Eran muchas las voces que aseguraban que Isabel Pantoja (62 años) se reencontraría con su hijo Kiko Rivera (34) en Gran Hermano DÚO, como ya lo hizo en 2011 cuando regresaba de la isla de Supervivientes. Finalmente, justo días después de que se confirmara su fichaje por Mediaset y su aventura selvática en Honduras, Pantoja ha hecho acto de presencia en la casa de Guadalix para sorprender a su hijo. 

Mientras este se encontraba rememorando su pasado a través de unas imágenes de su infancia, de repente ha visto en la pantalla cómo su madre entraba en el salón del concurso con aire solemne y buscando a su pequeño del alma. "Te quiero, mi vida. Te he estado viendo las 24 horas del día. ¡Me conozco esta casa muy bien! No me ha sorprendido nada porque te conozco y sé cómo eres", ha sido lo primero que le ha dicho la cantante a su hijo. Después de un sentido abrazo y de decirse mutuamente madre e hijo lo mucho que se quieren y se han echado de menos, el Dj ha enseñado la casa a una maravillada madre, que no paraba de asombrarse, siempre cogida de la mano de su hijo: "Tenéis hasta patatas y todo, ¡qué arte más grande!".

La artista se ha abierto en canal con Kiko: "Han sido tres meses sin verte y lo he pasado mal porque sé cómo eres". En un momento dado, las lágrimas han comenzado a aflorar en su rostro: "Súper, ¿puedo coger una servilleta?". Pese a todo, la tonadillera se ha mostrado muy feliz y contenta: "Yo no sabía ni que venía". Más tarde, la artista y su hijo han podido charlar con el presentador Jordi González (56). 

Jordi, consciente del momento histórico que se estaba viviendo en Telecinco, le ha preguntado a Kiko lo que significa para él tener a su lado a su madre: "Significa todo, ella ha sido todo para mí. Ha sido mi madre, mi padre, mi amiga, me ha enseñado a ser como soy. Se lo debo todo". Justo en ese momento, el presentador no ha podido postergar por más tiempo la noticia del fichaje de Isabel por Supervivientes. "Isabel, ¿no tienes nada que decirle a tu hijo?", ha comenzado a allanar el terreno. "No, no...", respondía ella con cara circunspecta.

Tras unos minutos de suspense, Isabel ha tirado de sentido del humor mientras contenía la risa: "Es algo... es súper... súper... ¡Supervivientes!". Su hijo, que lo ha captado al vuelo, se ha lanzado a sus brazos incrédulo: "Ay, Dios. Te quiero, te quiero". Al rato, con los ánimos más sosegados, Kiko le ha dicho a su madre: "No sabes la que te espera allí". Y Pantoja, aparte de confirmar que sí, se tirará del helicóptero como una más, ha demostrado sus pericias en la supervivencia: "Me lo voy a pasar estupendamente, puedo convivir con todo el mundo".  

Han sido sus primeras palabras oficiales después de que la noticia saltase a los medios y Mediaset la confirmara. Por eso, Jordi González no ha querido desaprovechar la oportunidad de preguntar la incógnita que respira en los mentideros: "¿Por qué te has metido en esto?" E Isabel, con esa seguridad que imprime en todas sus palabras, ha respondido: "Yo he sido siempre forofa de ese programa. Me ha gustado más Supervivientes que Gran Hermano; el mar, yo verme en una isla... Era un sueño. Cuando mi hijo fue me hizo una entrevista Jorge Javier Vázquez (48), en el 2011, y cuando me preguntó si me veía ahí le dije que me encantaría ir porque pesco divinamente. Nadie sabe en este país que mi hobby es pescar. Lo estoy intentando, me van a salir callos en las manos. Daré todo lo que mi cuerpo pueda". 

Kiko, obnubilado por las palabras de su vida, ha apostillado en ese punto: "Ella es una superviviente hace muchos años, lo va a bordar. Conocer a la gente, esos amaneceres... Te va a encantar". Ella es consciente de que los años pesan, pero en Guadalix ha sacado la garra de siempre: "Yo pienso que es lógico que una persona de 20 ó 30 años tenga más agilidad que otra. Pero pienso que en ese programa la cabeza hay que tenerla muy bien. Por suerte o por desgracia, yo la tengo muy bien".

Para terminar, Pantoja se ha sincerado sobre las adicciones confesas de su hijo a las drogas, que contó en el concurso: "Yo... lo importante es que mi hijo está bien, nos costó mucho, pero él ha sido igual de fuerte que yo. Lo dejé todo para estar con él y con mi Irene del alma. No me separé de mi hijo ni un solo segundo. Gracias a Dios, mi hijo está sano y se puede, se puede". No ha querido despedirse sin alabar a su hijo: "Me quedé en shock , pasé una noche horrible. Pero me siento tan orgullosa de él. Todo el mundo, no yo sola. Todo el mundo me dice, 'olé tu hijo, Kiko ganador, ha dado una lección tremenda de vida'.

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