"No te cases, te lo digo con cariño, no te cases. Siento comunicarte que algunos no compartirán ni la tarjeta, entiéndelo, 'madre no hay más que una' y a ti te encontré en la calle. Tal cual", escribía Alba Carrillo (31 años) hace un tiempo en su blog semanal, unas palabras cargadas de dobleces que muchos entendieron como una clara 'pulla' hacia Ana Boyer (28).

Por esos días la hija de Isabel Preysler (66) anunciaba, pletórica, su enlace con el tenista Fernando Verdasco (34). Para ella, el hombre de sus sueños. Un amor que se sellará, por fin, este viernes con la boda. Por encima de las habladurías y de los 'consejos', Ana y Fernando se convertirán en marido y mujer en la isla de Mustique. 

Se darán el 'sí, quiero' ante un grupo muy reducido de invitados, solo los más allegados. Entre ellos, las suegras de ambas partes; Isabel Preysler y Olga Carmona, respectivamente. A ese pariente del árbol genealógico se refería, entre otras cosas, Alba Carrillo en su osado escrito en la revista Semana. Ella conoce a la perfección lo que implica una suegra. En lo bueno y en lo malo. 

Alba Carrillo junto a su exsuegra Belen Diaz. Gtres

Según la modelo, no solo contraes nupcias con tu marido, sino que en el mismo pack van los suegros. La expareja de Feliciano López (36) no acabó precisamente bien con Belén Diaz-Guerra, la madre de 'Feli'. Si bien en un principio todo eran partidos de tenis y palabras lisonjeras, tras el enlace aquello quedó reducido a "nubarrones negros", según ha narrado la colaboradora de Sálvame. 

De hecho, detalló en diversos programas de televisión que su suegra se entrometía en exceso en el matrimonio. "La madre se cree que esa casa es suya. Hace y deshace como quiere. Lo controla todo", aseguró en la revista HOLA en plena separación.

Feliciano López junto a su madre. Gtres

Por esta aciaga experiencia la maniquí aconsejó a Ana Boyer que no se casara, pero la hija de la Preysler está dispuesta a 'correr ese riesgo'. ¿Tendrá la misma suerte Ana Boyer con su suegra que Alba con la suya? ¿Veremos cómo Ana Boyer acusa a Fernando Verdasco de "cobarde" ante la imposición abusiva de su madre como lo hizo Alba con Feliciano? Solo el tiempo lo dirá. 

Olga Carmona y Belén Diaz, dos suegras ¿muy diferentes? 

Olga Carmona y Belén Diaz son dos mujeres que, aparentemente, tienen más cosas en común de lo que ellas piensan. Ambas son madres de tenistas de éxito; sienten una profunda admiración por sus respectivos hijos y los acompañan a cuantos partidos de tenis pueden. Son mujeres que quieren lo mejor para sus hijos y los arropan. Sin embargo, hay aspectos en los que se diferencian sobremanera. 

Ana Boyer junto a Olga. Gtres

Los padres de Fernando Verdasco nada tienen que ver con el tenis, al contrario que que el padre de Feliciano, que llegó a sacarse el título de monitor de tenis para instruir a su vástago. Pertenecen a una saga hostelera muy conocida en Madrid. Son propietarios del restaurante La Bola.

Este local, que empezó a funcionar como bodega, lo fundó la bisabuela del clan en 1870 y de él se ocupa personalmente José Verdasco, el marido de Olga. Ella es una mujer discreta que, al contrato de Belén Diaz, nunca ha hablado públicamente en un programa de televisión y jamás ha tratado cuestiones personales acerca de las parejas de su hijo. De momento. 

Olga Carmona en la boda de su hija Sara Verdasco y Juan Carmona. Gtres

Por su parte, María Belén Diaz-Guerra es enfermera y trabaja en una clínica médica en Alcorcón (Madrid) y, hasta donde se conoce, ha intervenido en la relación de su hijo con Alba Carrillo, al menos así se deduce de las palabras de la maniquí. Belén Diaz tuvo su tribuna pública para defenderse de estos ataques.

Fue en el programa Mi casa es la tuya, cuando Bertín Osborne (63) entrevistó a su hijo. En un momento dado, habló sobre el escándalo en televisión: "Lo he pasado muy mal como persona anónima que soy. No soy tan mala y no tengo tanto tiempo como para meterme en la vida de mi hijo". ¿Veremos alguna vez a Olga Carmona y Ana Boyer de esta guisa? Si ese día llega, no será porque Alba Carrillo no lo avisó.