La periodista y colaboradora de El programa de Ana Rosa, Cristina Tárrega (51 años), es una mujer activa en sus redes sociales y, siempre que puede, comparte instantáneas del backstage del espacio matutino de Telecinco junto a sus compañeros. En los camerinos o en el plató; todos los escenarios son buenos para ella. Sin embargo, en su última instantánea en Instagram las críticas han sido exacerbadas contra Tárrega por un escandaloso photophop que ella misma se ha practicado.

En la imagen aparece Cristina junto a su compañera y amiga, la copresentadora Patricia Pardo (36). Ambas sonrientes sobre una mesa. El problema que rápidamente atisban sus seguidores es que hay una anomalía en el vestido de Tárrega. Algo no va a bien en la foto: se conoce que la periodista se ha reducido excesivamente la cintura para lucir aún más esbelta, pero solo ha pulido su cuerpo, no el vestido, y el desfase es evidente. Para más inri, el error se aprecia aún más por la mano de Tárrega, que aparece apoyada a la altura de la cintura. La imagen se ha convertido en viral en cuestión de minutos y la cascada de comentarios ha sido intensa. 

La imagen de la polémica. Instagram

"¿Qué pasó?"; "Sobra mucha tela negra, ¿no?"; "Se pasó usted con el photoshop desde la mano de la cadera hasta el pecho"; "¿Pero que pasa en la foto? Se te parte la cintura en la cadera", son algunas de las reacciones. Finalmente, ante el aluvión, Cristina Tárrega se ha visto obligada a eliminar la instantánea para frenar así el río de comentarios. Pocas horas después, la periodista ha compartido otra fotografía en la que escribía: "Venga, a ver esta que me la hizo a traición mi princesa Patricia Pardo". De lo que no cabe duda es de que Cristina se ha tomado las críticas con buen sentido del humor.

Pese a su buena intención, lo cierto es que esa última imagen también está cargada de polémica cuando se pone la lupa sobre ella. En ella aparece Tárrega mirando su teléfono móvil, pero algo no está del todo bien. Esta vez en su rostro: sus cejas aparecen por encima de su mechón de pelo. Sea como fuere, no cabe duda de que a la periodista se le da mucho mejor abordar la información que manejar las aplicaciones de retoque de su teléfono móvil, como han destacado sus seguidores. 

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