A muchos sorprendió sobremanera que Enrique Ponce (48 años) se desplazase el pasado día 11 de septiembre a casa de unos buenos amigos, donde se celebraba el cumpleaños de Paloma Cuevas (48), para felicitar a su todavía mujer. Chocó y descolocó, pero así fue. Ponce se levantó esa mañana y, después de mucho pensar y de mandarse un mensaje, decidió que debía hacerlo: es lo que corresponde después de 24 años juntos y dos hijas en común. Las dudas fueron pocas en un principio, pero según ha podido saber JALEOS, su actual pareja, Ana Soria (22), desempeñó un papel muy importante en su determinación

Se ha especulado mucho sobre cómo habría reaccionado Soria, si se puso celosa de este acercamiento del diestro a Cuevas. Rumores y falsedades sin fundamento alguno. Ana "animó" a su pareja, como se cuenta a este medio: "Ella comprende perfectamente la situación de Enrique y de Paloma. Sabe todo lo que han vivido y lo que importa en este momento ese tipo de gestos por sus dos hijas". Se habla de una "tremenda madurez" de Soria. Enrique acudió a esa cita "de muy buen talante".  

Ana Soria y Enrique este verano. Gtres

Lo cierto es que su estancia en el cumpleaños fue breve, apenas si unos minutos. Llegó, saludó a amigos de siempre -una reducida y animosa reunión de menos de 10 personas, como se contó en AR-, charló con Paloma y "estuvo un rato con sus hijas". Realmente, la asistencia de estas fue lo que lo terminó por empujar: "Enrique, más allá del dolor y lo desagradable de la situación, echa de menos a sus hijas. En el día a día. Ahora se siente mucho más culpable del tiempo no disfrutado". Ana, su mejor consejera, le hace ver que tiene que aprovechar todo el tiempo del mundo con ellas. Ana todavía no conoce a las niñas. No es el momento, ni la situación. Por las menores, pero también por Paloma. Es un paso importante y ha de darse "en el momento adecuado". Eso sí, en lo que concierne a la relación entre Soria y Cuevas, se es tajante: "No la habrá y ni siquiera se nombran". Una, por dolor; la otra, por respeto.

Las cosas están así mejor. De lo que no hay ninguna duda es de que Ponce tiene las puertas abiertas de la casa de sus hijas para verlas cuando lo considere. ¿Cómo está la firma del divorcio?, interpela este medio a alguien muy cercano al matrimonio. Sorprende la respuesta: "Todo listo para firmar, pero aún no hay firma". Papeles en regla y un bolígrafo en espera.

¿Quién se demora en firmar? Se desliza que en esta ocación es Enrique quien, por su ajetreo profesional -"ha pasado un verano de locos toreando"-, todavía no ha encontrado ese momento para rubricar la firma que lo convierta legalmente en un hombre soltero. Estas informaciones corroboran la línea que este periódico ha defendido desde el principio: nunca hubo prisa por el divorcio porque tampoco la hay para casarse ni formalizar nada con Ana Soria. Están bien como están. En estos momentos, apurando los últimos rayos de sol. Cuentan que los viajes de Enrique a Almería son constantes. Ambos siguen en esa burbuja de todo comienzo ilusionante y ahora solo miran al futuro más inmediato: sus miras en Madrid. 

Paloma Cuevas y Enrique Ponce durante una gala en 2016. Gtres

Este medio ha podido confirmar que, si bien Ponce en el reparto de inmuebles con Paloma se quedará con la que ha sido la casa familiar de Pintor Rosales -Cuevas, sus hijas y sus padres se mudarán a La Finca-, él y su pareja no harán vida en ella. De hecho, están buscando un piso "en el centro" para hacer vida cuando coincidan en Madrid, como adelantó LOOK. La casa de Rosales atesora muchos y bonitos recuerdos que Ana Soria entiende que no le pertenecen. Sea como fuere, ambos están centrados en buscar esa casa perfecta a estrenar. En esa línea, se explica que Ana está a punto de iniciar su curso de cuarto de Derecho con la Universidad a distancia de Madrid, cuya identidad aún se desconoce. 

Los planes de Paloma, ¿irse de España?

En otro orden de cosas, hace dos semanas la publicación ¡HOLA! recogía la intención de Paloma Cuevas de abandonar España junto a sus hijas en el nuevo curso escolar para alejarlas del ruido mediático. Tras la noticia, este medio preguntaba en el entorno de Paloma y Enrique. Y se deslizaba lo que sigue: "Esta es una idea que Paloma ha comentado en más de una ocasión con amigos y familia, pero no ahora; desde hace tiempo. Siempre ha defendido que es bueno para las niñas, que vean mundo". Es un proyecto, pues, de hace mucho tiempo que no está propiciado por la situación mediática que está viviendo el núcleo familiar en la actualidad. 

Se hacía ver que todavía no se ha tomado ninguna decisión al respecto y, de tomarse, influiría mucho la Covid-19. Todo depende de cómo esté la situación del país para el nuevo curso. Sea como fuere, se fue claro al otro lado del teléfono: se trata de una idea "todavía por madurar y formalizar". A Paloma le pesaría mucho en estos momentos irse de España y dejar a sus padres, a los que está muy unida y cuida diariamente. Por no hablar de separar a Ponce de sus hijas. No es una opción. Todo se andará más adelante. De momento, la persona con la que hablaba este medio informaba que los planes a corto-medio plazo pasan por estar en Madrid. Otro cantar es el 2021. Paso a paso. 

[Más información: Enrique Ponce, la verdad de la eliminación de sus fotos con Ana Soria y su llamada clave a Paloma Cuevas]

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