Fue el pasado miércoles 30 de septiembre cuando JALEOS anunció en exclusiva la separación matrimonial del torero José Tomás (45 años) y su mujer Isabel tras 20 años de relación y un hijo en común. En ese momento, este periódico pudo conocer que la ruptura "todo el mundo" de su entorno la conocía y se hablaba de una nueva pareja en la vida del diestro. Él, hombre de costumbres y rutinas arraigadas, había sido visto en una cafetería "con una misma mujer, también de la localidad esteponera".

Ante estas informaciones, muchos medios de comunicación se atrevieron a hacer una comparativa entre Tomás y Enrique Ponce (48). Ahora bien, más allá del chascarrillo del momento, este medio está en disposición de afirmar que nada más lejos de la realidad. El caso de José Tomás y el del diestro de Chiva nada tienen que ver. Tan solo coincide en que dos toreros se han separado de sus respectivas mujeres, pero con la gran diferencia de que Ponce ha iniciado una nueva ilusión amorosa junto a Ana Soria (22), y José Tomás no. Él no tiene a día de hoy ninguna relación sentimental. 

El exmatrimonio en una imagen en 2018. Gtres

Al menos, no formal ni oficial. Esa es la información que maneja este medio. José Tomás "está viviendo el momento, como hombre libre que es", explica una fuente cercana a la familia, en la misma línea que sostiene el periodista Jesús Manuel Ruiz en Esdiario. Sí es cierto que ha podido ser visto con alguna mujer en Estepona; no se esconde, "entra y sale" cuanto le apetece, pero no existe ninguna relación en la actualidad. Tomás está soltero y, de momento, "no quiere nada formal". No es su prioridad en estos momentos. Y se es muy contundente en este extremo: "No ha habido terceras personas en la separación con Isabel. Eso hay que dejarlo claro". Ninguno de los dos "sería capaz de hacerse eso". En ningún caso una mujer ha sido el motivo de la ruptura. Simplemente, se desliza, "se dieron cuenta de que lo suyo estaba mal y han decidido ser buenos amigos". Porque Isabel y José Tomás son, ante todo, un exmatrimonio bien avenido, que se lleva "estupendamente". Después de 20 años de amor "del bueno", no podían acabar de otra forma. Se quieren y se respetan, se insiste. Si bien la separación se ha hecho pública ahora, lo cierto es que ambos decidieron tomar caminos separados "a finales de 2019".

Hace "bastantes meses, como diez u once", asegura alguien de su entorno. Tan buena sintonía existe entre el exmatrimonio que se explica que la custodia del pequeño José Tomás, de 11 años, es compartida, "como no podía ser de otro modo". José Tomás e Isabel "están haciendo las cosas muy bien, como tienen que hacerlas". Se lo deben después de tantos años juntos, de tantos avatares. Isabel y el pequeño se han quedado en la casa familiar, y Tomás "vive en otra casa de su propiedad" en Estepona. El contacto es fluido y diario. La fuente a la que ha tenido acceso este medio no duda en que "los veréis juntos más de una vez y de dos". 

Isabel, una mujer discreta 

Tal y como se informó hace unos días, Isabel continúa su vida en Estepona junto al pequeño José Tomás, que es la viva imagen de su padre. Todos rememoran ahora el flechazo que sacudió a la ciudad, el día que José Tomás llegó a Estepona a revelar un carrete de fotos en un laboratorio de Foto Lab, en Carrefour, y quedó prendado de Isabel, la dependienta "que parecía sacada de un cuadro de Romero de Torres", y que le sonreía al otro lado del mostrador. Él tenía 27 años, y ella unos pocos menos. Desde entonces, el chico del traje de luces no se ha separado de su "morena de tronío" y han pasado juntos casi veinte años.

Isabel paseando al pequeño José Tomás en una imagen tomada en 2011. Gtres

La conexión con la esteponera fue inmediata. Isabel estaba casada por aquel entonces, dejó a su marido, y unos meses después del primer encuentro con José Tomás se mudaba a la casa del torero en la urbanización Lunymar. La pareja siempre ha sido muy discreta en apariciones. Solo en actos oficiales contados se han dejado ver, tipo la plaza que le pusieron al torero en Estepona, en alguna corrida en Latino América, o cuando el diestro recogió la Medalla de Oro a las Bellas Artes en La Coruña de manos de Juan Carlos I (82). Isabel siempre ha intentado estar lejos de los focos que han buscado otras parejas de toreros. Siempre ha huido de la popularidad.

José Tomás, leyenda viva 

José Tomas es uno de los ejemplos más reivindicativos del mundo del toro. A finales de los años 90, junto a otros matadores, encabezó una lucha para que fueran ellos quienes negociaran sus derechos de imagen con las televisiones, y no los empresarios. Desde el año 2011 que nació su hijo José Tomas, las actuaciones del diestro fueron muy escasas en los cosos taurinos y se centró solo su vida familiar.

Y ha sido en esa escasez en sus presentaciones donde se ha fraguado un misterio que pocas personas, fuera del círculo más cercano de José Tomás, logran descifrar. En su época más boyante, José Tomás fue todo un mito, el diestro más aclamado, uno de los mejores, cuando no el mejor. No en vano, cabe recordar, como dato curioso, que Joaquín Sabina (71) se desplazaba, desde el punto geográfico en que estuviera, expresamente a México para verlo torear. Allí es una leyenda viva.

Claro está, esta imagen de estrella del toreo se ha traducido en dinero, magnos emolumentos: Tomás ha sido siempre el mejor pagado. Tal es su proyección internacional que en muchos medios aztecas se lo denomina como "el divo del millón de dólares" o "el príncipe de Galapagar". Su caché nunca descendió del millón de euros por tarde. Sus ingresos en taquilla han llegado a superar a lo largo de estos años los 100 millones de euros, sobre todo en La Monumental de México. 

[Más información: La crisis de José Tomás y su pareja Isabel, la dependienta de la que se enamoró perdidamente]

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