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    Sobre la cómoda, descansa una calavera y dos esculturas egipcias.

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    Esa radio casette gris y azul, tan en desuso en la actualidad, demuestra lo mucho que siente el rock y su añoranza por lo 'vintage'.

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    En esta imagen, detrás de Fortu se pueden ver esas copas que no usamos durante el año y que siempre nos acordamos de sacar en los días especiales como la Nochebuena.

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    La cortina que preside el salón también es digna de analizarla. Esos estores beiges y azules que eran el último grito hace dos décadas.

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    La cocina de Fortu podría ser una normal y corriente de no ser por la ingente cantidad de imanen que pueblan el frigorífico.

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    Y, claro, como no podía faltar al tratarse de Fortu, una de las paredes de su salón está repleta de guitarras y guiños al rock.

JALEOS