Genoveva Casanova feliz.

Genoveva Casanova feliz. Gtres

Famosos NUEVOS PROYECTOS

La nueva vida de Genoveva Casanova tras su ruptura con Michavila

Desde que terminó su relación con el exministro, vive alejada de los focos de los periodistas, lo que le permite hacer otras cosas.

6 noviembre, 2017 03:21

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Desde que a principios de año Genoveva Casanova (40 años) y José María Michavila (57) dieran por zanjada por cuarta vez su relación amorosa, a la joven mexicana se la ve risueña, campechana y feliz. Y eso que, de momento, no hay ningún hombre que le ayude a palpitar su corazón. "Encontrar un proyecto amoroso en estos momentos va a ser algo complicado", confiesa a JALEOS. Sobre si aspira a hallar el amor definitivo, se muestra pragmática: "Si lo buscas, no lo encuentras. Tienes que ser tú misma y si aparece, bien, y si no, pues a tratar de ser feliz con muchas otras cosas que te da la vida".

Genoveva Casanova en una imagen de archivo.

Genoveva Casanova en una imagen de archivo. Gtres

Quien no ha tardado nada en encontrar pareja ha sido su ex, que sale discretamente desde hace unos meses con la aristocrática Alejandra Salinas (40), exmujer de Diego Mora-Figueroa Iturbe, y que en su juventud tuvo una pequeña relación sin importancia con Felipe VI (49). Con una sonrisilla y un hilillo de voz, Genoveva puntualiza que "no quiero entrar en esto, ni tan siquiera en si Michavila y yo somos amigos".

Lo que tiene claro Genoveva son sus prioridades actuales. En primer lugar, cuidar de sus hijos adolescentes, los mellizos Luis y Amina, de 16 años, que siguen viviendo con ella en un precioso piso en el exclusivo Paseo del Pintor Rosales de Madrid. Un lujoso inmueble que en el 2015 fue motivo de un gran rifirrafe con su ex, Cayetano Martínez de Irujo (54), duque de Arjona y conde de Salvatierra, que no estaba dispuesto a seguir pagándole los 3.000 euros de alquiler porque, según sus más allegados, no aprobaba la relación que ex mujer mantenía con Michavila, que enviudó tristemente en el 2013. "A pesar de lo que se publicó sigo viviendo en el mismo piso de siempre", confiesa a este medio.

Asegura estar encantada con su nueva vida y que ya no se encuentre en el foco de los fotógrafos. "Estoy encantada porque mi vida, cuando estoy alejada de las cámaras, es muy normal. Me encanta ir en chándal, con coleta y pasear a mi perro por el parque porque me fascina y le adoro. Y cuando regreso a casa escribo en el ordenador y estudio. Estoy en calma", aclara con una sonrisa. También pone los puntos sobre las íes sobre la relación con su exmarido: "Es superbuena, hablamos de todo y me apoya por completo".

A pesar de haber sido la nuera de la duquesa de Alba y de que Cayetano, de quien se separó hace exactamente una década le pasa una generosa pensión, Genoveva no es de las que se sienta a comer la sopa boba. Acabó sus estudios de filosofía, realizó su tesina y desvela en exclusiva a JALEOS que acaba de empezar su doctorado por la Universidad Panamericana de México. Está en su primer año y es consciente de que durante los próximos años va a tener que hincar los codos, "pero al hacerlo a distancia pensaba que iba a resultar mucho más difícil que de forma presencial, pero no, ya que te sientas con el Skype y es una gozada porque tienes al profesor sólo para ti durante tres horas". De momento, su director está contenta con ella.

Genoveva posando en un photocall.

Genoveva posando en un photocall. Gtres

Genoveva aclara a este medio que, una vez acabada la tesis que va a escribir sobre la responsabilidad social de la empresa, su intención no es la de ser profesora ni la de seguir investigando, sino "trabajar en aquellas entidades que desean transformar la sociedad y hacer un mundo mejor". Paralelamente a sus estudios, la mexicana sigue involucrada en diferentes proyectos humanitarios en Ecuador; sigue exhibiendo por el mundo su exposición como fotógrafa solidaria –denominada ‘No Blink’- donde ha retratado la miseria humana en la India, Senegal o Kenia o amadrinando proyectos como el del rastrillo solidario Intropia, que tuvo lugar en Barcelona hace varios días. A pesar de que le apasiona la moda, que incluye una tentativa frustrada como diseñadora de joyas, aún nadie se ha atrevido a ofrecerle un proyecto para diseñar ropa, "aunque es algo que no me importaría hacer porque me divierte".

Su solidaridad y buen corazón se lo ha transmitido a sus hijos, que este verano le pidieron ir solos a un viaje para ayudar a los más necesitados. De hecho, tanto ella como Cayetano siempre les han inculcado ponerse en la piel del otro, por eso no les resulta ajeno pasar alguna navidad en un centro de acogida en Madrid o repartir ropa en África. Luis y Amina son dos adolescentes que continuamente les dan muchas alegrías y satisfacciones.

Genoveva Casanova en una imagen de archivo.

Genoveva Casanova en una imagen de archivo. Gtres

Sin embargo, Genoveva se muestra algo nerviosa ante la llegada de la mayoría de edad de sus hijos y ni se plantea que Cayetano les muestre sin la cara pixelada en una exclusiva sin avisar, como hizo recientemente en la portada de una revista del corazón Francisco Rivera (43) con su hija Tana (18), prima hermana de los mellizos, y que le ha acarreado un disgusto a Eugenia Martínez de Irujo (48). "¿Si yo haría lo mismo que Fran? No sé cómo a entrar a valorar algo así. Tanto su padre –tiene un odio acérrimo a la prensa rosa– como yo les vamos a tratar de proteger lo máximo posible, pero afortunadamente aún me quedan un par de años para pensármelo bien. Sé que no puedes evitar estar expuesta a los medios y ojalá que ellos consigan alejarse, pero si no es así, será mejor direccionarlos hacia algo positivo, que ayuden a los demás, que sean mejores personas y no hagan el tonto". Pendiente queda, entonces, si habrá o no habrá esa exclusiva y, por consiguiente, que se aumente la hornada de nuevas celebrities que pululan por el ámbito rosa con o sin oficio, pero con mucho beneficio.

Su mejor plan a corto plazo tendrá lugar el 30 de noviembre, fecha en el que cumplirá 41 años, un número que le impone porque supone un cambio de década. Sin embargo, se lo pasará bien, porque viajará a México para estar con su familia. Y con antelación, a miles de kilómetros de distancia, les pide que se les quite de la cabeza poner cuarenta y una velas en la tarta porque le da vértigo.