Este 2019 su matrimonio con Alaska (55 años) cumplirá 20 años, pero Mario Vaquerizo (44) es noticia por otras cuestiones. Su nuevo libro, Cuentos para niños rockeros (editorial Espasa), hizo que el cantante madrileño visitara este lunes El Hormiguero.

Alaska y Mario cumplen 20 años de matrimonio

Este polifacético artista se convirtió en el primer invitado del talk show después del parón propio por Semana Santa e inaugurando una semana atípica, ya que el debate en Atresmedia entre los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno hará que Pablo Motos (53) y su equipo se tomen un descanso este martes 23 de abril.

"Ha sido más noticia saber si iba a haber debate que en lo que suceda mañana, se ha convertido en una partida de póker", valoró Motos antes conectar en directo con Vicente Vallés (55) y Ana Pastor (41), los moderadores del debate, a quienes les preguntó, entre otras cosas, si Pedro Sánchez (47) irá o no finalmente, en una alusión a su negativa inicial y, por qué no, a su evasiva a visitar El Hormiguero.

Tras ese breve paréntesis electoral, por fin llegó el momento de dar la bienvenida a Vaquerizo, aunque justo ese momento dejó paso a otro bloque de publicidad. Eso sí, a pesar de un tiempo de espera mayor de lo habitual, la entrevista no defraudó a las expectativas, aunque el invitado llegó algo mermado físicamente. "Tengo protusiones, pero ya por lo menos puedo mover algo el brazo, más o menos al 97%", haciendo referencia a sus problemas de cuello y espalda. "Me quedé paralizado. Cuando te ves imposibilitado te sientes muy mal, saqué mi mal humor, parecía la niña del exorcista, pero sin poder mover el cuello", bromeó.

Mario Vaquerizo acudió a 'El Hormiguero' para promocionar su último libro.

Dejando a un lado esas dolencias, Pablo Motos se centró en una de las numerosas leyendas que acompañan a Mario Vaquerizo. "Ahora haces playback de comida", le comentó el presentador, una cuestión a la que el cantante abordó asegurando que "no, eso lo he hecho siempre. Como cocinero sí hago playback. Por ejemplo, ahora hago unas lentejas, con un sifón de patatas revolconas, que me sale de rechupete, hay que alternar lo clásico con lo moderno".

Un gran cómplice

La anécdota de la cocina, como muchas otras, se la había trasladado Alaska a Pablo Motos. El propio presentador reconocía que tienen una gran complicidad, que quedaría patente un poco más adelante.

Vaquerizo continuó hablando de esa especie de simulación gastronómica: "Suelo hacer de todo, aunque soy muy tramposo y parece que hago cosas que no hago. Estamos hablando de… Estamos en un programa de máxima audiencia y me dan un agüita maravillosa", comentó entre risas.

Mario Vaquerizo ha desvelado sus habilidades culinarias en 'El Hormiguero'.

Entre bromas llegó el momento de hablar de su libro, una obra en la que el cantante habla de algo más que una pasión, una filosofía de vida: el rock. "Para mí no es solo ponerte una chupa de cuero y cantar canciones ruidosas, es una actitud ante la vida. Por ejemplo, para mí tú eres un rockero, has hecho lo que has querido y has perseguido el sueño de tu vida. Querer es poder. Siempre he hecho lo que me da la gana, y cuando no me han dejado lo he hecho por otro lado. Hay que ser honesto con uno mismo, eso es ser verdaderos rockeros. Por ejemplo, Lola Flores, por su actitud, lo era", valoró.

En esa afición ha habido muchas influencias, aunque Vaquerizo se queda con una fundamentalmente. "A los 5 años ya me vestía como John Travolta. Una tía me llevó a un cine de Vicálvaro a ver Grease. Jugar al fútbol o a otras cosas no me hacía feliz; Olivia Newton-John y Travolta sí. Fue ahí cuando me di cuenta de que en la vida no tienes que seguir los parámetros que te impone la sociedad", recordó, mirando a una infancia en la que no todo fue de color de rosa.

"En el colegio me tiraban piedras, pero no lo veía como bullying. Me llamaban maricón por llevar la Súper Pop y por ir con chicas. A mí no me importa para nada. Para mí maricón es un halago. Cada uno tiene dentro un maricón. Prefiero que me llamen maricón a gay, porque es una palabra española", aseveró.

Ese reconocimiento patriótico y con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina, Vaquerizo también se mojó en este ámbito: "Estamos asistiendo a un momento en que la situación está complicada. Todos tenemos ideales y muchas veces no se ven representados en los partidos y eso hace que la población esté indecisa. Según tenga el sobre, quien me lo haga más bonito así le votaré. La imagen es muy importante, de eso hablo en el libro. Vengo de Kiss, The Ramones, Blondie… Tan importante es la música como la imagen".

Envidias y confesiones

Acaba de salir a la venta y aún se desconoce si Cuentos para niños rockeros se colará entre los más vendidos, lo que sí está claro, al menos a partir de las declaraciones de Vaquerizo es el recelo que despierta entre otros escritores. "Cuando voy a Sant Jordi hay escritores que no me miran a la cara porque vendo más que ellos. Hay algunas que se ponen rebotadas, y pienso, ‘muchacha, si tú has vendido más que yo’; lo que pasa es que soy entertainment".

Mario Vaquerizo y Alaska van a celebrar su 20 aniversario de casados.

Después de esa conversación en relación al libro, Motos volvió sobre el lado más íntimo del marido de Alaska, con una pregunta muy clara: de cuántas cosas se había operado. "Lo primero fue la tripa, una liposucción, pero ya que estaba allí me quité la papada y las bolas de billar. Mi madre no lo sabía. Después me operé de los pómulos, estoy a favor del avance, y la cirugía lo es. También me operé las bolsas de debajo de los ojos. Hay que ponerse en manos de los mejores", reconoció.

Y dado que en ese momento mencionó a su madre, Pablo Motos le preguntó a su invitado si había cumplido con una de sus rutinas diarias: llamar a sus padres. "No les he llamado hoy porque estoy como un maricón en una feria", bromeó. Dicho y hecho. El cantante pudo hablar con sus padres en una conversación con un punto entrañable, sobre todo cuando su madre le dijo que "estás guapo, bueno, aunque ya sabes que no me gusta que te pintes los ojos".

Tras eso, el programa siguió su curso con las secciones habituales, incluyendo un pequeño juego con las hormigas que dio pie a una confesión sobre él y su esposa: "Alaska sería una gran política, pero no es nada corrupta. Yo sí. Es muy importante tener una persona con sentido común, a mí me gusta mucho el trapicheo… que no, que es una broma", zanjó.

[Más información: Alaska, irreconocible: descubrimos todos sus retoques estéticos]

Noticias relacionadas