara en la guerra, detallitos sin importancia que Hollywood cambia.

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    'Enemigo a las puertas': ‘Enemigo a las puertas’: Beevor fue invitado al rodaje, y admite que le intentaron cortejar para no ser muy crítico con las inexactitudes históricas, especialmente porque había encontrado unos archivos del ministerio de defensa ruso en los que se demostraba que la historia que contaban fue producto de la propaganda soviética. Jean-Jacques Annaud le cayó bien, pero no toleró que se vendiera como “una historia real”, cuando sabían que no fue así.

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    'Dunkerque': el cine reciente tampoco se salva. La película de Nolan es acusada de torcer la realidad para dar espectacularidad a su historia. Las persecuciones aéreas eran más altas y no se veían casi desde el mar, y la evacuación más grande la realizador barcos de guerra y no los pequeños barcos de ciudadanos patriotas como termina el filme.

  • 7 de 10

    'El instante más oscuro': otra nominada al Oscar y otra a la que Beevor saca los colores, en este caso dice que le daría vergüenza ser el asesor histórico de este filme, que se saca de la maga una teoría de conspiración entre Chamberlain y él, y que tiene una escena del presidente bajando al metro que le ha hecho pasar vergüenza ajena.

  • 8 de 10

    'Sangre en Indochina': para el historiador esta es, de lejos, la mejor película bélica de la historia. Un filme de Pierre Schoendoerffer del año 1965 sobre la segunda Guerra de Indochina en la que se retrata con precisión los dilemas morales de los soldados y la corrupción que supone toda la guerra.

  • 9 de 10

    'La batalla de Argel': otro de los títulos predilectos de Antony Beevor es la obra maestra de Gillo Pontecorvo, a la cual señala por su estilo casi documental, sin sentimentalismos y en la que se reflexiona sobre el dilema moral de ejercer la tortura aunque el resultado de ella sea salvar vidas.

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    'El hundimiento': una de las películas más señaladas como gran adaptación histórica es este filme alemán sobre los últimos días de Hitler. La gran interpretación de Bruno Ganz es el centro de la película, pero para Beevor es un título que "respetó los acontecimientos históricos y los recreó con precisión".

Javier Zurro