Jesús Mariñas (78 años) llevaba tiempo barruntándolo, y el confinamiento hizo el resto. El estar encerrado en casa despertó su inspiración y se puso a escribir sus memorias. Volcó sobre el papel su intensa, emocionante, amorosa y loca vida. De aquellas miles de palabras, al principio vomitadas y luego ordenadas, vino al mundo Jesús por Mariñas. Memorias desde el corazón.

El mítico, temido y sabio periodista del corazón ordena su agitada vida desde su infancia hasta el que hoy es; y ajusta cuentas con todos los famosos que conoció y conoce. Vivos y fallecidos, todos pasan por su pluma estilográfica. A nadie se deja guardado en el cajón, aunque advierte que lo mismo hay una segunda entrega. Habla, sobre todo, de las sombras de las personalidades patrias, porque de las luces ya se conoce casi todo. Los desnuda ante el espejo y muestra, con su descaro y humor pícaro, y juego de palabras, lo que ellos no quisieron ni quieren oír.

La portada del libro de Jesús Mariñas. Editorial Esfera

Escarba en la parte menos conocida y, puede, menos interesante. Jesús es un periodista incómodo, pero desde siempre. Desde los albores clamó trabajar con y desde la libertad. Eso es este libro: palabras y verdad sin filtros. Isabel Pantoja (64), Rocío Jurado, Julio Iglesias (77), Lina Morgan, Raphael (78), Alfonso Diez (70), Sara Montiel, Carmina Ordóñez, Carmen Sevilla (90), José Manuel Parada (67) y hasta María Teresa Campos (80). Por todos ellos pasa revista, con mayor o menor fortuna para los protagonistas. Ah, y como no podía ser de otro modo, por una cuestión de actualidad pura y dura, Mariñas habla de Mila Ximénez, de cómo se conocían, y también de cómo se detestaron un tiempo. La vida, al fin y al cabo. No obstante, como cuenta Mariñas en conversación con JALEOS, "la felicidad y la amistad siempre acaban imponiéndose". 

Jesús, ¿deben algunos famosos temer por sus memorias? ¿Les recomienda leer su libro? 

O no leerlo directamente. Esa es la opción de cada cual. Depende de la curiosidad que tengan. 

Comienza el libro hablando de su infancia, de la relación con su madre. Cómo usted descubrió al mundo su homosexualidad en su pueblo de La Coruña, ¿tuvo una infancia feliz?

Sí, yo creo que cuando eres pequeño no tienes tiempo de ser desgraciado, ni te lo planteas. 

Jesús Mariñas en una fotografía, en blanco y negro, durante su adolescencia. Cedida a EL ESPAÑOL

¿Lo pasó mal de pequeño por ser gay?

No, nunca, y en aquella época que era tan difícil porque no estaba admitida... Ahora tampoco es que esté muy admitida, pero, bueno, por lo menos está reconocida. Por lo menos, ya no te tiran piedras como antes. 

¿De qué forma llegó al mundo del corazón?

De casualidad. Yo lo que quería era ser actor y estudié en el conservatorio de La Coruña. Pero cuando empecé a ensayar me di cuenta de que no iba a ser una figura porque no era bueno. Y entonces dije 'no me interesa. Me dedico a otra cosa'. Ahí empezó todo.

Usted ha sido y es un periodista incómodo para los famosos, ¿ha recibido muchas amenazas? 

Sí, muchas. Encarna Sánchez me mandó a aquellos tíos a pegarme con periódicos enrollados. 

(También cuenta en el libro que los fans de Isabel Pantoja quisieron "matarle" por contar que la cantante tenía bigote. Así lo vivió él: "Estaba rodeado de fans enloquecidas que al grito de 'a por él' querían matarme. El alboroto fue mayúsculo. Suerte que unos agentes de seguridad consiguieron apartarme de aquella jauría y me sal")

¿Lo han llevado muchas veces a juicio por lo que usted contaba?

Sí, me han llevado y los he perdido, que eso es lo terrible. Porque, claro, cuando tú defiendes una cosa es porque crees en ella, ¿no? Y entonces que venga un juez y tire al suelo tus teorías fastidia mucho. 

Jesús Mariñas junto a la actriz Ana García Obregón. Cedida a EL ESPAÑOL

(En un momento dado de sus memorias, Jesús Mariñas asegura que la prensa del corazón actual se ha "emputecido" con tanta red social y programas en los que se habla "de oídas". Entiende que ya nadie, o casi nadie, hay interesante en la farándula. Tampoco antes; en cuanto rascabas un poco en el personaje veías cómo se le iba el brillo que le daban los focos)

A usted, a día de hoy y con todo lo que ha vivido y a las personas que ha conocido, ¿le sigue impactando u obnubilando alguien?

Hace ya mucho tiempo que dejaron de impactarme. Porque cuando los conoces te das cuenta de que no tienen ningún tipo de interés. Ningún interés personal. 

¿Está en crisis la prensa del corazón? ¿Lo cree o piensa?

Quizás que nos falte corazón. Más que creerlo, lo lamento. Pienso que la gente hemos cambiado mucho y ya no hay aquel desprendimiento que existía antes. 

El periodista junto a Rocío Jurado, Rosa Benito y su hermano Amador Mohedano. Cedida a EL ESPAÑOL

En un extracto de su libro habla de Rocío Jurado. Dice así: "Rocío era un personaje aparentemente encantador con muchas aristas, perdida en sus contradicciones no asumidas, quizá por su propia sexualidad". ¿Quiere aclarar algo de esta frase?

Pues no. O sea, yo creo que ya fui claro. Cada uno tiene su interpretación. Siempre hablo de sexualidad, no de homosexualidad o de bisexualidad en este caso. 

¿Fue Rocío una buena madre?

Eso tendríamos que preguntárselo a sus hijos. Para mí, en apariencia sí. Una buena madre y una buena hija. Quizás, para los que lo hemos vivido más de cerca, fue mejor hija que madre. Pero eso ya no tenemos que discernirlo nosotros, sino su familia. 

Mariñas compartiendo la fotografía con Sara Montiel y José Manuel Parada. Cedida a EL ESPAÑOL

(Cuenta Jesús sobre Montiel y sus hijos en su libro: "Cuando murió Sara, aquellos vástagos, Thais y Zeus, mostraron una cruda indiferencia, cumplieron con el trámite de despedir a una estrella a la que al final pasearon por Madrid como si cantaran una nana a una niña. Hablé con ellos y noté cuántos kilómetros sentimentales les separaban, con qué indiferencia hablaban de un cadáver aún templado. Sus hijos optaron por vivir su vida sin mucho apego a la madre")

En otro momento del libro, habla de Sara Montiel y de sus hijos. Asegura que le sorprendió la indiferencia de los hijos cuando la madre murió...

Había distanciamiento. ¿Sabes qué ocurre? Que cuando tú adoptas, nunca es como si los hubieras engendrado tú. Por más que te esfuerces. Es la impresión que a mí me da. Por la experiencia que yo he visto por ahí en muchas familias. Una madre que te ha parido siente de una manera diferente a la que te ha prohijado. 

¿Considera que Sara, como Marujita Díaz, no supieron retirarse a tiempo?

Es muy difícil que una artista, sobre todo si tiene éxito, logre retirarse definitivamente. Todos quieren seguir apurando el aplauso y el dinero bien ganado. Es por eso y porque no saben hacer otra cosa que actuar. 

Jesús mirando cómo se saludan Lina Morgan y su gran amiga Caballé. Cedida a EL ESPAÑOL

¿Por qué el público tiene la sensación de que Lina Morgan nunca quiso mostrarse abiertamente?

Porque imagino que tenía miedos o recelos a darse a conocer. No le interesaba. Por miedo al qué dirán. Y ella que estaba confortablemente aposentada en su éxito, ¿para qué se iba a exponer? 

Háblenos de María Teresa Campos. Sorprende que diga en su libro que la relación con sus hijas, antes, en su mejor esplendor profesional, no era tan idílica...

Porque Teresa era muy consciente de la categoría profesional que tenía y entonces, quizá sin intención, se alejó de su entorno familiar. Inconscientemente, pues te dejas llevar por las circunstancias. 

Teresa junto a su amigo Mariñas en su casa de Las Rozas. Gtres

¿Cómo la ve en la actualidad?

Desilusionada. Lo de Bigote (71) fue una hijoputez. Un aprovechamiento descarado. Él escapó, además de una forma muy cobarde y sin dar la cara. Eso un tío no lo hace. Si una relación no interesa, pues 'oye, pasa esto', pero no sales huyendo como hizo él.

Dicen que vivir con ella no siempre fue fácil... 

Bueno, claro, pero eso nos ocurre a todos. Sobre todo, si eres una estrella. 

Tengo que preguntarle por Mila Ximénez, ¿se conocían?

La conocía mucho, mucho. La he conocido en muchas facetas de nuestra vida. De ser enemigos acérrimos a ser íntimos. Finalmente, se impuso la amistad. Teníamos muy buena relación, yo la quería mucho. Me parecía una fuera de serie

¿Cómo fue su vida, a su modo de ver?

Ha tenido una vida con altibajos. Sus últimos años han sido bastante plácidos y tranquilos después de una vida ajetreada y atropellada. Pero, bueno, finalmente, la felicidad acaba imponiéndose. 

(En un capítulo, Mariñas habla del amor y el sexo: "El amor me parece una palabra sin mucho fundamento. Es más importante el cariño que la pasión, que, al cabo, es fugaz, no tiene aguante. Lo que resiste es el compañerismo, la camaradería, el afecto; hablo por experiencia propia. El arrebato sexual se acaba en unos meses, la rutina mata el amor")

Es más importante el cariño que la pasión, según usted

Claro que es más importante el cariño porque la pasión se pasa enseguida y el cariño perdura. Perdura y va creciendo. 

¿Siempre pensó que llegaría como ha llegado a su edad? A todos los niveles, profesional y personal...

Yo nunca hice pronósticos ni cábalas ni tuve ambiciones. Lo que he tenido ha sido mucho trabajo y, en consecuencia, he tenido una vida más o menos confortable y me lo he ganado con el sudor de mi frente, como suele decirse. 

Mariñas en su juventud. Cedida a EL ESPAÑOL

Ahora está Sálvame y se habla de una fórmula innovadora, pero, ¿qué me dice de Tómbola?

Fue donde se inventó la fórmula actual del corazón. Yo estuve desde el primer programa. Fue el programa innovador, rompedor, distinto, atrevido y descarado. Algo que la gente entonces no entendía y decía 'pero, ¿cómo le dejan a estos hacer este tipo de programas?'. 

Allí fueron personajes que se entienden, hasta hoy en día, como inaccesibles. Chábeli Iglesias, por ejemplo...

Todo se cura previo pago. Ahí todos somos comprensibles. 

(Sobre su marido Elio, sostiene en el libro: "No fue un flechazo, nos hicimos el uno al otro. Sin cariño es imposible que las relaciones duren")

¿Quién es Elio para usted?

Algo fundamental e imprescindible, sin el que no podría vivir. Tan sencillo como eso y tan difícil. Tan raro y tan sueño imposible, pero, mira, a veces los sueños se cumplen. 

Cerramos la entrevista con una reflexión de este periodista, extracto que aparece en sus memorias: "No pienso nunca que ya no me queda tiempo para hacer muchas cosas. Me tengo que morir como todo el mundo. Noto cómo pasan los años sin depresión ni angustia. Duermo con la conciencia tranquila porque no he puteado a nadie… que no se lo mereciese". El periodismo lleva su nombre. El corazón, también

[Más información: El nuevo propietario del piso de Jesús Mariñas aniquila todos los recuerdos del periodista]

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