Seguramente habrás notado que tu piel cambia con las estaciones. Sí, es completamente normal tener que adaptar tu rutina de belleza cada 3 meses. Puede sonar desestabilizador, pero que no cunda el pánico, la Dra. Gema Pérez Sevilla cuenta la importancia de realizarse una limpieza en profundidad en cada cambio de estación para recuperar el confort de la piel y renovarla por completo.

"Para garantizar el correcto funcionamiento de la barrera protectora de la piel, las células de la epidermis se renuevan constantemente. Sin embargo, muchos factores externos e internos pueden afectar a esta renovación celular. Entre ellos destacan el clima y los cambios de temperatura", cuenta la doctora.

Así, cada nueva temporada trae consigo nuevos beneficios para nuestra piel... Pero también un montón de inconvenientes. Por eso es importante adaptar tus cuidados a cada época del año para proteger mejor tu epidermis y que luzca sana y radiante. Al estar más preparada, podrá afrontar mejor los cambios de temperatura de la primavera, el sol del verano, el mal tiempo del otoño y el frío del invierno.

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"Al contrario de lo que se podría pensar, nuestra piel es más tolerante con las estaciones "extremas" como el verano y el invierno, donde las temperaturas se mantienen más constantes. Por lo tanto, es aún más necesario estar preparado para armarse con el mejor cuidado durante la temporada de otoño y primavera, cuando las temperaturas pueden ser totalmente diferentes de un día para otro. Por eso es importante conocer tu piel y sus reacciones ante la llegada de una nueva temporada. Esto puede variar de una persona a otra y en particular según tu tipo de piel: la piel seca sufrirá más que la piel grasa en invierno, por ejemplo. Pese a todo, hay similitudes y reacciones comunes a todos ellos con cada nueva temporada", cuenta la Dra. Gema Pérez Sevilla.

Hay que adaptar la rutina de belleza cada tres meses.

"Como hemos adelantado anteriormente, la piel no es constante todo el año ni tiene las mismas necesidades. La primavera y el otoño se denominan comúnmente estaciones intermedias. Son periodos de transición para nuestra piel, en los que necesita una atención especial. De hecho, está saliendo de una temporada "extrema" y preparándose para entrar en otra. De ahí la importancia de mimar a la piel y prepararla para el gran cambio evitando que se seque o se produzcan brotes de acné tras el verano o una producción excesiva de sebo", adelanta la experta.

"Siempre recomiendo tratamientos que reparen la piel ya que se ha visto muy comprometida por los rayos solares del verano. Necesitamos renovarla para que luzca sana y radiante. En el centro contamos con higienes faciales personalizadas en las que, dependiendo del tipo de piel, combinamos poder de la limpieza cosmética, aparatológica y manual teniendo en cuenta las características intrínsecas y extrínsecas de cada persona. Desde una triple limpieza al más puro estilo japonés con leche, gel y micelas, peelings mecánicos superficiales para renovar la epidermis, vaporización y ozonoterapia hasta la microdermoabrasión para las pieles más gruesas, arrugadas y fotoenvejecidas, peelings químicos para penetrar activos que renueven la piel, ultrasonidos de masaje de recuperación o la alta frecuencia para mejorar el metabolismo de la piel y la recepción de los productos por parte de las células", finaliza la Dra. Gema Pérez Sevilla.