La modelo Mar Flores en una imagen tomada en marzo de 2023, en Madrid.

La modelo Mar Flores en una imagen tomada en marzo de 2023, en Madrid. Gtres

Famosos 'MAR EN CALMA'

Mar Flores revela cómo fue su último encuentro a solas con Fernández Tapias en el hospital y quiénes fueron sus cómplices

La modelo también revive la etapa más aciaga de su vida: cuando se unió en matrimonio con Carlo Costanzia, un amor que acabó en divorcio.

Más información: Los cuatro primeros capítulos del libro de Mar Flores: de la cirrosis hepática y el TOC de su madre a las discusiones en casa

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Mar en calma, el libro autobiográfico de Mar Flores (56 años), ya está en las librerías de toda España y EL ESPAÑOL ha podido analizar todos sus capítulos. Tras hablar de su infancia, de sus padres y de sus hermanos, así como de sus pinitos como modelo, Flores se adentra en el amor.

Abunda en su obra en las relaciones sentimentales que han marcado su vida y su calendario afectivo. Hace Mar un repaso cronológico por sus romances. Especial renglón merece su historia de amor con el naviero Fernando Fernández Tapias.

Amén de los pormenores de aquel romance, en Mar en calma la modelo revela que, en el último tramo de la vida de Fefé, cuando su salud comenzaba a ser renqueante, el empresario quiso verla, despedirse de ella, tener esa última charla. 

Mar Flores en un acto público.

Mar Flores en un acto público. Gtres

"Me quería bien y yo a él. Desde mi separación de Javier Merino, volvimos a tener contacto telefónico. Pero poco a poco nos alejamos, él cayó enfermo y nos fuimos distanciando hasta dejar de hablar", relata Mar.

La enfermedad, eso sí, reactivó el contacto. "Al poco tiempo de saberse su enfermedad, yo le llamé para interesarme. Pero desde ese momento me cortaron todo tipo de contacto con él. Afortunadamente, pude verle gracias a unos amigos comunes que hicieron de cómplices".

"Me dijeron estos amigos: 'Ven a verle ahora, que no hay nadie. Él te quiere ver, Mar'. Y fui. Aquella fue la última vez que le vi, en ese primer ingreso que tuvo. Y sé, estoy segura, de que él lo orquestó todo para despedirse de mí, porque se vio muy enfermo y sin posibilidad de valerse al cien por cien por sí mismo".

"Ya no le quedaban fuerzas ni para pelearse con sus abogados. Nos despedimos con el alma, porque la conexión fue lo que prevaleció siempre en nuestra relación. Es lo que me pasó con Fernando. No me enamoré de él, pero sí tuvimos una conexión brutal que estaba por encima de la diferencia de edad".

Su primer matrimonio

La portada del libro de Mar Flores.

La portada del libro de Mar Flores.

Mar Flores aborda, en primer lugar, su relación con Carlo Costanzia. Ese primer gran amor, el que marca la hoja de ruta de toda persona, el que desemboca en matrimonio. Estamos en el capítulo número 11, titulado Historia de un matrimonio. El otro protagonista de esta historia es el italiano Carlo Costanzia, el padre de su primogénito, Carlo.

Mar, por entonces, está feliz en París, viviendo su sueño como modelo. Entre castings, llegó a su vida un proyecto que se la cambió para siempre: VIP Noche, en Telecinco. Ahí, en una sustitución, "conocí, por sorpresa, a mi primer marido", cuenta en la obra.

"Coincidimos un mes de mayo, sólo de vista, y me estuvo rondando un tiempo. Hasta que una amiga nos organizó una cita a ciegas. (...) Era guapo, italiano, atractivo, mayor que yo. Tuvimos más citas y enseguida nos enamoramos. (...) Salí de casa de mis padres para casarme", cuenta Flores.

En el primer viaje juntos, la modelo se queda embarazada. "Decidimos casarnos sin decirle a nadie de mi embarazo. (...) Estaba loca de amor y aquel fue un embarazo muy deseado por parte de los dos. Siempre lo tuve clarísimo: quería ser madre".

Mar y Carlo se instalaron en Madrid, "aunque pasábamos bastante tiempo en Italia". Igual que llegó el amor, lo hizo el desamor: "Nos separamos porque me casé jovencísima y, sin saberlo, con un completo desconocido. Era demasiado inexperta para gestionar con autoridad las cosas que pasaban".

"En mi matrimonio sucedieron cosas que me desgastaron hasta lo más profundo. Pasó todo, absolutamente todo lo que crees que nunca va a pasar cuando te casas. Celos, mucho tiempo separados, un marido que salía mucho y llegaba muy tarde...".

Mar Flores en un acto público en Madrid, en 2022.

Mar Flores en un acto público en Madrid, en 2022. Gtres

"Yo estaba desorientada, muy perdida y fui incapaz de poner límites a la relación. (...) Pensaba para mis adentros, pero, a ver, este no era el trato, yo no me casé para eso. El plan era querernos y cuidarnos", rememora Mar. Dice que se sintió, entonces, "muy mal tratada".

"Yo no era ni más ni menos que otras, quería lo que había visto toda la vida, lo que nos habían vendido. Te casas, tienes un hijo deseado, tienes un marido guapo. No se podía pedir más. (...) Y entonces, ¿por qué no funciona?.

"¿Por qué se pone tu marido de repente a hacer unas cosas que van a estropearlo todo y hacer que tu vida salte por los aires? (...) En medio de todo esto pasaron cosas. Algunas de ellas hoy serían muy graves, como que no te hagan caso al ir a poner una denuncia en comisaría".

"Recuerdo que un día, tras una fuerte pelea con el padre de mi primer hijo, mi hermana me aconsejó poner una denuncia. Y fuimos para allá. No nos hicieron demasiado caso, justificando todo, como siempre, en que era famosa", alega Mar.

Flores tenía por entonces la autoestima "arrasada" y se preguntaba en qué había fallado para que todo naufragara. Mar se quedó sola, con su hijo. "Tuve que aprender a gestionar el sentimiento de culpa que me atormentaba por haber puesto fin a un matrimonio infeliz".

Amenazas y desaparición del colegio

No sin mi hijo, se titula el capítulo 12. Lo peor para Mar estaba por llegar. "Recibía amenazas telefónicas que me dejaban entrever la posibilidad de quitarme a mi hijo y de desacreditar mi reputación, me perseguían. (...)".

Un viernes, de octubre de 1995, Mar fue a recoger a su hijo al colegio y éste no estaba: se lo había llevado su padre. "Se lo había llevado sin mi permiso, sin previo aviso, algo impensable hoy en día, cumpliéndose así los tremendos presagios que tantas veces había tenido".

"No tuvimos un buen divorcio. Él me detestaba y, además, se desentendió de todo. El colegio lo pagaba yo, los médicos también, su manutención, todo. Yo era la que me ocupaba al cien por cien del pequeño. No sé por qué le entregaron a mi hijo en el colegio", sigue narrando.

"Imagino que les contaría una milonga, como que el niño le tocaba a él o algo parecido. Le creyeron de buena fe, se lo entregaron sin avisarme y se lo llevó. Y adiós muy buenas. Me volví loca. Me entró una angustia horrible, una ansiedad que me enfermaba".

Mar Flores, durante su última visita a 'El Hormiguero'.

Mar Flores, durante su última visita a 'El Hormiguero'. Gtres

Mar llamó a Italia, a todas las personas del entorno de él, y nada. Nadie le decía nada. Guardó la esperanza Mar de que el padre devolvería al niño, pero no fue así. Pasaron los días. "Supe que ni siquiera estaba en España, que se lo había llevado a Italia, pero no sabía dónde estaba".

"La policía me dijo que, dada la magnitud y la excepcionalidad del problema, el asunto lo tendría que resolver el Tribunal de La Haya". El tiempo pasó y Mar, en ese angustioso trance, conoció a Fernando Fernández Tapias, "una persona poderosa", "uno de los empresarios más importantes".

Fernando le ofreció a Mar y a Sofía Mazagatos (50) un programa de radio de moda y estilo. Al tiempo, Flores le comentó a Fernández Tapias su angustia. "Le comenté cuál era la situación real: el asunto estaba denunciado, pero no sabía nada del niño".

Fernando "me ofreció un sólido soporte emocional". Tapias ayudó a Mar con los abogados, "buscó unos detectives para poder encontrar al niño siguiendo una pista que llegó de una manera impensable y enseguida tuvimos localizado al pequeño Carlo".

"Lequio fue quien me dio el hilo del que tirar para encontrar a mi niño y por ello le estaré siempre agradecida". En un punto de este capítulo, Mar reflexiona: "Llevo más de treinta años perdonando al padre de mi hijo".

Fernando, el amor y las fotos

Mar y Fernando, en una imagen de 1996.

Mar y Fernando, en una imagen de 1996. Gtres

Fernando Fernández Tapias y Mar comienzan una relación: "Nos veíamos cada vez con mayor frecuencia y las cosas surgieron de una forma muy agradable. (...) Y me dejé llevar, con sensatez, pero me dejé llevar. (...) Fernando era guapo, tenía verdadero charme".

Dice Mar que Fernando, que vivía "separado de su mujer", "activó su proceso de divorcio, cosa que ayudó a que comenzáramos nuestra relación desde el amor de pareja". En este punto, Mar deja claro que, en un principio, con Alessandro Lequio no tuvo nada amoroso.

Que el conde era muy "zalamero" con ella, pero nada más. Comenzó una época muy dura para Mar, donde fue juzgada por la sociedad y muchos la criticaron en una ambiente "machista". En 1999, llegaron las polémicas fotos de Mar y Lequio en Interviú.

"Las fotos eran antiguas. Quien las tenía de mala fe decidió guardarlas, no sin haberlas usado previamente para chantajear y venderlas a las revistas algunos años después, escogiendo justo el momento en el que más daño podría hacer".

Detalla Mar que en esa época decidió romper con Fernando: "Le dije que no quería participar de ese mundo, que no era el mío y que me sentía mal. Fernando sabía que era muy joven e inexperta y Alessandro me rondaba. Y yo se lo dije con total sinceridad, con lo que ni solapé relaciones ni nada parecido a todo lo que se dijo".

"Fernando me dijo sencillamente 'Vete. Ya volverás'". Ahí, Mar sí comenzó un "affaire" con Lequio. Dice Mar que Lequio, en connivencia con Miguel Temprano, comercializó con unas fotos en Roma, "realizadas bajo una farola mientras casualmente nos besábamos".

Al cabo del tiempo, Mar y Lequio rompieron y ella le pidió las fotos que se habían tomado estando en relaciones, "fotos con su cámara, absolutamente íntimas y personales". Él se la dio, "no sin antes haber hecho varios juegos de copias".

Las fotos de Interviú salieron, "mucho tiempo después", cuando ella inició una historia de amor con Cayetano Martínez de Irujo. "La revista, ya desaparecida, salió al kiosco con una portada en la que se veía una foto mía con Lequio en la habitación de un hotel. Era antigua, pero les dio igual publicarla".

"El daño que supuso aquel episodio para mi familia, para mi hijo, para mi pareja de entonces y por supuesto para mí fue descomunal".

"No puedo asegurar quién las vendió a la revista. Lo que sí puedo decir es que, por casualidades de la vida, supe de buenísima fuente que quien llevó las fotos para negociar con la revista habló de las personas que se repartirían los beneficios de la venta".

"Entre ellas, los hermanos Coto y Kiko Matamoros, Alessandro Lequio y un cuarto personaje que llevaba mucho tiempo intentando vengarse de mí", remacha Mar.