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1 de 6 Sobre la cómoda, descansa una calavera y dos esculturas egipcias.
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2 de 6 Esa radio casette gris y azul, tan en desuso en la actualidad, demuestra lo mucho que siente el rock y su añoranza por lo 'vintage'.
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3 de 6 En esta imagen, detrás de Fortu se pueden ver esas copas que no usamos durante el año y que siempre nos acordamos de sacar en los días especiales como la Nochebuena.
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4 de 6 La cortina que preside el salón también es digna de analizarla. Esos estores beiges y azules que eran el último grito hace dos décadas.
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5 de 6 La cocina de Fortu podría ser una normal y corriente de no ser por la ingente cantidad de imanen que pueblan el frigorífico.
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6 de 6 Y, claro, como no podía faltar al tratarse de Fortu, una de las paredes de su salón está repleta de guitarras y guiños al rock.
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