Diego Arrabal, Gustavo González y Mariló Montero, en un fotomontaje.

Diego Arrabal, Gustavo González y Mariló Montero, en un fotomontaje.

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Elevan a un año la condena a los 'paparazzi' Gustavo González y Diego Arrabal por ofrecer fotos de Mariló Montero desnuda

Las imágenes, captadas durante las vacaciones de 2015 de la presentadora en Bora Bora, nunca vieron la luz, pero fueron ofrecidas a una revista.

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Victoria judicial para Mariló Montero (60 años). El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJCat) ha elevado a un año y un día de cárcel la condena impuesta a los paparazzi Gustavo González (59) y Diego Arrabal (54) por tratar de comercializar unas imágenes de la presentadora desnuda.

Así lo establece una sentencia del TSJCat, fechada este miércoles y que da la razón, parcialmente, a Montero, que pedía elevar la pena que fue impuesta, en marzo de 2024, a ambos fotógrafos por parte de la Audiencia Provincial de Barcelona.

La periodista, que llegó a pedir seis años de prisión para los acusados, recurrió aquel primer fallo. También lo hizo —como se comprueba ahora, sin éxito ninguno la defensa de los dos acusados, pidiendo su absolución.

Mariló Montero, en enero de 2023.

Mariló Montero, en enero de 2023. Gtres

En febrero de 2024, la Audiencia barcelonesa condenó a González y a Arrabal, dueños de la agencia de paparazzi Diegus SL, a diez meses de prisión por un delito de revelación de secretos, así como al pago de una indemnización a Mariló.

Los hechos enjuiciados ocurrieron durante las vacaciones de Semana Santa en el año 2015, mientras la periodista se encontraba de vacaciones en Bora Bora, en una zona de bungalós.

El lugar había sido estratégicamente escogido por la directora de la agencia de viajes que Mariló Montero contrató, interesada en huir de la prensa tras un episodio conflictivo durante un viaje previo a Maldivas. Tanto es así, que la presentadora no comunicó el destino del vuelo ni a su familia ni a sus amistades.

Sin embargo, fue captada, con el torso desnudo, en la terraza del bungaló. La agencia Diegus, propiedad de los condenados, obtuvo dichas imágenes —nunca quedó acreditado que Arrabal o González las encargaran— y las ofreció a una revista, que rechazó su publicación.

Ahora, el TSJCat recoge la tesis defendida por la presentadora: que "de la simple observación de las
fotografías se deduce su origen ilícito".

Fotomontaje de Diego Arrabal, Mariló Montero y Gustavo González.

Fotomontaje de Diego Arrabal, Mariló Montero y Gustavo González.

"En efecto, su visionado pone de manifiesto que fueron captadas de forma subrepticia estando la señora Montero y su acompañante en una zona geográficamente remota y en la terraza del hotel del bungaló en el que se encontraban alojadas, desenvolviéndose de forma tranquila y relajada en el contexto de la expectativa de privacidad propia de la estancia en el domicilio", indica el tribunal.

"En este punto debemos señalar que cobran especial significación intrusiva en la intimidad las fotografías en la que la señora Montero aparece con el torso desnudo al haberse despojado de la parte superior de su bikini, en cuanto la desnudez está estrechamente vinculada a la intimidad y a la privacidad de la persona y a la exclusión frente a terceros", añade.

"Si cualquier persona podía apreciar tales circunstancias, con mayor razón lo pudieron hacer los acusados, profesionales de la información que se dedican, precisamente, a la captación y comercialización de imágenes de personas con relevancia pública y, por ello, necesariamente debían ser conscientes de la ilicitud de las fotografías", concluyen los jueces.

De hecho, subrayan que "dicha inferencia" en el derecho a la intimidad de la presentadora "viene reforzada" por la declaración del director de la revista a la que se ofrecieron las fotografías, quien "manifestó que apreció la ilicitud en la captación de las imágenes y, por ello, se negó a su adquisición".

Finalmente, como ya hiciera la Audiencia de Barcelona, el TSJ catalán confirma que la captación de estas fotos vulneró la intimidad de Mariló Montero, sin que pueda justificarse esta acción en base al derecho a la información.

Diego Arrabal, en una imagen de archivo.

Diego Arrabal, en una imagen de archivo.

"Se trata de fotografías tomadas en forma clandestina, mediante dispositivos especiales, y captaron imágenes de la perjudicada que, por su contenido, inciden en el núcleo duro de su intimidad personal, en un contexto de razonable expectativa de privacidad", indica la sentencia del TSJ.

La Audiencia de Barcelona ya concluyó que las imágenes fueron captadas "sin que se conozca por qué medios concretos". Por el ángulo de visión y la nitidez de las mismas, debió ser mediante un potente teleobjetivo, empleado, quizá, desde un barco.

Sí quedó acreditado, no obstante, que la empresa Diegus SL, propiedad de los condenados, un día antes de la llegada de Mariló Montero a Bora Bora, reservó otro bungaló del mismo complejo. La mercantil abonó su coste, pero nunca se supo quién lo ocupó y si esta persona hizo o no las fotografías.

El fallo del TSJ catalán aún no es firme. Puede ser recurrido, tanto por Mariló Montero como por los condenados, Diego Arrabal y Gustavo González, ante el Tribunal Supremo, que tendría, en su caso, la última palabra.