Enrique Ponce (48 años) y Ana Soria (21) continúan viviendo su historia de amor a todo tren, intensamente, sin ocultarse. Si hace unos días ambos publicaban una instantánea en sus redes sociales en la que se los veía cómplices y acaramelados, ahora han visto la luz unas fotografías de la flamante pareja disfrutando del verano en una playa de Mojácar, Almería. Ambos han sido portada de una revista del corazón, sobre una colchoneta en las aguas almerienses, divertidos, relajados y supuestamente ajenos a todo, hasta del objetivo de las cámaras

Mucho se está hablando de estas fotografías, de lo que simbolizan, de cómo han sentado en el todavía hogar familiar del torero con Paloma Cuevas (47), y, sobre todo, mucho se está elucubrando sobre quién hay detrás de esas imágenes y su publicación. Si son fruto de un profesional gráfico o de turistas, móvil en mano. Según la información que se desliza a JALEOS, las fotos fueron tomadas hace unos días, no son del todo actuales. De hecho, en el presente Ponce se encuentra entrenando en su finca de Jaén para su regreso a los toros el próximo 1 de agosto. 

Ana en uno de sus últimos 'post'.

Las instantáneas pertenecen a una divertida tarde de playa en Vera (Almería). Pese a que ese día más de una persona que los reconoció "sacó el móvil y les tomó foto", este medio confirma que fueron tres agencias gráficas las que inmortalizaron no solo a los protagonistas en esa tarde, sino en varios días anteriores y posteriores. Por tanto, el material es de varios paparazzi que "llevan casi 10 días siguiendo a Ana por Almería". 

De hecho, se apostilla a este periódico que "Ana y su familia tienen seguimiento de prensa desde que se supo su nombre", y así continuará todo el verano. Cabe puntualizar que antes de que saltara el escándalo, Almería era una de las pocas ciudades andaluzas que carecían de fotógrafos afincados en sus costas, salvo casos muy puntuales. No obstante, ahora la ciudad andaluza está siendo uno de los puntos neurálgicos del verano tras el tsunami Ponce-Soria. 

Volviendo a las fotografías de la playa, se es muy claro: ellos "no sabían a ciencia cierta que estaban siendo fotografiados", apunta una persona del entorno de Ana Soria. El fotógrafo se encontraba "a escasos metros de ellos", pero la pareja sostiene que no lo vieron en ningún momento. Se informa que el entorno de ambos les ha aconsejado "vivir con normalidad" y así están haciendo. 

La pareja está convencida de que el único modo de frenar el interés, de que amaine, es dejándose fotografiar. Quieren ser libres y vivir su amor en paz, y la portada de la revista Diez Minutos, parece, es el peaje que han pagado. Ahora bien, ¿será el único? Algunos profesionales gráficos desmienten este extremo: todavía quedan muchas fotografías por verse y el seguimiento será igual de intenso. En otro orden de cosas, en la casa de Paloma Cuevas hay dolor y sufrimiento, pero también preocupación. Ya no por las fotografías en sí de ambos en Mojácar -que también han sido duras de digerir para Paloma-, sino por el impacto que estas puedan tener en las dos hijas menores del matrimonio

En esa línea, este periódico ha podido conocer que Paloma "se niega a opinar sobre las imágenes" cuando la llaman. No quiere saber nada de ellas, solo sufre por sus hijas, sobre todo por la mayor, de 12 años, que ya es consciente de todo y puede ser informada de la realidad mediática. Trata de protegerlas al máximo en su finca de Jaén, donde está junto a sus padres y sus hijas. Con respecto a la separación, a este medio llega la siguiente información: será civilizada y de mutuo acuerdo, después del verano.

No obstante, esta información de buena sintonía se contradice con un hecho comprobado por este medio y por otra fuente: Enrique Ponce ya no sigue en Instagram a su mujer Paloma Cuevas; ella a él, sí. Un unfollow que, sostienen, obedece a una "tirantez" entre el todavía matrimonio puesta de manifiesto en los últimos días, coincidiendo con la 'nueva vida' de Enrique Ponce. Al parecer, a Paloma no le estaría pareciendo del todo correcta la manera de comportarse públicamente de su marido. 

Ana 'se libera' en Instagram 

Tras varios días de líos con su Instagram, este pasado miércoles de madrugada la futura abogada compartía en su red una fotografía con el mismo look de sus dos últimas publicaciones, pero a diferencia del resto, en este post no ha querido bloquear el apartado de los comentarios. Lejos de recibir críticas o ataques por parte de los usuarios, junto a la instantánea solo se pueden alabanzas, halagos y mensajes a favor de la actitud de la almeriense.

Todo esto llega tras un fin de semana intenso en la nueva vida de Ana Soria. La joven se ha topado estos días por las calles de su ciudad con varios paparazzi y reporteros que querían captar sus primeras reacciones ante la noticia más impactante del mundo del corazón de este 2020. Además, la estudiante ha mostrado gran actividad en sus redes esta última semana, quizá queriendo contrarrestar el interés que existe por ella a pie de calle por parte de la prensa. Y es que, en pocos días ha compartido tres fotografías, varios Stories y entre ellas, su publicación temporal más aclamada: la foto de su romántico abrazo con Ponce.

Han pasado ya más de diez días desde que estallara la noticia del nuevo amor de Enrique Ponce y con la situación mucho más calmada, ambos protagonistas han tomado decisiones rotundas que apuntan a que, pese a que desean llevar su historia con discreción, no quieren ocultarse.

[Más información: La prueba definitiva de que Ana Soria ya no teme al qué dirán sobre su relación con Enrique Ponce]

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