Victoria Beckham ha vuelto a la Semana de la Moda de Nueva York con una colección mucho más madura y su insistente gusto por las modelos delgadas, rozando los límites del gusto y del cuerpo sano que se habían instalado en las pasarelas internacionales.

En el último paseo de la diseñadora por esta pasarela ya levantó espinas su elección de las modelos. Pero parece que a Victoria Beckham le dan igual las críticas y el pasado domingo volvió a repetir su canon de belleza: cinturas diminutas, caderas estrechas y formas casi invisibles.

Además, los nuevos diseños apostaban por tops cortos que dejan todavía más a la luz las tallas diminutas de las modelos. Algunos críticos incluso señalaron que el maquillaje, futurista y muy blanquecino destacaba las ojeras y la delgadez de las modelos en cada paso por la pasarela, con el pelo lacio y expresiones muy duras.

Las telas utilizadas, sedas y terciopelos, no dejan hueco a ningún resquicio del esqueleto y a la polémica ya que algunas de las modelos utilizadas tienen el cuerpo de una niña de ocho años y tallas que no llegan a la media.